once

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Nuestro aspecto era lamentable o por lo menos eso dijo Daishinkan, que junto a los Zen oh sama fueron los únicos en quedar limpios.Con un par de movimientos que realizó con su cetro nos limpio y luego de eso nos fuimos del universo seis rápidamente.Supongo que para no hacernos responsables del desastre que allí dejamos.

Llegamos al universo siete y debo decir que apenas mis pies tocaron el suelo de ese lugar, tantas veces,contemplado desde una pantalla,sentí un cosquilleo en el estómago. Era la tarde noche ahí,creo así que el paisaje aún podía apreciarse y pues todo estaba ahí,tal cual lo mostraba la animación,me sonreí por una mezcla de emisiónes.

Mientras los Zen oh sama llamaban a la puerta,por alguna razón mire a mi costado y ahí estaba Zamasu, viendo la puerta del palacio de Bills como una fiera herida.Bueno,es que ahí estaban aquellos que lo descubrieron y el que lo borro. No digo que aquello no fue merecido,pero podía entender como se sentía y para ser honesta sentí algo de lástima por él.

Lo cierto era que yo tampoco me sentía muy cómoda en ese lugar,
después de todo allí estaba los protagonistas de todos mis fanfics y eso me causó una serie de sentimientos encontrados,
después de todo mi experiencia con Daishinkan me decía que si ellos no gustaban de lo que escribí o los ofendia de alguna forma,podía recibir consecuencias muy desagradables. Después de todo, yo había sido raptada de mi hogar y obligada a participar en un juego bastante particular,pero con consecuencias desoladoras por lo bajo.

Trague saliba como para mantenerme firme,justo en ese momento se abrían las puertas y por un instante sentí ganas de esconderme detrás de Zamasu...¡porque miento! Eso fue lo que hice. Él era más alto que yo y con la capa que traía,pues al ponerme detrás de él quedaba fuera de la vista de todos,en serio no quería  verlos...¡si queria,pero no me atrevía!

-¿por qué te escondes?-me pregunto Zamasu-yo tengo que venir antes estos sujetos,que arruinaron mis planes,con este ridículo atuendo en este absurdo juego y como el sirviente de una humana...y no me estoy ocultando.

Odiaba admitirlo,pero Zamasu tenía razón. Así que me pare a su lado y ahí me quedé.

-¿donde está el Supremo Kaiosama?-oia preguntar a Daishinkan.

-estaba aqui,pero tuvo que salir a atender un asunto de gran urgencia,por favor disculpenlo.

-esta bien,no importa-le respondío el gran sacerdote.

"A mi me importa"

Pensé con decepción,pues quería conocer a Shin,ni modo.

Yo tenía la mirada en el piso,
cuando sentí que me estaban mirando y levanté la vista para encontrame con los ojos curiosos de Whis y Bills.Un escalofrío me recorrío la espalda y el cosquilleo en mi estómago aumento.

-ella es Salieri,es mi invitada por decirlo de algún modo,pero eso ya se los había dicho,como también les hable de quien la esta acompañando-dijo Daishinkan.

Las miradas de Bills y Whis se tornaron más gélida cuando se pasaron en Zamasu,pero de algún modo él, se mantenía bastante compuesto. Era una situación bastante tensa que por suerte uno de los Zen oh sama la interrumpió pidiéndole a Daishinkan volver al universo cinco,pues allí dejo su bolsa con dulces.

-tendremos que volver por ella-dijo el Gran Sacerdote- así que Whis,Bills por favor atiendan a mi invitada mientras regreso.
Queda en buenas manos,Salieri.

-esp...espere-murmuré,pero cuando las palabras salieron de mi boca ya habían ido.

Me asalto la duda de si se había ido a propósito,porque creo que bien pudo traer la bolsa sin mucho esfuerzo,pero en lugar de eso nos dejó ahí, a Zamasu y a mi, en el sitio más incómodo de los doce universos. Si ese sujeto no hubiera sido un genocida potencial,narcisista con delirio místico( bueno quizá no se le aplique este último por ser un díos) juro que me hubiera aferrado a su brazo,pero no tenía que ser Zamasu.

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