My boy [Jeon Jungkook]

#47

Escucho como pasos van subiendo las escaleras, me tenso al ver como la puerta se va abriendo de a poco. Jungkook asoma su cabeza, entra sin mediar palabra alguna. Mantengo mi vista en el suelo, no sé que más hacer.

Cierra la puerta y camina hasta entrar en medio de la habitación, donde se queda parado, no dice nada, escondo con miedo la prueba debajo de mi pierna. No quiero que lo vea, no aún. Escucho como paladear un poco, yo paso mi lengua por mis labios. Ésto es tan incómodo. Mis manos no dejan de temblar.

-Daniela, yo... deja que te explique todo- empieza él rompiendo el silencio.

Asiento, pero no levantó la mirada y tampoco hablo. No puedo hacerlo. Aun siento ese dolor en mi pecho, ese ardor que se siente cuando le hechan limón o sal a la herida, tan doloroso.

Se arrodilla frente a mí, yo no puedo mirarlo a los ojos, pero él empieza a hablar.

-Lo que viste, sobre Lau y yo... sí fue lo que viste, pero no es lo que parece -

-¿Que es lo que no parece? ¿el hecho de que te estabas besando con ella? ¿que ella casi te devoraba?- hable mirándolo por primera vez. -No vengas con eso, Jungkook -

-No, espera, si me besó, pero es por algo diferente... ¡Mierda!- soltó exasperado. - Hable con ella, le pedí que no se metiera contigo, que nos dejará en paz, ella aceptó pero con una condición -

-¿Cuál? - lo miré con enojo. -¿Besarla?-

Asintió: -Dejar que me besara fue la condición, pero no fue algo recíproco de mi parte, por favor, tienes que creerme, yo jamás haría algo que te hiciera daño- sus ojos me examinaban.

-Me dolió ver eso, Jungkook - hable en un susurro.

-Lo sé, y lo siento mucho, pero en verdad, yo no tengo nada con ella, jamás lo tendría de nuevo, yo te amo en verdad- tomó mis manos.- Eres la única en mi vida-

Lágrimas salían de mis ojos, las cuales Jungkook fue quitando con su mano. Me abrazó, sintiendo su calidez rodearme. Y ese terrible sufrimiento se fue esfumando poco a poco, me fui sintiendo más llena, más plena. Ese hueco que sentía en mi pecho, se fue cerrando. Le correspondi el abrazo, hundió su cabeza en el hueco de mi cuello.

¿Podía respirar más tranquila? ¿Todo estaba bien ya? No, aun no había terminado ésto.

Me separe un poco de él, solo para poder mirarlo. Pase la lengua por mis labios, mi garganta la sentí secarse. Paladeo un poco, no puedo hablar, ninguna palabra sale de mis labios.

-Yo... Jungkook ...- balbuceo un poco.- Veraz yo tengo algo que... hablar contigo- mi voz salió más bajo de lo que yo pensaba.

-¿Sobre que? ¿Qué es lo que pasa?-

No puedo, no puedo decirle. Mis palabras no quieres salir y mis labios se mueven pero ni una maldita palabra sale. Estoy nerviosa, estoy asustada. Temo por la reacción de Jungkook. ¿Lo suelto de golpe? ¿Lo hago suave? ¿Cómo lo hago?

Cerré mis ojos, llevé mi mano derecha hacia debajo de mi pierna, saqué la pequeña prueba y con temor se lo entrego a Jungkook. Éste sólo se levanta frente a mí, mirando lo que puse en sus manos. Al principio sin entender, lo que era. Pude ver sus diferentes cambios de expresión. Confusión, incredulidad, temor, sorpresa y algo más.

Me mira, pero no dice nasa, solo señala el pequeño aparato. Muerdo mi labio inferior esperando. Agachó la mirada y aprieto la orilla del colchón. No quiero ver, no quiero ver su reacción, ya me dio miedo.

Pero mis ojos se van abriendo cada vez más grande cuando sus brazos me rodean, su cálido abrazo me sostiene con firmeza.

-Tonta, ¿pensaste que saldría huyendo?- susurro en mi oído - Eso jamás, tú eres mi vida, no, ahora son mi vida-

Con suavidad tocó mi estómago. Sentí una calidez recorrerme poco a poco desde mi espina dorsal hasta mi cabeza. Él siguió hablando.

-Siempre estaré con ustedes, aceptaré mi responsabilidad, se que puede ser difícil pero, mientras estemos juntos... ¿Qué puede salir mal?-

Me separa un poco de él y me sonríe, yo asiento un poco, tratando de que su positivismo se me pegue aún que sea un poco.

-Jungkook, tengo que decirle a mi madre, ella no sabe... nada-

-Pues vamos, iremos los dos, entramos en esto juntos y lo afrontamos juntos-

Me tiende una mano y yo la sostengo, me ayuda a levantarme y besa mi frente un poco. El miedo que había sentido hace nada ahora era solo puro nerviosismo, claro, sentía que había defraudado a mi madre pero, lo hecho, hecho está.