Recuerdo cuando Daishinkan aceptó terminar el juego,la mirada de Zamasu se volvió humo suave y espeso. Una cortina blanda que mantenía sus pensamientos guardados allí dentro. Si tuviera que darle a ese Shin-jin un signo del zodiaco sería Escorpión: intenso,
peligroso, profundo y con una sensibilidad que al ser herida lo hunde en si mismo. Como dije una vez,no odio a Zamasu y lamentaba su suerte. Era cruel volver a casa sabiendo que él, moriría,pero todo siempre puede ser más cruel.Caminaba mirando la espalda de Daishinkan,mientras nuestros pasos hacían un eco frío, que moría en la inmensidad de aquel edificio lentamente,agonizante
¿A donde me conducía Daishinkan? No lo sabía ¿Qué me esperaba en aquel lugar? El tiempo parecía ir más lento y yo sólo intentaba recordar cada acontecimiento que me era relevante.Temía imaginar la respuesta a la situación del perro. Miraba a Zamasu,que caminaba unos pasos atrás a mi derecha.Finalmente nos detuvimos ante una gran puerta de discreta ornamentación y allí,el Gran Sacerdote, se quedó de pie con las manos en sus espaldas,un instante,antes de voltear a verme por encima de su hombro.
-Sé que no soy de su agrado-me dijo-Pero quiero que sepa que usted a llegado a agradarme
bastante,pese a que puede llegar a ser bastante insolente.Tiene un algo especial.Por está razón es que voy a hacerle una última oferta.-Lo escuchó-le dije,pero de antemano ya la había rechazado.
-Quédese a vivir en ese mundo que le han dado y yo traeré aquí a sus seres queridos-me dijo.
Me sonríe,por ningún motivo iba a quitarle sus vidas a mis seres queridos. Prefería no verlos más,a volverlos infelices lejos de lo que ellos amaban.
-No-respondí-Lo lamento,pero su oferta no me interesa.
-Yo lo lamento mucho más y pronto tal vez,usted también-dijo y miro hacia la puerta para que está se abriera de par en par.
La luz me cegó, por lo que me ampare el rostro con las manos y una vez descubrí mi vista, me encontré ante un salon con dos gradas flotantes entorno a una plataforma pequeña a la que Daishinkan me señaló ir. Los Zen oh sama estaban allí también, en su trono en las alturas.Me saludaron agitando la mano y respondí el saludo desconcertada de encontrarme con tal público; todos los dioses y ángeles de los universos,exepto Shin.
"Me va a fastidiar hasta el final"
Ni en el clímax de la historia, el Gran Sacerdote iba a permitirme ver al supremo kaiosama del universo siete.Tendría que conformarme con haber conocido a todos los demás.
El clímax,el punto más complejo e intenso de toda esta historia estaba por empezar.
Daishinkan dió la bienvenida a todos haciendo que pusieran en mi su atención en mí-... Laa señorita Salieri,que vino a contar cuentos al los Zen oh sama a logrado divertirnos a todos a lo largo de esta historia,cada dios y cada ángel,como los supremos kaiosamas han disfrutado de sus cuentos como de esas festividades que,tan amablemente,compartió con todos nosotros...
Hizo una pausa y me miró de reojo.
-Pero como todos saben ella y yo tenemos un juego. Una apuesta y ella sólo puede dejar este lugar de dos formas: la primera es ganando el juego,la segunda perder y ser borrada por los Zen oh sama,quienes han aceptado esto,pues confían plenamente en su capacidad.
"Que halagador y aterrador a la vez"
-Ahora dígame,señorita Salieri en vista de que no nos dió todas las historias solicitadas ¿Tiene alguna sugerencia para finiquitar este juego?
-Cierto es que no conté las historias por usted pedidas y acondicionadas,pero si les conté historias. Lo he hecho durante todo este tiempo,usted mismo lo dijo.
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Cuentos al Rey De Todo
FanfictionYo escribía de él sin saber que desde su mundo podía leer aquellas historias. Un día, ofendido por mi prosa, me lleva ante él para proponerme un inusual juego.