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-Jimin, es muy bonito tu broche. No lo vi esta mañana.

Jaewon está sentado a su lado con la cabeza en la mesa, su bonito cabello es irresistible, y Jimin no puede evitar repartir caricias en este.

-Me lo dio Yoongi...

- ¿No te ibas a alejar?

- Es muy bonito, Jae. Lo compró para mí y seguro se tomó el tiempo de elegir el correcto...

- ¿Seguro que estás bien con ese tema de los broches?

- Tonto.

- Jimin, ¿eres virgen?

De momento a otro ya no era Jimin, era un pequeño tomatito.

- ¿Qué pregunta es esa! -Jala el cabello del chico a su lado y se esconde entre sus brazos sobre la mesa.

- Ya, no te enojes, Jiminnie -pica el costado de Jimin- anda, sigue haciéndome piojito.

-No.

- ¿No eres virgen o no quieres hacerme piojito?

-No quiero tocar tu sucio cabello.

Pero terminó haciendo piojito porque vamos, no era sucio. Era hermoso.

- - -

- ¡Namjoon, amigo! Pensé que te quedarías para siempre en Australia.

Yoongi y Hoseok reciben con un gran abrazo a su amigo de infancia. Se había desaparecido unas semanas debido a un viaje de investigación que solicitó para su proyecto de carrera.

- No podía vivir más sin ustedes, chicos. Además, tenía que volver, me esperaba una hermosa cita aquí.

Su hermoso Kim Seokjin... ojalá algún día pudiese presentarle a sus mejores amigos, sólo que ellos no lo entenderían...

Jin es bastante femenino y no permitiría ni una sola mala mirada hacia él.

Su historia con Jin es linda, Namjoon lo conoció en la tienda para comprar una pizza en el aeropuerto, hace un año cuando fue de vacaciones a Japón.

Jin estaba sentado en la barra, esperando por su pizza. Había un par de cajas junto él. Namjoon sólo compró una rebanada de pizza y se sentó junto al chico de hombros anchos, y disimuladamente escuchaba su conversación telefónica.

"¿En donde dijiste que será la fiesta?"

"No, sigo en el aeropuerto. Me la perderé, pero no importa. Compré muchas cosas espectaculares para mi nueva cocina"

"¿Él irá?"

"No te preocupes, siempre puedes hacer otra fiesta y estaré ahí con gusto"

Cortó la llamada cuando fue escuchó el numero de su orden.

-Oye -le habló a Namjoon- oye chico.

Namjoon volteó casi dudoso, ¿será que le reclamaría por escuchar conversaciones ajenas?

- ¿Sí?

- ¿Puedes vigilar mis cosas? Tengo que ir por mi pedido.

- ¡Oh, sí! Por supuesto.

Jin le sonrió con calidez y desapareció de su vista, le dio un vistazo a las cosas del chico con la kétchup en mano por si alguien quería tomarlas. Estaba seguro que un poco sobre el ojo del ladrón bastaría.

- Muchas gracias.

Llegó el chico de hombros anchos. Namjoon no lo había podido admirarlo bien hasta ahora.

Es guapo, pensó.

Su celular sonó y tuvo que irse para tomar su vuelo. Pero algo le estaba desesperando, quería ir con el chico y pedirle su número, algo. Estaba a un par de personas para entregar su pase de abordaje.

-Bueno, si el destino nos quiere juntos, seguro lo volveré a ver. -se dijo a sí mismo.

-A veces el destino no puede hacer todo el trabajo.

Un anciano detrás de él interrumpió.

Namjoon lo vio por unos segundos, los viejitos siempre tenían razón, ¿no?

Entonces salió de la fila y corrió hasta la pizzería.

Pero el chico ya no estaba. Se puso a pensar a donde pudo ir, pero no tenía ni puta idea. Recorrió todo lo que pudo y poder regresar a tiempo para su vuelo. Si no lo encontraba quizá pondría un tweet con la descripción del chico y la gente le ayudase a saber de él.

Volvió con la cabeza gacha a la fila, cuando estuvo a punto de entregar su boleto, se escuchó una risa chillona que le hizo voltear, y ahí estaba, hablando por teléfono.

-Por favor, espere cinco minutos, por favor.

- - - - - - - -

- ¿Cuándo vuelva a Corea me darás una cita?

-No, debes ganártela.

- ¡Seokjin! Perdí mi vuelo a Japón porque no querías darme tu número, ¿sabes cuanto había ahorrado para ir?

- ¡Yo no te pedí que lo hicieras!

Y a pesar de todo, no se arrepentía.


Paracetamol 〔Yoonmin〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora