Paracetamol 〔Yoonmin〕

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Jimin sintió una mano en su hombro, que le hizo voltear con rapidez, pues lo había tomado desprevenido. Cuando cruzó miradas con Jay, se sintió muy avergonzado, pues debía verse terrible, estaba seguro que su cara era un puto asco, pudo ver la lastima en los ojos de mayor. Se dio la vuelta inmediatamente, todas las miradas de la mesa estaban centrados en ellos. Jay se puso de cuclillas y acarició la espalda de Jimin mientras buscaba que lo mirase.

– Jimin, pequeño... Si quieres podemos proceder con una demanda. Mira como te ha dañado...

Aquellas palabras bastaron para que Jimin saliera de su escondite y mirara al abogado con la suplica en sus ojos.

– No, no quiero hacer eso, por favor. Yo tuve la culpa.

– Él no querrá, sería una perdida de tiempo insistir, abogado – Gray interrumpió la escena. Se cambió de silla para que el recién llegado se sentara a un lado de Jimin. Todos siguieron comiendo, el abogado pidió pollo a la plancha con ensalada, a diferencia de los chicos que llenaban sus platos de porquerías cada dos por tres.

Jimin tuvo que alzar el rostro para seguir comiendo, aunque le dolía por las heridas de el golpe contra su boca.

– ¿Él se hospeda aquí?

Algunos en la mesa asintieron.

El desayuno transcurrió tan normal como era posible. La tristeza de Jimin invadía el lugar, pero se preocupaban por sacar, aunque sea un par de sonrisas, bastante forzadas. Pero algo es algo.

– Jimin, ¿te parece si nadamos un poco? Estoy seguro que este par de días no has disfrutado como te gustaría, ¿cierto?

Jimin lo pensó un poco, sus amigos insistían con la mirada. Suspiró y alzó los hombros.

– Vamos.

Todos fueron a cambiarse, el abogado estaba sólo un piso abajo que ellos. Se encontraron en el elevador, Jimin usaba un traje de baño que, supuso, era de Taehyung. Arriba usaba una playera casual.

Salir a la playa no fue fácil, Jimin era la noticia del año entre los estudiantes. Dean señaló unos asientos disponibles un poco alejados y nadie objetó. Al llegar, a todos se les fue la quijada al piso.

Pero no precisamente porque Yoongi estaba cerca con un grupo de amigos totalmente diferente al que tenía; si no porque el abogado Park se quitó la playera, dejando a la vista su cuerpo tan...

– Caliente – Dean le dio un codazo a Taehyung.

– Vamos a divertirnos, podemos jugar con esto – Jaewon sacó un disco volador, todos estuvieron de acuerdo, menos Jimin.

– Yo me quedo con él, señor Park – habló Taehyung – necesitamos momentos de amigos a solas.

– ¿Estás bien con eso, Jimin?

Asintió y se quedó solo con su amigo. Se acercó lo más que pudo y se refugio entre sus brazos.

– Todo va a pasar, chim. Te prometo que no va a doler por siempre.

– Ni siquiera tengo una oportunidad, Tae.

– ¿Pero para qué quieres una oportunidad, Jimin? No necesitas más que esto para darte cuenta que no quieres a una persona como Yoongi en tu vida.

– Él es más que esto, Tae. Yo sé que no quiso hacerlo.

– Pero lo hizo. – cortó el tema – y mira Jimin, tienes a ese hombre de allá – señala a Jay – con una buena edad, con un físico de puta madre y que se preocupa por ti. Y te acepta.

– No puedes meter a Jay en esto.

– Puedo meter a quien sea que haya viajado de un día a otro de Daegu hasta Jeju sólo por una llamada de que te encontrabas mal.