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Después de clases me dirigí a mi casa donde, antes de entrar, ya se escuchaban los gritos de mi padre y el llanto de mi madre.

Me quedé parada en la entrada con el pomo en mi mano.

Me había congelado de nuevo, me odiaba por ser así. Me repetía a mí misma que tenia que hacer algo, no podíamos seguir así, esto no era vida.

De repente la puerta se abrió, la persona de el otro lado del umbral me miraba furioso.

- ¡Entra rapido, maldita mocosa!- me jaló hacia dentro de la casa provocando que cayera en el suelo.

Mi madre estaba en el sofá, tratando de cubrir el acto criminal que había pasado apenas hace unos segundos.

-¿Por qué estabas ahí parada como estupida? Cuando llegas tienes que entrar y listo, bastarda-

Asentí con miedo, pues mi cuerpo aún sentía la paliza de ayer.

-¡Desde hoy empezarás a buscar un trabajo, estoy cansado de mantener a una basura como tú! -me señaló con el dedo.

- Por favor, deja que ella siga estudiando, te lo suplico- mi madre murmuró mirandolo.

Grave error, pues éste se giro para mirarla furioso.

- ¿Cuando te dije que hablaras?- se acercó peligrosamente hasta ella.

Le soltó una bofetada que resonó en todo el lugar.

Un pequeño grito se escuchó por parte de mi madre, su ya magullado rostro estaba amoratado, debajo de su ojo izquierdo ahora había una mancha oscura, empezaba a incharse.

- Empezaras a buscar trabajo hoy, y no regreses hasta que lo encuentres, empieza a mantenerte sola-

Sin más se encaminó hacia la salida, pero no sin antes darme una patada en mi pierna.

Cuando ya no estaba ahi, me sobe adolorida la zona maltratada.

- Mamá, estoy cansada, dos años viviendo entre violencia, golpes e insultos, ya estoy cansada... vamonos -

Le suplique yendo hacia ella.

- ¿A donde iremos? Ésta es nuestra casa- ella negó con temor.

- Buscaremos un departamento, busquemos ayuda, por favor, vamonos- Tomé sus manos entre las mías.

- Hija...-

-Aprovechemos que ahora no está, seguro llegará tarde y volverá a golpearte-

Me estremecí ante tal idea.

Ella guardo silenció, pensé que de nuevo se negaría, que seguiríamos viviendo este infierno. Pero me sorprendió su respuesta.

-Está bien, vamonos, agarremos nuestras cosas, pero ahora mismo no tenemos donde quedarnos-

Mis ojos los sentía arder, pues tenía ganas de llorar, estaba feliz de que ella al fin aceptará alejarse de la mierda que era ese hombre.

-No te preocupes, cerca de la escuela vive una anciana, ella esta rentando una habitación, podemos ir con ella, es muy buena persona, vamonos ahora mismo-

Ella asintió, subimos escaleras y fuimos a nuestras habitaciones. Apresurada saqué  una maleta de mi armario metí toda mi ropa y no es que tuviera mucho, metí algunas cosas personales y lo demás lo tenia en una mochila. Salí de ahi dejando todo atras.

Cuando salí de mi habitación mi madre también tenía su maleta y su bolso.

- Vamonos -

Bajamos y salimos de ahi, nos dirigíamos hacia la casa de la anciana, quien ella encantada nos acepto dejar  pasar la noche sin dejar un deposito, le habíamos contado lo que había pasado, para mi sorpresa ella nos contó que había pasado por algo igual.

Mi madre se en cariño con ella y la verdad que yo también, ahora empezaría a buscar un trabajo para poder salir adelante, ya había terminado un tormento, pero aun quedaba otra cosa... la escuela.

My boy [Jeon Jungkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora