treinta

555 113 31
                                    

"Estúpido Daishinkan"

Me miro fijamente un momento, se inclinó un poco hacia mí, yo busqué distancia.

-Tiene unos ojos muy extraños-me dijo al fin-Me recuerdan el color de estas nubes-agrego mirando al cielo.

¿Por qué no se iba? Era obvio que no tenía nada más que decir.

-Zamasu,me gustaría una taza de té.E ste lugar es bastante agradable. Voy a quedarme un momento-señalo sin quitarme los ojos de encima.

Iba a levantarme,pero descubrí que no era dueña de mi cuerpo. No podía mover nada de la cintura para abajo.

-Será agradable,disfrutar de su compañía-dijo sonriéndome.

¡Claro! Si yo había decidido no hablar,él se había propuesto lograr que lo hiciera.Se quedaría  hasta lograrlo o aburrirse. Se sentó del otro lado de la mesa, con una expresión cándida e infantil mientras Zamasu, preparaba el té que unos minutos más tarde llevo hasta la mesa en silencio absoluto. Me puso una taza en frente,pese a que yo no di ningún indicio de querer beber té,pero que más daba.Supuse que era una orden implícita del cretino de  Daishinkan.

-Esta delicioso ¿No le parece?-me preguntó.

Asinti con la cabeza tras probarlo.

-¿Le gustaría un bocadillo? Las cosas dulces van bien con una buena taza de té.

Hizo aparecer galletas,pasteles, tartas y varias cosas de ese tipo ¿Queria provocarme una alza de azúcar? Quizá,con él nunca se sabía. Comía y bebía té con una actitud bastante relajada.Miraba el paisaje,paseaba su vista por la estructura. A ratos me miraba sonriendo,al fin me relajé y comí un bocado.

¿Cuanto puedes tardar en beberte una taza de té? Creo que llevaba más de una hora y seguía ahí.Seguramente el té estaba frío para entonces y ¡seguia ahí bebiendo tranquilamente!
Quería que se fuera,pero no podía pedírselo. Si hablaba perdería ese desafío insinuado entre los dos. Me hubiera gustado levantarme,pero tampoco me lo permitía y ahí estaba con esa cara de inocente  que yo imaginaba romper a golpes.

-¿Esta aburrida?-me pregunto como si recién lo hubiera notado.

Asinti con la cabeza.

-Juguemos-dijo y la mesa se convirtió en un tablero de ajedrez-Estoy seguro que conoce este juego.

Desde los diez años que juego ajedrez con mi hermano Gabriel. Nunca le he ganado,pero mala no soy eso se los puedo asegurar.

-Un juego interesante, a mi juicio, el más interesante de su mundo, seguramente podría hablarme de el,aunque como a decidido privarme de su voz...Haremos el siguiente trato. Si usted gana yo la devolvere a su mundo.

Lo mire con incredulidad.

-Los Zen oh sama se molestaran, pero puedo manejarlos.Mas si yo gano,usted volverá a hablar ¿Esta de acuerdo?

Acepté. A fin de cuentas si perdía mi situación no empeoraba.
El primer movimiento lo hizo él,movió un caballo. Si en un principio fui optimista y creí que podía ganar peque de ingenua,él era Daishinkan y estaba a años luz de distancia en muchos aspectos,aun así postergó el juego tanto como pude enfrentar sus tretas. Al final terminé con dos peones y una torre además del rey; él tenía dos alfiles y un caballo.

-Llegamos al final del juego y creo que tengo la ventaja-me dijo y me miró con triunfo-Le propongo un empate ¿Qué dice?

Le dije que no con la cabeza.

-¿Hasta el final? ¿Quiere seguir jugando aún cuando sabe que no va a ganar? ¿Cree qué voy a cometer un error o que la suerte la favorecerá?

Por obvias razones no respondí, pero le hice una señal Zamasu; moví mi mano como si escribirá y el materializó una libreta y un lápiz que llevo hasta mí.

Cuentos al Rey De Todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora