Depresiva.

Capítulo 14

Adrian

Empuje con todas mis fuerzas al desconocido y el me respondio con otro empujon, esto encendio mas mi furia. En segudos ambos estabamos en el suelo golpeandonos el uno al otro.

A lo lejos escuchaba a Layla gritar que parara, pero lo unico en lo que pensaba era el comportamiento y la falta de respeto de esta imbécil.

Me dio un puñetazo en el labio y senti el sabor metálico de la sangre en mi boca, le respondi con otro golpe pero este impactando en su nariz, escuche un pequeño crack.

Luego habia brazos rodeandome que me separaba de aquel idiota.

-Calmate hijo.- dijo una voz ronca a mis espaldas

-Por favor controlate.- me pidio Layla apareciendo enfrente de mi.

-Esta bien, esta bien.- respondi.- Pero si se te vuelve a acercar no respondo.

-¿Que estaba pasando?- pregunto otro señor que sostenia al desconocido.

-Me habia caído, se me acerco a ayudarme y cuando estaba por irme me dio una nalgada.- respondio Layla.

-Tanto por eso.- bufo el policía quien era el que me sostenia.

-Es un falta de respeto, deberian hacer algo con el.- grite.

-Callate ya Adrian, no empeores esto.- me pidio de nuevo Layla.

-Hasle caso a tu novia, vayanse, nos encargaremos de el.- dijo el policia.

-Gracias, y no es mi novia.- al decir lo último una sombra de tristeza paso por los ojos de Layla.

Me solte del agarre de aquel policia, tome a Layla de la mano y nos alejamos.

Nos sentamos de nuevo en una banca, nos quitamos los patines y lo entregamos. Nos dirigimos en silencio hasta su casa, ninguno tenia ganas de hablar.

Me sentia orgulloso de mi mismo. Recibi varios golpes, sí pero el no se fue limpio y espero no volver a verlo nunca o acabare lo que hoy empece.

Habia algo que me distraia, esa tristeza que vi en sus ojos ¿la provoque yo al decir eso?¿ por que? Si desde un principio siempre fuimos amigos y asi nos quedariamos.

Layla

No puedo creer que se haya peleado por mi, me falto el respeto pero no era para tanto. Ahora tiene un enorme moreton en el ojo a causa de un golpe y el labio roto.

Entramos sin problema a mi casa, al parecer Bianca no habia llegado aun pero eso no era lo que me preocupaba, ¿que pensara su mamá cuando llegue con esos golpes a su casa?

-Vete a sentar al sillon.- ordene

-Ahora la mandona eres tu.- respondio burlon a lo que le mire con mala cara y obedecio. Buen chico.

Fui por el botiquin, cuando regreso esta acostado abarcando todo el sofa. Me siento en el suelo cerca de su cara.

-Dejaras que te limpie.- dije acercandome.

-¿Tengo otra opción?.- silencio de mi parte.- Ya haslo, no me quejare.

Tomo un poco de alcohol en un algodon y lo coloco despacio cerca de su labio, al contacto el chilla un poco.

-Mentiroso.- susurro.

No responde nada, a lo que continuo. Voy por un trapo humedo para quitar toda la sangre y limpiar también su ojo que muy pronto estara hinchado.

-Eres un idiota.

-Un idiota que te defendio.- contraataca.

-¿Te lo pedi?

-No iba a dejar que ese imbécil te tocara de esa forma. Ninguna mujer lo merece. Asi que aunque no me lo hayas pedido, lo volveria a hacer una y otra vez.

Ante sus palabras mi corazón se encogio y miles de sentimientos se amontonaron en mi pecho.

-¿Por que no hiciste eso antes?.- susurro.

-¿A que te refieres?

-Nada, olvidalo.

-¿Sabes que puedes confiar en mi?

-Te prometo que te respondere tus dudas pronto.- digo con lágrimas empezando a rodar por mis ojos.

Él se acerca y con su palma toca mi cara pasandola por mis lágrimas. El contacto hace que sentimientos que no sabia que tenia hacia él aparecieran.

Su mano se dirige a mi nuca y me sorprendo cuando de poco se va acercando mas a mi.

¿Me va a besar?.- pensé- ¿Quiero que me bese? Mierda, sí.

Cerre los ojos anhelando el contacto con sus labios, apenas un simple roce. Cuando alguien abre la puerta haciendo que ambos nos separemos.

-Buenas tardes.- saluda Bianca, y al ver a Adrian agrega.- ¿Que te ha pasado a ti?

-Defendí a Layla y me gane unos cuantos golpes.

-Deberías darte un baño con agua fria, posiblemente baje la hincazon de tu ojo.- aconseja bajando a Felipe de sus brazos.

-Gracias, eso hare.

Recogi el botiquín y fui a dejarlo al baño de la casa, mientras el fue directo a mi habitación y su propio baño. Cuando entre a mi cuarto, ya se escuchaba la regadera y me hundi en mis pensamientos.

¿Seria bueno hablar sobre esto? No, si él no toca el tema, yo tampoco. Estabamos tan cerca, ¿que hubiera pasado sino hubiera llegado Bianca? ¿Desde cuando aparecieron estos sentimientos? ¿Nos afectarian después? Mierda, sera mejor olvidarlo.

Toco inconscientemente mis labios, ese simple roce fue capaz de muchas cosas. Él de verdad iba a besarme.