Quince

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Es difícil describir porque esa situación era tan difícil de soportar para mi. Quizá se debía a esa mirada casi paternal en los ojos de ese Supremo Kaiosama, de rostro añejado. Cuya tristeza se esforzaba por disimular. O la actitud tan fría y desvergonzada que tenía Zamasu,frente a la única persona que podía,quizá, alegrarse por su retorno.O bien, simplemente,no quería estar ahí si se desataba una confrontación entre esos dos,porque la mirada de Zamasu no auguraba algo bueno.

Gowasu me extendió la mano para saludarme y yo la estreche sin vacilar.

-Encantado de conocerla,señorita Salieri-me dijo-Por favor siéntese como en casa.Quizá le gustaría limpiarse.

-Si,eso me gustaría-le dije honestamente.

-Yo la acompañó-me dijo Cus-Sigame por favor...

Lo hice,de verdad quería quitarme el confeti de encima. Pensé que me darían algo para quitármelo,pero Cus me llevo hasta un baño,que resultó ser un ofuro, sólo que algo más moderno,pero de madera como es tradicion.Era un sitio muy bonito y agradable. El baño caliente me vino bien,pero lo hice a prisa ya que si volvía Daishinkan y comenzaba a buscarme,no me hubiera sido agradable que me encontrara ahí. Digo esto porque ese sujeto no parecía saber para que son las puertas.

Cus me había dejado unas ropas ahí que fueron muy cómodas y suaves,pero tenían unas mangas muy largas.E l pantalón era muy holgado y debía usar un listón en la cintura que tarde varios minutos en atar correctamente (creo que até correctamente).
Al volver al patio encontré al Supremo Kaiosama, sentado en esa mesa donde bebía té. Zamasu unos tres metros más allá,me miro con impaciencia y enseguida apartó la vista de mi, para volverla a algún punto en el muro de enfrente.

-¿Le gustaría una taza de té, mientras espera a que vuelva el Gran Sacerdote?-me pregunto Gowasu.

Iba a aceptar,pero entonces...

-¿Por qué haces eso?-preguntó Zamasu,pero no quedó claro aquien le hablaba-Nunca te secas bien el cabello ¿Buscas enfermarte?¿Quieres hacer más difícil mi trabajo?

-Yo...Yo no...-dije vacilante,pues era claro que me hablaba a mi, aún que esa actitud me tomo por sorpresa.

-Eres una humana frágil y además irresponsable-continuo Zamasu y avanzó hacia mi, en una actitud algo agresiva-Lo único que haces es hacer mi situación aún más miserable y supongo que usted se alegra de esto-dijo al tomarme del brazo y girarse hacia Gowasu.

-Zamasu la estas lastimando-le dijo el Supremo Kaiosama.

Era cierto. Zamasu me apretaba con fuerza.Estaba enojado y no me quedaba muy claro el real motivo de su estado.

-¿aque la estoy lástimando?¿Es todo lo que va a decirme?¿No tratara de salvarla?-inquirió y me apretó aún más fuerte, obligandome a dar un paso hacia delante-¡Claro que no hará nada!
¡Nunca hizo nada!-le reprochó y me empujó hacia él.

Gowasu me tomo por los hombros,para evitar que cayera. Con gentileza me ubicó detrás de él. Yo descubrí mi brazo,la mano de Zamasu estaba marcada en el,
mas que asustarme (y ciertamente lo estaba) la actitud de Zamasu,me desconcertaba.No podía apartar la vista de él.Su expresión era la de la frustración, más que la de la ira.

-Todo lo que pude decirte Zamasu,te lo dije y todo lo que pude hacer por ti lo hice y aún así,no fue suficiente-le dijo Gowasu en un tono sebero y firme-Tuve que ver cómo,a reiz de tus acciones,fuiste borrado dos veces...y aún así sigues empecinado en tus radicales ideas respecto a los humanos.¿Que te ha hecho esta muchacha?
¿Acaso ella tiene la culpa de lo que el Gran Sacerdote dispuso?
Podrías verla como una oportunidad,pero escoges verla como un problema. No intentes responsabilizar a otros de tus acciones que ya nada tienen que ver conmigo.

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