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Toqué mis labios, sintiendo un cosquilleo en ellos. Recordando los labios de Jungkook sobre ellos. Toque mis hombros y baje por mi brazo, aun sintiendo sus caricias cálidas en mí.

Un sonrojo apareció en mis mejillas al recordar por completo el día de ayer.

La imagen que me devolvió el espejo, mostraba a una chica con ojos brillantes, mejillas y labios sonrojados, una pequeña sonrisa tímida en sus labios. Una chica que parecía feliz, feliz por sentirse amada. Yo me sentía realmente amada, amada por esa persona especial que aceptó mis sentimientos y me dio parte de los suyos.

-¡Daniela, baja a comer! -

La voz de mi madre me saco de mis pensamientos, sobresaltandome. Salí de mi habitación, bajando las escaleras. Entré a la cocina, do de ella y la abuela estaban ya sentadas.

-Buenos días - dije mientras me sentaba, miré el plato frente a mí.

-Buenos días, ¿Cómo te fue ayer? - levanté la mirada apresurada para mirarla.

Un cosquilleo en mi estomago y calor en mis mejillas a parecieron.

-¿Cómo? -

-Sí, como te fue ayer en tu cita con Jungkook - ella sonrió. -Me mando un mensaje diciendo que tenia una sorpresa para ti, pidiendo permiso para que llegaras un poco mas tarde a casa- parecía feliz, se notaba que quería hablar sobre éso.

-Fue bien...- pinché un poco el desayuno. - Me refiero, fue hermoso, me llevó a su casa, donde había preparado una cena, aun que era pollo del KFC, fue un lindo detalle- comenté sin poder evitar el rubor en mis mejillas.

Rayos, ésto era incómodo para mí, pues no sólo comí pollo frito, sino que también comí... otra... cosa, ok, esto me esta superando.

-Lo imagino, tu rostro y tus ojos, todo en ti parece brillar- la miré sin entender bien a lo que se refería. -Pero ¿sabes? Eres joven, ustedes son jóvenes, se que... bueno, yo tuve tu edad, así que... ¿usaron protección al menos?-

Tosi como desquiciada, con mi mano pegué en mi pecho. Le di unos buenos tragos al jugo de naranja para que la comida pasara.

-¿Qué...? ¡Mamá! - chille avergonzada.

-¿Qué? Hija, seamos sinceras, ustedes no sólo fueron a cenar a su casa, después de todo, la madre de Jungkook no estaba en casa ¿cierto?-

Su mirada no era de reproche ni de enfado, más bien, parecía que se divertía a costa mía. 

-Oh mamá, por favor, no quiero hablar de eso- tapé mi cara a bochornada.

Dios, esto era mas vergonzoso de lo que pensaba. Unas palmadas nos hicieron poner atención a la abuela, quien nos señaló con su cuchara.

-Ok, ambas, pónganse a comer, nada de hablar de eso en la mesa-

Mi madre sonrió hacia ella y asintió, empezó a comer de nuevo. La abuela me guiñó un ojo, jamás estuve tan agradecida como ahora lo estaba. Todo era tan vergonzoso que me hacía perder el apetito. Mire por unos segundos mi plato aún casi intacto, pinche de nuevo la comida y metí un bocado a mi boca.

Suspiré.

[...]

Caminé sin prisas por la calle dirigiéndome al supermercado, enumero cada cosa con mis dedos, mi madre me había mandado por algunas cosas que faltaban en casa.

Eran apenas cinco cosas, entré al supermercado buscando cada cosa por los pasillos. Llené la canasta que había tomado apenas entré, me encaminé hacia la caja registradora, donde me atendió una señora.

My boy [Jeon Jungkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora