#13

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A la mañana siguiente, era domingo, había despertado demasiado tarde. Aun sentía esa pesadez por haberme dormido a altas horas de la madrugada. 

Me levanté y fui hasta él baño para poder lavarme la cara y lavar mis dientes. Mis ojos estaban aún un poco cerrados.

Tenia puesta mi pijama aun, la verdad no tenia muchas ganas de quitarmela, sólo quería estar tumbada en mi cama todo el día. Admito que me la pase genial en la fiesta el día de ayer, pero era demaciado estresante ir a una, ahora, no me imaginaba como estaba Namjoon, pues había sido en su casa.

Baje lentamente las escaleras, pues sentía como mis piernas temblaban como gelatina, aun cansadas.

—Señorita, dormiste mucho — mi madre me miraba con brazos cruzados, pero parecía divertida.

—Perdón, pero aun tengo sueño, creo que no volveré a dormir tan tarde —

— Que dices, de eso se trata la juventud, mira que eres una amargada — sonrió.

— Pues antes no tenía a donde ir, no se me permitía salir y si lo hacía recibía una paliza que me dejaba cardenales por todos lados —

Un silencio sepulcral se formó ahí, había metido la pata, había dicho algo que no había pensado antes de abrir mi boca. Sentí la gran culpa recorrer mi cuerpo.

—Mamá, lo siento... yo... —

— Lo siento mucho hija, por culpa mía, por no tener el valor, estas creciendo con un trauma, perdóname cariño — baje las escaleras por completo y fui a abrazarla.

—No, no tienes la culpa de nada, perdóname a mí por hablarte así, no era mi intención, en verdad, ahora mismo estoy mucho mejor, sólo agradezco que fuiste valiente para irnos, ahora mismo somos felices, ¿no? —

— Sí,  tienes razón, ahora estamos mejor —

Me separé un poco de ella, para darme cuenta que unas pequeñas lágrimas salían de sus preciosos ojos. Había algo que odiaba más que nada en mi vida, ver llorar a mi madre. ¿Y quien no siente eso? Estoy segura que cualquiera que viera llorar a su madre, se sentirían el ser más detestable del mundo y se les partiría el corazón.

—Vamos a la cocina, tengo un poco de hambre — sonreí un poco mirandola, limpié las lágrimas restantes.

—Claro, prepararé algo rico, y sirve que me cuentas como fue todo en la fiesta, tengo curiosidad — sonrió amablemente.

Asentí mientras ambas caminábamos hacia la cocina. La abuela no estaba, pues había salido por unas medicinas cerca de aquí.

Le conté sobre lo que hicieron los chicos, como ellos jugaban, como se querían demasiado y como se cuidaban. Claro, no le conté nada sobre el pequeño accidente con aquél tipo. No quería preocuparla.

Ella de vez en cuando asentía o sonreía.

—En verdad, esos chicos son muy buenos, aprecia mucho la amistad de ellos —

— Lo haré mamá, ellos también cuidan de mí, es lo menos que puedo hacer, atesorar su amistad — sonreí.

— Y... ¿Que pasó? — habló mientras sacaba el ultimo huevo frito de la satén.

—¿Que paso de qué? — la miré confundida.

—No te hagas, ¿Qué pasó con Jungkook? ¿al fin puedo decirle yerno? — alzó las cejas divertida.

Tosi un par de veces, casi atragantadome con la comida.

—Mamá, te dije que... que no había nada entre él y yo, sólo somos amigos, por favor —

— Así que no paso nada — habló para ella misma, decepcionada.

Negué mientras comía un poco más.

—Esté chico se esta tardando, porque en serio, en sus ojos se ve cuanto te aprecia, y tú no te quedas atrás, pues también lo miras como si quisieras memorizar todo de él —

Me sonroje a más no poder,  ¿enserio mi madre hablaba así?  Digo, no me molesta que ella piense que él y yo somos algo pero... suele ser algo vergonzoso que te lo digan en la cara.

Terminé de comer, mientras mi madre seguía hablando cuanto alardearia si Jungkook se vuelve mi novio, creo que solo quiere presumirlo, o ya lo hace. Negué para mí.

— Ah, hija, antes de que subas a tu cuarto, ¿Podrías ir al míni-super? Se acabó la leche y el jugo de naranja, iría yo pero, haré la comida para la abuela —

— Claro, sólo iré a cambiarme — señale mi pijama.

Ella asintio.

Subí las escaleras, me quité la pijama y me puse un short de mezclilla, unas calsetas altas  una blusa gris olgada y mis sandalias. Sujete mi cabello en una coleta alta, me puse mis gafas. Si Jungkook me viera así seguro se enfada.

Bajé de nuevo, para que mi madre me diera el dinero, salí de la casa a paso normal. No tenía prisa, el cielo estaba un poco nublado, no hacía tanto frío, estaba agradable.

La tienda no quedaba lejos, así que hice como diez minutos, entré al míni-super, escogiendo la leche y el jugo de naranja, pague lo que era y después salí con una bolsa en mano. 

—Oh, Daniela, ¿Qué haces aquí? —

Me sorprendió escucharlo.

—Hoseok, hola,  vengo a comprar unas cosas, ¿y tú? —

— Vengo de unas clases de bailé, ¿vas a tu casa ya? —

Asentí.

— Te acompaño, voy de pasada —

— Claro — le sonreí.

En el caminó platicamos un poco, me contó que estudiaba bailé, pues le encantaba bailar. En verdad me gustaría verlo en acción.

Él sonreía alegre, era como estar a lado del mismo sol, pues era demasiado cálido.

—Eh... Así que después de todo puedes tener chicas —

Una voz burlona  delante de nosotros nos hizo detenernos.

Al mirarlo una sensación de alerta recorrió mi cuerpo, y no me equivoqué, pues la cara de Hoseok mostraba terror e incómodo.

....
3/5

My boy [Jeon Jungkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora