Capítulo 28

54 5 0
                                    

Adrian

Estuvimos ahi por horas, yo abrazandola y ella llorando en mi pecho hasta que se quedo dormida. Busque una posición comoda para ambos hasta que amaneciera y pudiera llevarla a su casa.

Me levante y la tome en brazos cuando el sol comenzo a salir. Camine a paso tranquilo e intento moverla lo menos posible, al llegar a si casa tome las llaves de su bolsillo trasero y entre.

Cierro la puerta cuidadoso y me dirigo a su habitación donde la acuesto, quito sus Converse con cuidado. Y dudo un momento es si quitarse los pantalones o no, pero termino convenciendome que podria dormirse asi. Al terminar me tumbo al lado de ella dos horas mas.

Por el silencio que hay supongo que todos siguen dormidos, lo que significa que puedo salir sin problemas. Y eso hago, antes dejandole una nota en la mesita de noche a Layla. Me despido de ella con beso en la frente y salgo.

Layla

Me despierto alrededor de las 12. Lo primero que hago es buscar a Adrian, lo último que recuerdo es a él abrazandome. Finalmente me siento en la cama y leo la nota de la que no me habia dado cuenta hasta ahora.

"Tuve que irme a mi casa, mi mamá se preocuparia mucho si no me ve ahi cuando despierte. Podemos vernos mas tarde, si quieres.
Te quiero.
Adrian."

Después de leerlo me siento mas tranquila. Busco ropa comoda para andar en la casa y al encontrarla me dirigo al baño, donde tardo un buen rato.

La sensación de suciedad no se va, no la tierra, pedazos de pasto en mi cabello, me refiero a la sensación de haber sido utilizada, la sensación de estar manchada no solo mi cuerpo, sino también mi alma. Manchada por un hombre del que no recuerdo ni su rostro.

Sali del baño, enrrollada en mi toalla, y me sente en el suelo, llorando. Me senti asfixiada por los recuerdos que acudian a mi cabeza. Busque entre mis cajones las navajas que guardaba, tome una en mi mano y la aprete, provocando cortes en las palma de esta. Senti la sangre correr despacio hasta mis dedos, pequeñas y casi imperceptibles gotas manchando el piso.

Me quede en el piso frio viendo como mi sangre manchaba un poco mas el suelo. Cuando logre reaccionar, volvi al baño de nuevo, donde enjuague mi mano, que tenia tres cortes no muy profundos, y moje un trapo para lipiar las manchas de sangre. Me vesti y baje a buscar algo de comer.

Al entrar a la cocina vi a Bianca cocinar, lo cual era muy raro, pero habia comenzado a hacerlo después de que aquel tipo, Juan, que era su "novio" empezo a vivir en la casa.

-¿Que hay de comer?- pregunto.

-Spaghetti.

-Suena bien.

-Si- contesta de manera seca.

-¿Felipe?

-En el patio.

-¿Todo bien?- pregunto acercandome.

-Claro.

-¿Puedo ayudarte en algo?

-No, gra...

Se da la vuelta con el traste de comida en las manos y como no se habia dado cuenta que estaba demasiado cerca, choco conmigo vaciando el contenido en el suelo.

-¿¡Ves lo que acabas de provocar!?- pregunta gritandome, pero yo no puedo quitar la vista de su rostro.- ¿Te vas a quedar viendome como....

-El te hizo esto.- interrumpo.

-No se de que hablas.- intenta darse la vuelta pero la tomo del codo.

-¡El puto moreton que tienes en el ojo y el maldito labio partido!- grito.

-Fue mi culpa.- contesta safando su codo de mi agarre.

-No es cierto.

-De todas maneras ¿A ti que te importa?

-Me importas,- se rie.- me creas o no, me importas porque eres la última parte de familia que tengo.

-No compartimos el mismo pensamiento.

-No entiendo.

-Puede que de alguna manera lleves mi sangre y seas familia, pero no te considero una. Me importas una mierda. Te mantengo viviendo aqui porque me lo pidio tu madre antes de morir, pero no te quiero aqui.- toma una respiración.- Quiero que te largues de mi casa.

-¿Que?

-¡Que te vayas¡ No te quiero seguir manteniendo, vete y no vuelvas mas.

-Esta bien eso hare.- dirigiendome a las escaleras

-Gracias.

Subi las escaleras hasta mi habitación lo mas rapido que pude. Tome mi mochila, meti mis libros y algo mas de ropa, guarde todo el dinero que había ganado y que no entregue a mi padre, también meti mi conjunto de llaves por si en algun momento las necesitaba. Guarde cosas personales y me dirigi al patio a despedirme de Felipe.

Estaba tan tranquilo que no quise acercarme, lo mire de lejos pensando en como creceria sin mi en esta casa, Bianca que se deja golpear por un idiota, que debia trabajar para mantenerlo también y a él estando a carga de un hombre que apenas lo conocia, iba a ser muy difícil para él pero no habia algo que yo podia hacer.

Con Bianca no funcionaria razonar y era imposible llevarlo conmigo, asi que por ahora tendria que quedarse, pero volvería por el sin dudarlo.

Me adentre a la casa con lágrimas sin derramar. Pase de nuevo de la cocina donde Bianca estaba recargada de la mesa.

-Me voy. Espero que te des cuenta que ese hombre no es lo mejor para ti, no por mi ni por tu, hazlo por Felipe, el no merece sufrir por un idiota como Juan.

Silencio, ningún solo movimiento.

-Los quiero.- dije, a lo que ella solto un bufido.

Tome una profunda respiración, antes de ir a la entrada.

-Lala ¿a donde vas?- escuche a Felipe detras de mi y me di la vuelta.

-Debo irme pequeño.- dije hincandome para quedar a su altura.

En ese momento Bianca aparece en el marco de la puerta pero no avanza ni un paso mas.

-Pero mami nunca me cuida y tu siempre estas aqui, por favor no te vayas.

Las lágrimas amenazan con salir, pero hago todo lo posible por mantenerlas. No se si Bianca ha llegado a escucharlo, pero espero que si y asi se de cuenta de lo que puede ocasionar si sigue con ese hombre.

-Tengo que hacerlo, tu tranquilo.- digo con voz rota.

-¿Volveras?

-Por ti siempre amiguito.- y lo abrazo.- Te adoro.

-Yo también.

-Cuidate y a tu mamá también.

Me levanto, le doy un beso en la frente y salgo, si me quedo un minuto mas empezaria a llorar y no podia derrumbarme.

Camine sin rumbo, solanto lagrimas a cada paso quedaba. Ellos eran mi familia, pero con esto, ¿ahora quien me quedaba?

Depresiva.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora