Corrí como si de eso dependiera mi vida, y técnicamente así lo hacía. Mi madre corría grave peligro en manos de aquella bestia.
Mientras me dirigía hacia esa casa, en la cual no habia muy buenos recuerdos que dijera. Marqué a la policía, dándole aviso del secuestro de mi madre por parte de aquél hombre. Di datos y dirección, todo eso mientras corría. Sentía como el viento a chocaba contra mi rostro, empezaba arder mi garganta por respirar por la boca, en ese momento no me detuve a pensar en cual era la perfecta manera de respirar. Yo solo quería llegar a donde estaba mi madre.
Giré en la esquina de la calle donde estaba mi anterior casa, recorrí la acera, no prestandole para nada atención a los vecinos curiosos que estaban por ahí regando el jardín o barriendo, o sacando la basura. Yo solo quería llegar.
Pude divisar mi casa más adelante, mis piernas sentía que empezaban a doler. No había parado de correr, por un momento me planteo la idea de llamar a Jungkook, pero me preocupaba aún, no quería verlo como lo había visto hace un par de días. Donde había perdido la cordura, no, no quería verlo sufrir así de nuevo.
Me plante frente a la puerta de mi casa, no me dio tiempo de dudar, pues podía escuchar gritos proviniendo de adentro de la casa. Sujete el picaporte de la puerta girando en un par de veces, pero esta no cedía. Empezaba a desesperarme.
Miré a todos lados, encontrando una ropa del tamaño de mi mano, fui hasta ella y la mire por segundos, tragué en seco, me hice un poco hacia atrás y agarré vuelo con mi mano para después aventarla directo hacia la ventana. Un estruendo se escuchó y yo me apresuré a correr de nuevo a la puerta, pues esta se había abierto a los segundos de haber tirado la piedra. A vente al hombre que me miraba sorprendido y a la ves furioso.
Entré buscando a mi madre, no la veía.
-¡Mamá! -
La llamé, esperando que me respondiera y así poder ubicarla más rápido.
-Aquí - fue apenas un susurro.
Fue perfecto, con eso me bastó para poder saber que ella estaba tirada en la sala, encima de la alfombra vieja de color rojo deslavado. Quise correr hasta ella, pero las manos de aquél hombre me sujetaron de mi cabello.
-¿A donde crees que vas? Pequeña bastarda- tiro de mi cabello, haciendo que cayera hacia el suelo.
Lo vi, vi sus ojos llenos de furia, esa sonrisa asquerosa que solo decía que se divertía con la situación. Apestaba, parecía que tenia tiempo sin bañarse además de que apestaba a alcohol. Apreté mis manos junto a la cerámica del suelo. Lo miré con el entrecejo fruncido, ya no más.
-Ya no te tengo miedo, hoy será la última vez que te veremos la podrida cara-
Rechino sus dientes, las venas de su frente y las del cuello resaltaron.
-Jamás se librarán de mí, no son nada sin mí - pateó mi pierna. Hice un gesto de dolor.
-Tú eres el que no es nada sin nosotras, seguro que no has comido decentemente desde hace meses, ni has tenido una ducha caliente, porque aquí no hay nada- me empecé a levantar.- Tú eres el que esta perdido sin nosotras, no sabes hacer nada, no puedes hacer nada bien, eres un bastardo infeliz que solo sirve para echar a perder todo lo que toca-
Una bofetada de parte de él me hizo girar la cabeza hacia el lado contrario.
Lo miré con enfado.-Sí, de eso hablaba, solo te puedes defender golpeando a la gente cuando te sientes amenazado, eso solo lo hace la gente débil -
Camine hacia mi madre, sin prestarle más atención a aquél hombre. Ya no debería perder más el tiempo.
La vi, ella tenía lágrimas en sus ojos, sangre saliendo por su boca. Su ropa un poco desgarrada. Sentí un nudo en la garganta tan solo verla así de desprotegida. Me agaché frente a ella para ayudarla a levantar.
-Vamos mamá, es hora de regresar a casa con la abuela, ella esta preocupada-
-Pero hija, no nos dejará irnos- ella me miró con dolor en sus ojos. - No hubieras venido, ahora también estarás aquí de nuevo-
-¿Cómo es que siquiera puedes pensar que te dejaría sola? No mamá, ya no más, le hable hable a la policía, seguro esta por llegar, hoy terminará todo- hice que se apoyará en mí para poder caminar.
Dimos unos cuantos pasos, pero de nuevo ese hombre se puso en medio de nosotras.
-¿A caso están pensando irse así sin más? Están muy equivocadas si piensan que se irán -
-Tú no eres nadie para decirnos que hacer, nosotras nos iremos y se acabó, además ésta casa es de nosotras, mi padre la dejó para nosotras, tú solo te aprovechaste de éso, personas como tú se encuentran en cualquier parte, basura- le escupi en la cara.
No aguantó más y se abalanzó hacia nosotras. Mi madre soltó un grito y yo solo la empuje hacía el sofá, haciendo que ese hombre cayera encima de mí. Forcejeó a tal punto de qué siento como deja rasguños por mis brazos.
-¡Suéltala!-
Veo como mi madre corre hasta donde estamos y ella tira de su camisa para quitarlo, la empuja hacia un lado, sus lágrimas caían una tras otra.
Pataleaba y trataba de empujarlo y también de cubrirme con mis manos la cara. Cerré los ojos por inercia cuando escucho como mi madre le estampa un florero en su cabeza, cubro rápidamente mi rostro para que no me caiga ningún vidrio.
Éste cae hacia un lado de mí, me levanto con ayuda de mi madre. Ella empieza a llorar abrazandome.
-Lo siento, si yo lo hubiera dejado antes esto no estaría pasando- ella sollozaba en mi hombro.
-Tranquila mamá, ya todo pasó - acaricié su espalda tratando de que se calmara.
Las sirenas de la policía se podían escuchar acercarse cada vez más. Me encaminé con mi madre hacia la salida, donde abrí la puerta y esperamos a que la policía llegara.
Deje que mi madre se sentara en el escalón de la entrada, con la manga de mi suéter limpie su labio, el cual estaba manchado de sangre. Aun sentía mi corazón latir como loco por la adrenalina que sentí hace un momento, era inevitable, nunca antes me había enfrentado a alguien así, pero tratándose de mi madre yo estaría dispuesta a todo, hasta de perder mis miedos.
La policía entró por aquél hombre, el cual salió esposado, gritando incoherencias hacia nosotras. Mi madre levantaría una denuncia por violencia, secuestro y por abuso de confianza. Le darían muchos años de cárcel, con éso estaba bien, así podríamos estar tranquilas, sin miedo de que pueda aparecer en algún momento frente a nosotras o que algo como lo que paso hoy se vuelva a repetir.
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My boy [Jeon Jungkook]
FanfictionSer abusada en tu casa ya es suficiente, pero ¿En la escuela? Por desgracia, ella experimentará la violencia familiar y bullying escolar. Jeon Jungkook, el chico más guapo de toda la escuela, el chico por el cual cualquiera mojará sus bragas. Él h...