seis

757 149 16
                                    

-¡Suéltame!-le grite,pero me ignoro-¡suéltame! ¿que no te enseñaron que no es correcto maltratar a las mujeres?

-hombre o mujer,eres un humano insignificante para mi,camina que hace cinco horas no comes.Te advierto que si te vuelves a desmayar te dejaré ahí-me respondió.

Deje de protestar,no porque su argumento me resultara convincente,sino porque esa mano verdosa cerrada sobre mi brazo era el primer contacto que uno de ellos tenía conmigo (al menos del que yo fuera consciente) y fue la última cosa  que necesitaba para convencerme,de forma absoluta,de que eso realmente sucedía,de que esa era mi realidad.

Llegamos a aquella enorme habitación y me hizo sentarme en el sofá (no de forma muy amable).

-espera aquí-me dijo y se perdió a través de una puerta que no había visto hasta entonces.

Volvió unos minutos después con una bandeja en las manos, la que dejó sobre la mecita frente a mi.
Habían unos alimentos allí y claro no podía faltar el té.

-¡come!-me dijo,pero yo dudé-¿que esperas? ¡come!

-¿nunca estas de buen humor?-le pregunte.

-se un buen cerdito alado y comete esto ¡de una vez!-me dijo con una sonrisa hipócrita.

-seguro le pusiste algo-le dije.

-en la mañana comiste sin protestar-replico entredientes.

-era asunto de vida o muerte.Mi azúcar estaba baja-le dije y entonces note que la situación no era muy diferente.

Tomo los cubiertos y de cada plato comió un poco.

-¡ya está! Como vez no le puse nada-me dijo limpiándose la boca con la servilleta, como todo un señorito.

-pues ahora la quiero menos. Tiene tu saliva-le dije con el único motivo de molestarlo,pues pensaba comer de todos modos.

-¡humana fastidiosa!-exclamó.

-¡grinch!-le grite.

-¡odiosa!

-¡amargado!

-¡escritora mediocre!

-¡intento fracasado de supremo kaiosama!!

Apoyo sus manos,con fuerza, sobre la mesa y se reclinó sobre ella viéndome con odio.Yo hice lo mismo,no es que yo le guardara rencor,pero le tenía un recelo natural y su actitud no me ayudaba mucho a soportarlo.

-si pudiera acabaría contigo-me dijo con encono a flor de piel.

-pero no puedes -le dije triunfante.

-no,no puedo disfruta el amparo que tienes de parte de Daishinkan.Disfrútalo mientras tus ocurrencias les parezcan divertidas a los Zen oh sama y él mismísimo Gran Sacerdote, porque cuando eso terminé tu destino será igual que el mío.

-asi que es eso lo que te molesta,
que tú vida se reduzca a mi tiempo en este lugar-señale jactanciosa.

Su mirada se tornó aún peor que antes lo que me hizo intentar apartarme,pero me tomo de la muñeca para impedirlo.

-¡¿acaso crees que sabes lo que siento?! Eres mucho más arrogante de lo que pareces

-te conozco o al menos conozco una parte de ti y sé que el sujeto, que hasta el último momento intento salirse con la suya,no puede tener una actitud tan resignada a este,su injusto destino-le dije y en realidad pensaba eso.

Me soltó la muñeca y se aparto un tanto más tranquilo,aun que su mirada hostil no desapareció.

-¡come! no voy a prepararte nada más-me dijo y se fue hacia su habitación.

Zamasu podía ser muchas cosas,pero si había algo que al menos yo le reconocía, es que a diferencia de la mayoría (si es que no todos) los otros villanos de dragón ball,que desde el principio muestran una superiores de poder,Zamasu se las arregló,él solo,para conseguir su objetivo haciendo uso de todo lo que disponía,que más que nada era conocimiento, y sobre todo como empleo aquello. Por esto y su tenacidad me era imposible creer que simplemente aceptara algo como desaparecer al terminar mí tiempo ahí.

De cualquier modo,reflexionaria al respecto más tarde,en ese momento debía concentrarme en lo importante,una nueva historia.

Supongo que cuando Zamasu, salió de la habitación fue cuando las cuatro horas se cumplieron. Yo no tenía mucha noción del tiempo en ese lugar. Al ver que comí lo que preparo sonrió satisfecho y me señaló salir,no tenía ganas de discutir.

Daishinkan nos esperaba a medio pasillo para llevarnos con los Zen oh sama y yo pues,
comenzaba a habituarme a aquello,sin demasiada ceremonia comencé...

Lilibeu quizá su nombre no les diga mucho,bueno después de todo la mayoría,si es que la recuerda,lo hace porque fue la primera eliminada del torneo de la fuerza,sin embargo,eso no hace de Lilibeu la más débil del universo díez ni mucho menos.

Lilibeu sólo tenía un carácter un tanto blando para ser una guerrera y es que de hecho ella, nunca estuvo muy de acuerdo con eso de luchar ni nada de esas cosas,pero en su planta las mujeres eran instruidas desde muy pequeñas para pelear,sino fuera asi estarían en problemas, pues su aspecto llamo por mucho tiempo la atención de una especie que las capturaba con finés oscuros.Eso ya no sucedía,
pero se les hizo parte de su vida adiestrarse en el combate.

Cuando el dios de la destrucción de dicho universo, llegó a ese planeta para reclutar a la más fuerte de la guerreras,no fue Lilibeu la primera de las candidatas,sino obviamente las más fuerte,pero ninguna de ellas estuvo de acuerdo con participar en dicho torneo por considerar que era un esfuerzo inútil,ya que ellas conocían la calidad de los guerreros de su universo y seguramente perderían dicho evento.

Cus,el ángel,señaló que sólo hacia falta un guerrero más para terminar el equipo y que no era necesario que fuera la más fuerte,pero el dios insistió en que de no ser así sería un problema,
pero sin importar las amenazas que hizo ningúna de las guerras accedió.

Lilibeu había estado oyendo todo
y pese a que nunca fue de un carácter fuerte ese día se hizo notar hablando fuerte y claro,
tratando de mantenerse también lo más compuesta posible para ofrecerse como el último miembro del equipo del universo díez. No quedaba mucho tiempo de modo que  Rumoosh término por aceptarla(no muy convencido).

Como todos saben fue la primera en ser eliminada y al volver a su mundo en un principio se sintió avergonzada,mas con el paso de los días aquello fue desapareciendo,después de todo no siendo la más fuerte fue la única que se atrevió a luchar y lo hizo porque creyó que podía hacer algo,pero por sobre todo porque alguien debía hacerlo...

                     Fin.

-creo que no entendí-dijo uno de los Zen oh sama.

-yo tampoco-dijo el otro-¿tu entendiste,Daishinkan?

Él se encogió de hombros y desvío la mirada.

-¿te gustó la historia?-preguntó el primero al segundo.

-no estoy seguro-dijo el otro.

-bueno es momento de votar-dijo Daishinkan.

Fue rápido,como una tanda de apuñalada y el dolor vino después,lentamente uno de tres. Sentí un frío bajar por mi espalda.Seguramente mi rostro se tornó blanco como el papel,la esfera de cristal cayó de mis manos y rodó hasta los Zen oh sama con la imagen de Lilibeu.

-¿la borramos ahora?-dijo el primero.

-ahora ahora-dijo el otro.

-me temo que no-dijo Daishinkan-la señorita Salieri aun puede conseguir un votó más si logra siete estrellas,en veinticuatro horas a partir del momento de la publicación-señaló como una advertencia.

No podía pararme,mis piernas las sentía incapaces de sostenerme,sino es porque Zamasu me puso de pie sujetando mi brazo no lo hubiera logrado.

-le deseo toda la suerte de los universos,señorita Salieri-me dijo Daishinkan-ahora ya puede retirarse...

¿Se burlaba de mi? ¿se compadecio? Con Daishinkan nunca se sabía.

Cuentos al Rey De Todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora