diecisiete

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-Honestamente no me gustaría quedarme en este mundo,
universo,universos o como sea-dije y me cruce de brazos.

-Entonces ¿Te tienes que ir?-me pregunto uno de los Zen oh sama, en un tono sombrío y triste que me dió escalofríos

Esa pregunta me llamó la atención ¿No se suponía que ellos iban a borrarme si perdía el juego?.

-La señorita Salieri, ha venido de muy lejos para contar sus historias. Tarde o temprano deberá o volver a su hogar-dijo Daishinkan-Pero mientras vemos que sucede,ella estará aquí para ustedes y para mi. Después de todo Salieri y yo, tenemos que terminar nuestro juego.

Al decir eso se plantó delante de mi, flotando de tal forma que su rostro estaba frente al mío.Sus ojos violeta estaban clavados mis pupilas.Hasta podía sentir su ligera respiración.

-¿Nuestro juego?-repetí en voz baja,sin poder apartar mi mirada de la Daishinkan. Como si inconscientemente tratara de resolver el enigma en sus palabras.

Nos quedamos así un instante, hasta que una idea vino a mi mente.

-¿Un juego?-dije y me sonreí-¡Claro! Usted y yo estamos jugando.

La expresión de calma en el Gran Sacerdote, cambio por una de extrañeza.

-Zen oh sama,saben acabo de recordar un juego muy divertido-les dije-Se llama Simón dice.Se necesita un pequeño de grupo de jugadores de preferencia cuatro y uno de ellos se denomina Simón. Los demás deben hacer todo lo que dice Simón y si no lo hace debe entregar una prenda como castigo. Para recuperar,dicha prenda, debe hacer una penitencia ¿Que les parece?

-¡Sii! ¡Suena divertido! ¡Divertido!

-Si es muy divertido y sería a un más divertido si el gran Sacerdote, juega con nosotros reemplazando al señor Bills-dije y no podía evitar sonreírme.

Por supuesto que no pudo decirles que no a los Zen oh sama así que lo tenía en mi poder.Me arriesgaba a su venganza, pero estaba harta.Tenía que desquitarme de algún modo.

-Simon dice...¡brinquen como conejos!

"No te rías ,no te rías, hagas lo que hagas no te rías"

No dejaba de repetirme eso mientras los veía saltar con las manos en la cabeza, a modo de orejas simulando ser conejos y podía asegurar que Bills, estaba pensando en algo similar.

-Simon dice finjan ser gusanos-dije luego,pero dudaba de que él fuera aceptarlo.

-Lo lamento,pero no haré eso-dijo Daishinkan-El juego término, debo ir a preparar todo para esta noche. Tendremos la pijamada de los dioses.

-¡Su cinturón!-le dije y me miró desconcertado-No hizo lo que Simón ordenó, Así que me debe una prenda.

Se me quedo viendo un momento,luego se quitó el cinturón y me lo dió.No me dijo ni media palabra al respecto, pero me miro de una forma que parecía estar satisfecho,aunque suene extraño considerando que mientras brincaba como conejos notaba lo molesto que estaba

-Por cierto señorita Salieri,usted no puede faltar a este evento-me dijo.

-Pero usted dijo dioses,asi que eso me descarta.

-Es mi invitada.Nadie cuestionara su presencia. Además tuvo la oportunidad de conocer a la mayoría. Seguramente más de uno estará feliz de volver a verla. Es usted, sencillamente encantadora ¿No opina igual,Bills?.

-Si...lo es-respondió,pero convincente no sonó.

-Ve como tengo razón.Bueno ahora será mejor que se retire a su celda...oh perdón,quise decir  habitación-dijo disimulando la mofa en cada palabra-Puede quedarse con mi cinturón.

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