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Eran cerca de las once cuando desperté, sentía mis ojos demasiado pesados. Aun me faltaba dormir un poco más, y quería seguir haciéndolo pero un mensaje en mi teléfono me hizo despertar de golpe.

"Iré a tu casa, llegaré a las once y media"

¿En serio este chico no dormía? Jungkook parecia acostumbrado a dormir en plena madrugada y despertar temprano. Recordé la hora, de un salto salí de la cama y me fui a duchar, no tuve tiempo de disfrutar el agua caliente. Me puse lo primero que encontré a la mano, un pesquero color negro y una blusa gris,  encima me puse un suéter color gris y negro y mis zapatillas. Peine mi cabello casi a tirones, por eso detestaba estar a las carreras.

Miré la hora de mi teléfono, exactamente eran las once y media. Baje las escaleras, casi dando tropezones. La puerta empezó a sonar. Vi a mi madre y a la abuela sentadas desayunando, les sonreí y fui a abrir. Me faltaba el aire.

—Buenos días, ¿Cómo amaneciste?.

Lo miré mal, él solo sonrió levantando las manos en forma de culpa.

—En serio Jungkook, eres malo ¿a caso no duermes? Yo muero de sueño.

—Dormí lo suficiente, además, supongo que estoy acostumbrado.

Lo hice pasar, cerré la puerta detrás de nosotros y nos dirigimos a la cocina.

—Te lo dije, Jungkook era la razón por la que bajara haciendo tanto ruido.

La abuela le sonreía triunfante a mi madre. Ella solo sonrió. Yo solo negué suspirando, dándome así un tiempo para relajarme.

—Buenos días, lamento llegar de sorpresa. — Jungkook sonrió hacia las dos mujeres que estaban sentadas bebiendo una taza de café. — ¿Cómo siguen? —

—Mucho mejor, yo ya puedo levantarme, aunque me tomare unos días en el trabajo, mi jefa me dio permiso.

— A mí me quieren tener acostada como una inválida, ¡Estoy más que saludable!

—Y no decimos lo contrarío abuela, pero tienes que descansar un poco de vez en cuando.

La abuela sólo entorno los ojos y bufo. Mire a Jungkook quien sonreía ante tal escena.

Ambos nos sentamos junto a ellas para desayunar, sabía que prefería estar con nosotras o con los chicos que estar en su casa. Por eso mismo no le decía nada, sabía que se sentía a gusto aquí, tal vez el ambiente familiar le era nostálgico pero a la vez lo disfrutaba. Y yo no era nadie para privarlo de ésto.

Después de terminar de desayunar ambos subimos a mi habitación, donde sólo nos dejamos caer en la cama y miramos al techo. Platicamos sobre la fiesta de ayer, diciéndome que Taeyang pensaba organizar otra fiesta pronto, a la cual estábamos invitados. No pude evitar decirle que por ahora tenía suficiente de fiestas, beber esa "limonada" no me cayó muy bien, claro, después me entere que no era precisamente limonada sino que una bebida con alcohol.

[...]

Los días pasaron normalmente, al menos eso quería pensar yo. Pero lo que en realidad estaba pasando era que Jungkook me estaba evitando un poco.

—Oye, ¿nos iremos juntos? —pregunté una vez tocó el timbre. — Quería pasar por una heladería, se me antojó un helado de chocolate. — sonreí.

—Lo siento, ya había quedado con Jimin y Taehyung para ayudarlos en... ya sabes, cosas de chicos — movió sus manos con frenesí.

Suspire y no pude evitar sentir una punzada en mi pecho.

—Claro... esta bien, bueno, nos vemos mañana — traté de sonreír.

—Sí, hasta mañana —

No se despidió como siempre lo hacía, tampoco se detuvo a mirar atrás. Él solo salió de la clase corriendo. Suspiré algo triste, esta era el tercer día que pasaba. También cuando le mandaba algún mensaje, tardaba en contestar o solo me dejaba en visto o no los miraba. Eso me daba tristeza y a la vez coraje.

Salí de clase caminando cabizbaja, con mi mochila al hombro. No paraba de suspirar, y tampoco de darle vueltas al asunto en mi cabeza. Tal vez él solo necesitaba su tiempo con los chicos, después de todo ellos son sus amigos. Sí, tenia que ser éso, pues Jungkook no me dejaría tanto tiempo sola si no fuera por ellos, así que todo estaba bien...

¿Y si se estaba viendo con alguien más? ¿Y si ya se estaba cansando de mí y necesitaba su espacio? Si era éso él podría habérmelo dicho, yo comprendería a la perfección. Rayos, estaba empezando a pensar cosas sin sentido.  Y estar tan metida en mis pensamientos me valió un golpe en la cara.

—Auch.

—Dani, deberías de tener más cuidado por donde vas.

Apreté mis ojos sintiéndome algo desorientada, entre cerré mis ojos.

—Jin... ¡Que bueno que te veo!— lo vi como si fuese mi salvación.—Tenemos que hablar —

Él parecía confundido pero asintió, ambos caminamos fuera de la escuela dirigiéndonos a la plaza donde una vez nos habíamos visto. No podía dejar las cosas así o me volvería loca.

Le conté todo lo que había pasado en estos días y mis pensamientos, por esta vez yo no me guarde nada.

—¿Así que piensas que Jungkook te está engañando?.

—Sí, se que son pensamientos absurdos pero...

—Sí, tienes razón, son pensamientos absurdos. — me interrumpió, agaché la mirada. —Pero él tiene la culpa por provocarte esos pensamientos, creo que deberías hablar con él, decirle como te sientes —

—¿Pero cómo? Apenas y si hablamos, y cuando lo hago siempre me corta a la mitad de la platica diciéndome que tiene algo que hacer.

Jin suspiró sonriendo, se levantó del columpio y se puso frente a mí despeinando mi cabello.

—No tienes porqué sentirte insegura, Jungkook te a demostrado muchas veces que te ama, él no te dejaría por nada en el mundo. — dio un par de pasos hacia atrás. —Pero hablalo, a veces esos silencios pueden ser demasiado molestos. —

Asentí, tenía que buscar una manera de hablar con él, una que me asegurará que me pondría atención.  Suspiré sin poder pensar en algo.

My boy [Jeon Jungkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora