Treinta y tres

850 125 98
                                    


Bills me pidió escribir algo. No les diré que porque estoy segura que si lo piensan un poco lo adivinaran. Yo me comprometía a escribir lo que me solicitó y él, me ayudaba a reunirme con Shin. Bueno Bills cumplió y todo lo que tenía que hacer yo, era caminar por ese pasillo y reunirme con mi ser favorito de todo ese cosmos.

Camine rápido primero,con ansiedad,mas a medio camino mi paso se hizo lento y me detuve. Algo revoloteaba en mi estómago ¿Mariposas,pájaros,murciélagos?
yo sentía un arca de Noé ahí, dentro. Las manos me sudaban y por un instante pensé en regresar.Respire profundo ¿Qué es lo peor que podría decirme? ¿Qué no le gustaban mis historias? Era posible,pero al menos me lo diría de una forma educada o eso creía. Comencé a caminar a paso lento y pareció peor,porque mis pasos hacían un eco tremendo allí,mas recordé que mi poder ahí era inmenso. Que siempre pude hacer lo que quisiera y empecé por algo muy simple,volver mi cabello azul como lo he llevado desde los 17 años y cambiar ese atuendo que llevaba por uno de mi gusto, porque debía ser yo misma en todo mi esplendor o despledor (si es que esa palabra existe), la que llegará ante él. Estaba a unos pasos de la puerta y me detuve otra vez. A Veces, cuando tengo miedo o estoy nerviosa,canto los versos de una vieja canción que cantaba mi padre.Él la cantaba toda,pero yo solo recuerdo un poco...

[: ...Y una mañana, mientras el café mezclaba en una servilleta blanca yo te dibujaba, yo te dibujaba... :] "

Repetí esos verso varias veces canturreando en voz baja, hasta que cruce el umbral.Seguí haciendolo,pero casi en un susurro mientras lo buscaba con la mirada,mas no lo ví y no es que hubiera sitios donde esconderse en ese lugar ¿Por que lo haría? Quizá se cansó de esperar,pensé,y se fue o simplemente no quería verme, por algún motivo. Aquella idea me desánimo un poco. Me apoye en el respaldo de uno de los sofás y considere que quizás, aún no llegaba.Mientras pensaba en que le diría al verlo,seguía cantando.

-Canta muy bonito,señorita Salieri.

Un escalofrío bajo por mi espalda y con la capacidad rotatoria de una matraca, mi cuello giró hacia la izquierda. Ahí estaba.Me quedé inmóvil.Recuerdo que parpadee unas cuantas veces, para asegurarme de que lo estaba viendo era real y no una ilusión,creada por mi mente.
Me sonrió y yo...Yo me quedé viendo ese mohicano de cabellos plateados.Creo que el suyo,es el más largo y abundante,entre todos los supremos kaiosamas.

"Di algo idiota,no te quedes ahí como estatua"

Mi boca estaba cerrada,ninguna palabra escapaba de ahí. Hasta que por divina providencia o que sé yo,dije en respuesta a su comentario:

-Gracias...

Si ya sé no fue lo mejor ¡pero fue lo único que se me ocurrió!
Camino hacia mí hasta quedar a menos de dos pasó y me extendió la mano amablemente,yo sólo me le  quede viendo sin atinar a nada.

-Bueno tal vez en su mundo se saluda de una forma distinta-me dijo.

-No,no así está bién-dije y le estreche la mano.

Pude besarle la mejilla ¡bien hecho cerebro! ¡bien hecho!

Su mano era suave y cálida,debo decir también que sus ojos oscuros contrastan mucho con su piel lavanda,lo que hace que tenga una mirada bastante profunda y algo penetrante. No como la de Bills,pero si puede llegar a incomodar si se posa en uno mucho tiempo.Después de todo es un díos.

-Sabe me gusto mucho su historia  "Ecos del pasado"-me dijo sacándome de mis pensamientos y señalándome que me sentara-No estoy de acuerdo con ese romance con el señor Bills,pero fue un relato interesante.

-Que...Bueno que le gustó-le dije.

-Tambien la que ocurrió con Daishinkan y los Zen oh sama,la verdad me sorprendí bastante al leerla -me dijo sentándose junto a mí- quería conocerla hace mucho,pero el Gran Sacerdote me lo prohibió,aunque seguí su historia...

Cuentos al Rey De Todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora