Capítulo 18

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Adrian

Cuando regrese a la mesa el señor tenia una sonrisa de suficiencia en la cara, lo cual me provocaba querer darle una paliza.

-¿Donde esta Layla?- pregunte al llegar.

-Se largo.- respondio como si no le importara.

-¿A donde?¿Que le hiciste?

-Nada que no se mereciera.

Lo tome de la camisa, mi enojo se convertia en furia y si seguia aqui no dudaria en golpearlo.

-Sera mejor que vayas tras ella. No sabes de lo que es capaz esa mocosa.- dijo sin inmutarse ante mi comportamiento.

-Alejate de ella o te ira muy mal.- conteste soltandolo en la silla.

-¿Un niñito como tu amenzandome? No tienes ni idea de quien soy o de que soy capaz. Ahora largate tras mi hija.- enfatizo esto último como si le perteneciera.

Y asi lo hice, sin antes soltarle un puñetazo en la nariz.

-Saludala de mi parte cuando la encuentres.-gritó cuando me aleje.

Sali corriendo sin dirección alguna, no sabia hacia donde se había dirigido. Pero lo que si sé es que no puede estar sola ahora, me necesita.

Llamo a su celular unas 5 veces antes de que por fin me responda.

-¿Layla, donde estas?¿Que te hizo? ¿Por que te fuiste?- ataque de preguntas.

Solo se escuchaba silencio del otro lado. Me dio miedo que ella estuviera en peligro y yo aqui parado.

-¿Estas ahi?

-Si.- dijo apenas audible.

-Dime donde estas. Llegare lo antes posible.

-En nuestro lugar.

-Bueno. Esperame ahi. Recuerda que te quiero.

Y colgue.

Nuestro lugar era un prado lleno de arboles. Lo habiamos descubierto cuando eramos pequeños, ambos queríamos salir de nuestras casas y caminamos sin rumbo alguno hasta ese lugar y lo mejor es que en el centro de todo hay un arbol enorme en el que puedes subirte y sentarte tranquilamente.

Lo cosideramos nuestro lugar porque solo ella y yo hemos estado ahi, estamos seguros que nadie mas sabe de el. Obvio estaria ahi.

20 minutos después de correr sin parar habia llegado, todo era completo silencio. Camine mas despacio para recuperar el aliento hasta el arbol mas grande y la vi, encogida en aquel tronco.

Sabia que ella estaba mal pero alterarme no serviria de nada. Abrazaba sus piernas como si asi se protegiera.

Me sente enfrente quedando de cara a ella. Me miro con aquellos ojos hermoso que me encantaban, habia estado llorando desde hace tiempo eso se notaba.

Tome sus manos entre las mias y de a poco la acerque a mis brazos. Ella no puso resistencia, en cuenta quedo en mi pecho se solto a llorar aun mas.

Pasamos bastante tiempo asi, sin decir ninguna palabra alguno de los dos. Yo sólo me quede abrazandola y dandole apoyo de alguna manera. Escuche un susurro y me acerque mas a ella.

-¿Que dijiste?- pregunte.

-Mi papá me tocaba cuando mi mamá no estaba.

Al escuchar eso una furia recorrio todo mi cuerpo. Ese maldito la habia tocado, debi golpearlo mas cuando pude, pero esto ni se iba a quedar asi. Pagaria por todo.

-Y no solo eso. Me pedia que lo tocara, me golpeaba cuando me negaba y...

-¿Porque nunca dijiste nada?- interrumpi.

-Era muy chica. Todo paro cuando se largo hace 11 años e intente olvidarlo todo, pero tenia que volver y arruinar todo.- me abrazo aun mas duro.

-Haremos que pague. Esto no se quedara asi.

-No. No puedo.- tartamudeo.

-Pero Layla...

-Lo siento, pero no puedo.- interrumpio ahora ella separandose de mi.- No estoy preparada, solo quiero dejarlo asi y seguir como si nada.

Haremos lo que tu quieras. Estaremos juntos ante los problemas, te prometi no dejarte sola y lo cumplire.

Nos quedamos mirandonos el uno al otro. Puse las palmas de mis manos en su rostro, ella cerro los ojos ante el contacto y sin pensarlo me acerque a su cara.

Es completamente hermosa, de cerca si queria podría contar cada una de sus pestañas. No me habia dado cuenta de los cerca que estaba hasta que su aliento se mezclo con el mio y no aguante mas.

La bese. Al principio un simple roce de labios, después se volvio un beso necesidad, pero no de deseo sino de cariño y amor.

Layla

No sabia cuantas ganas de besarlo tenía hasta que sucedió. Ese beso se sentia lleno de amor y apoyo apesar de todo lo que le habia contado hace unos minutos.

Ambos nos separamos por falta de aliento. Ninguno de los dos queria decir algo, por miedo a interrumpir el momento y solo lo abracé, mas de lo que podia.

-Preciosa, debemos irnos. Se que no quieres, ni yo tampoco pero debemos hacerlo.

-Lose.

Me le quede viendo y antes de que pudiera reaccionar me beso de nuevo. Fue lindo y sin ninguna prisa. Esta vez el rompio el contacto, se levanto sin antes darme un beso en la frente y me ayudo a levantarme también.

-No queremos estar aqui cuando obscurezca.- dijo.

-Te recuerdo que ya lo hemos hecho.

-Shuuu. Nadie mas debe enterarse.

Me tomo de la mano y caminamos juntos sin decir ninguna palabra, la conexión que sentiamos nos lo impedia.

Me solte para poder amarrarme mi cabello en una coleta mientras seguiamos caminado hasta encontrarnos con la carretera que nos indicana hacia donde dirigirnos.

Derrepente los recuerdos y tormentos llegaron a abrumarme. No podia creer que en un momento estaba feliz por el avance que tenemos Adrian y yo, ahora estoy mal por todos los malditos recuerdos y malos tratos que recibi.

Sin darme cuenta habia empezado a llorar de nuevo pero Adrian no se daba cuenta y era peor para mi porque me sentia invisible.

Vi como un coche transitaba por aquella solitaria carretera.

Sin pensarlo y razonarlo correctamente me lance delante de él. Senti un jalon, escuche el chirrido del coche al frenar de manera inesperada.

De repente todo se volvio negro.

Depresiva.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora