My boy [Jeon Jungkook]

#58

--Cariño, Jimin está aquí -

Miré a mi madre, ella asomaba la mitad de su cuerpo por la puerta.

--Bajo en un momento -

Ella asintió y salió cerrando la puerta, suspire sentada aún en la cama. Estaba de bajón de nuevo. Solo quería estar encerrada en mi habitación, pero tenía que hacer algo sino preocuparía a las dos mujeres que estaban en la cocina. Puse mis pantuflas y un suéter holgado. Baje lentamente las escaleras, viendo así a Jimin sentado en uno de los sofás.

Él, apenas escucho mis pasos y se paró del sofá para recibirme. Le sonreí un poco.

--Daniela, ¿como estás? -

--Bien, igual que ayer, supongo - torció sus labios.

--Al menos podrías poner un poco de sentimientos en esas palabras -

Suspiré, bueno, el chico no tenia la culpa de que hoy no me hubiese levantado con el ánimo suficiente.

--Lo siento, solo estoy cansada -

Caminé hasta sentarme en el sofá y él hizo lo mismo.

--No te preocupes, solo bromeaba - asentí no muy convencida.

--Mejor platicame, ¿como te fue en la escuela? -

--Bien, sólo... bueno, las tareas que me están poniendo me sobrepasa, son demasiadas y no soy muy bueno en matemáticas.-- hizo un puchero.--¿Eres buena en esa materia?--

Negué, yo no lo era, pero conocía a una persona que sí que lo era. No pude evitar sentir esa nostalgia, lo extrañaba, pero no le había mandado ningún mensaje ni llamado sólo quería darle su tiempo, él lo necesitaba tanto como yo, ¿que estará haciendo ahora mismo?

--Daniela...-- llamó, yo parpadeé un par de veces.

--¿Qué? --

--Te fuiste-- sonrió burlón.

--Lo siento, pero no soy buena en esa materia, pero conozco a alguien que sí --

--¿En serio?-- sus ojos brillaron de inmediato.--¿Quien es? Tal vez pueda pedirle ayuda...--

--Es Jungkook, él fue quien me enseñó matemáticas, con eso pude subir la materia-- él bajo la mirada, no pude quedarme callada. --¿Has sabido algo de él? --

Lo miré con súplica, cualquier cosa que supiera de él sería bueno. Solo quería saber como estaba, como la estaba pasando. Si estaba igual que yo o peor. Sólo...

--No, no se nada de él--

--¿No lo han buscado? ¿Tú no lo has llamado?--

Pude ver como mordía su labio. Con desesperación sujete sus manos, lo mire a los ojos.

--No-no me a contestado ninguna llamada, lo siento--

--Es así -- lo solté, dejando caer mis manos en mi regazo.

Sabía que le presionaba demasiado, me sentía desesperar, pero yo sola me estaba ahogando en un vaso de agua pues tenía la manera de saber sobre él. Pero ahora mismo era una cobarde que no podía plantar le cara a él, no podía, no podía lastimarlo al momento de verlo y quebrarme frente a él. Por que sí, yo me desmoronaria tan solo verlo.

--No tienes porque ponerte así, verás que...--

Sus palabras quedaron en su boca cuando el timbre sonó un par de veces. Lo miré.

--Seguro es uno de los chicos, ¿podrías ir a abrir? --

--Claro--

Jimin se levantó y se dirigió hacia la puerta. Suspirando me acomodé mi suéter que caía por uno de mis hombros.

--¿Jimin, que haces aquí? --

Abrí mis ojos a más no poder tan solo escuchar esa voz. Mi corazón empezó a latir tan fuertemente que tenia miedo que se saliera de mi pecho. Mis manos empezaron a temblar. Me levanté del sofá y me apresuré hasta la puerta donde había dos chicos, uno mirando con sorpresa al otro.

--Jungkook...-- su nombre salió en forma de suspiro desde mis labios.

El aludido dejó de ver al chico que había abierto la puerta y dirigió su mirada a mí.

--Daniela--

Lo mire mejor, su cabello rojizo estaba despeinado cayendole por su frente, unas pequeñas ojeras debajo de sus ojos, sus labios rosados estaban un poco resecos. Había bajado de peso, eso podía notarlo al ver como su ropa le quedaba más holgada de lo normal.

No pude evitarlo, caminé hacia él y me tiré a sus brazos. Buscando ese calor y confort que tanto había anhelado. Él me abrazó de inmediato, cerré los ojos suspirando y oliendo su fragancia, lo había extrañado tanto. No lo pude aguantar, el llanto salió de inmediato, sollozos salían desde la profundidad de mi pecho, el nudo en la garganta me hacía respirar con más dificultad. Jungkook acariciaba mi espalda susurrando palabras suaves.

--Tranquila, todo estará bien--

Sólo quería escuchar esas palabras por parte de él, que me dijera que todo estaría bien. Porqué él jamás me mentía, si él decía que todo estaría bien es porque así era. Ansiaba escuchar esas palabras, pero solo de él, los demás me lo habían dicho, pero eso solo me hizo sentir peor, pues sabía que nada estaba bien, nada sería como antes.

Me separé un poco de él, solo para mirarlo a los ojos.

--Idiota, te extrañé tanto... yo...--

--Perdóname, en verdad lamento dejarte sola--

Jungkook me llevó hasta la sala, y fue ahí cuando caí de nuevo a la realidad, nosotros no estábamos solos. Giré mi cabeza hacia donde estaba Jimin, él nos miraba con una mirada que no supe explicar. Sus ojos se encontraron con los míos.

--Yo... me iré, vendré a verte mañana Daniela, hasta mañana-- no esperó a que dijera nada y salió de casa.

--¿Sólo Jimin vino?-- Jungkook miraba donde segundos antes estaba nuestro amigo.

--Sí, él a estado conmigo todos éstos días, me... ayudó a no encerrarme en mi habitación -- de un momento a otro me sentí apenada. Como si hubiese hecho algo malo.

--Creo que tengo que darle las gracias por estar contigo, después de todo yo te deje sola--

Negué poniendo mi dedo índice en sus labios.

--No digas eso, ya todo está bien, tanto como tú y como yo estábamos mal, sabía que necesitabas tu tiempo, creo que soy yo la que tiene que disculparse, fuiste tú quien en verdad estuvo sólo -- negó un poco.

--No tanto, tuve a alguien que me ayudó, ella me dio consejos y me hizo entender que, aunque nuestro hijo ya no está con nosotros, nosotros seguimos vivos y tenemos que seguir, no es el fin del mundo, tenemos que vivir para demostrarle que sus padres son fuertes, porque sí, él nos ve desde el cielo--

Sus palabras fueron dulces y tiernas, pero cargadas de razón. Asentí.

--Juntos saldremos adelante--

--Lo haremos, buscaremos ayuda profesional para ambos, nos ayudará a tratar de vivir la vida con nuestro dolor, pero sin que eso interfiera en nuestra vida cotidiana --

Sólo asentí, ahora que él estaba conmigo, que lo tenía frente a mí, podía sentir que yo podía hacerlo, podía salir adelante. Porque ya no tenía miedo, él no dejaría que yo cayera.