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Cuando salí de la escuela me dirigí a mi casa, no había entrado a clases ya que me había quedado en enfermeria.

Había ido a ver a la doctora, ella se había asustado al verme, sólo le dije que había sido un accidente, trate de no decir nada.

Me había encerrado en mi habitación, tratando de no preocupar a la abuela ni a mi madre, ellas sólo lo tomaron con alegria, pues pensaban que tenia prisa por ver algún drama.

Aventé mi bolso a la cama y me plante frente al espejo de cuerpo entero. Levanté mi blusa enrollándola bajo mi sostén, mirando como el vendaje rodeaba parte de mi estomago y una pequeña mancha rojiza se veía.

Toqué suavemente, sintiendo las terribles ganas de llorar.

Tenia que cambiarme, había logrado ocultar las manchas de sangre en mi ropa de las mujeres que estaban en la cocina. Me desvestí con cuidado, poniéndome un pantalón de algodón de color azul rey, y opté por una blusa olgada de color negro. Así no me ajustará la herida.

Me quede descalza con mis calsetas gris, aun enfrente del espejo. La chica del otro lado del espejo me miraba con enojo, con tristeza y lástima. No la culpaba, pues yo también me sentía lástima por mi misma, estaba enojada y triste. A veces sólo quería desaparecer.

Volví a levantar mi blusa, las vendas que estaban ahí eran la evidencia que decía que yo no me amaba, que nadie sentía nada por mí, que nadie se preocupaba.

La puerta de mi habitación sonó. Rápidamente baje mi blusa y me dirigí hasta la puerta, donde abrí. Mi madre estaba del otro lado.

-¿Que pasa mamá? - me asome un poco.

-Hija, te buscan, ¿Porque no me dijiste que hoy también tenías trabajos que hacer? -

La miré confundida, pues no entendía lo que me decía. Ella se hizo a un lado, dejándome ver a la persona que me buscaba.

-Te fuiste sin decir nada, así que llegue solo - su sonrisa ocultaba el enfado que sentía en ese momento, pues no había atendido a unas de sus ordenes.

-Los dejaré solos, si necesitan algo avísame - mi madre se giró y bajo las escaleras.

Jungkook camino hacia dentro de mi habitación, apartándome sin ningún cuidado. Hice una mueca.

- Pensé que te había dicho una cosa, y tú no hiciste caso - habló mientras miraba todo a su alrededor, se giró. -¿Sabes lo que pasa cuando no me hacen caso, verdad ? -

Se fue acercando peligrosamente hacia mí. Retrocedí hasta chocar con la puerta a mi espalda.

-Por favor, esta vez no estoy de humor, hoy no me siento bien - le suplique.

Sonrió de lado, su mano se posó a un lado de mi cara, asustandome.

-¿Crees que yo si estoy de humor? Yo no estoy jugando, si te digo una cosa lo tienes que hacer, ¿Cuantas veces tengo que decírtelo para que lo entiendas? -

Está vez me sarandeo, haciendo que mi herida me doliera, trate de reprimir las lágrimas, pero estas ya estaban corriendo por mis mejillas.

Jungkook, confundido me soltó y retrocedió.

-¿Qué te pasa? - no contesté.

Esas lágrimas que había retenido desde la tarde, en el baño, ahora mismo decidieron salir, dejándome en vergüenza frente a la persona que menos quería que me viera así.

-¡Contesta! -levantó más su voz, y me volvió a sujetar de los brazos.

En un movimiento, su mano tocó mi costado herido. Solté un alarido de dolor. Abrió sus ojos sosprendido, levantó mi blusa y vio las vendas cubriendo mi estómago. La mancha rojiza se estaba haciendo un poco más grande.

-¿Que rayos te pasó...? -

- Nada - hable entre hipos.

-No digas que esa mierda no es nada, ¿Quién te hizo eso? - su voz se escuchó tan gélida que me hizo estremecer.

Agaché la mirada, pues no tenia palabras. No podía hablar, mi lado cobarde estaba saliendo de nuevo, el temor de saber que ellas me harían cosas peores si se enteraban que yo había hablado, me hacían temblar.

-Fue Lau ¿Cierto? - él tomó mi silencio como afirmación.

Me sujeto de la mano y me arrastró hacía la cama, donde me sentó y levantó mi blusa, fue desatando mi vendaje poco a poco. Aun con pequeños hipos lo mire, aunque miraba borroso por las lágrimas.

-¿Donde tienen el botiquín? - señale el baño.

Fue hasta el y regreso rápidamente, estaba agachado frente a mi, mirando la herida con el ceño fruncido, con cuidado limpio mi herida y puso un vendaje limpió de nuevo. Guardo todo y tiro las vendas sucias.

-¿Tu familia lo sabe? -

Negué energética.

-Por favor, no les digas, no las quiero preocupar - lo miré directo a sus ojos.

-No les diré nada... pero arreglaré ésto, nadie toca lo que es mío - me miró directo a los ojos.

Sentí como mi cuerpo era recorrido por un calor extraño. Me confundía. A veces actuaba de una manera agresiva hacia mí, y en otras ocasiones, como ahorita, se comportaba algo amable.

-No les digas nada, ellas la tomarán de nuevo conmigo, ellas... -

- Es hora de que conozca su lugar, después de todo lo hecho, ella perderá todo... mañana quiero que me esperes aquí, yo vendré por ti -

- No es necesario eso, yo puedo... -

- Lo haré, y más te vale que me esperes, si no, yo mismo te arrastrare hacía un lugar alejado y te haré cosas que jamás imaginarias - sonrió tocando mis mejillas.

Solo asentí.

Pronto se levantó y salio de mi habitación, dejándome sola, escuché como hablaba con mi madre y salía de casa. Se había ido.

Estaba asustada.

My boy [Jeon Jungkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora