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El sol se encontraba delicioso, todos estaban en la playa, algunos jugaban en el mar, otros tomaban el sol y otros, entre ellos los amigos de Jimin, comenzaban un partido de voleibol.

– Vamos Jimin, vamos a jugar – insiste Yoongi – ¿sí?

Jimin de verdad no quería, su parte baja estaba sudando mucho y la cinta estaba yéndose al carajo.

– No, Yoongi, me duelen los piecitos.

– Mh, está bien, pero si gano debes darme varios besos.

Jimin asintió, y antes de que Yoongi se fuera, jaló de su brazo para robarle un beso.

– Ve y patea el trasero de todos.

Vio como su pálido se fue a la zona de juego, aprovechó para sacar su móvil y comenzar a tomar algunas fotos. Se sentía desanimado, sentía algo apretando su pecho, sentía miedo y tristeza porque hoy todo terminaría.

Los primeros minutos fueron bastante competitivos, luego las cosas se aligeraron y sólo estaban haciendo el tonto. Yoongi volteó a ver a Jimin, sonrió y cuando puso su atención de vuelta al juego, fue tarde:

La pelota cayó justo en su rostro.

Jimin corrió para ver como se encontraba, pues había caído de inmediato al suelo.

Se tiró junto a su novio y retiró las manos del pálido que cubrían su propio rostro, Jimin casi llora de la preocupación, la nariz de Yoongi se veía muy mal entre toda esa sangre.

Con ayuda de los chicos llevaron a Yoongi a la enfermería del hotel, Jimin les pidió que fueran a divertirse, que él se quedaría a cuidar de su novio.

Cuando todos se fueron, se sentó a un lado de la camilla de Yoongi, la doctora dijo que no fue grave, pero ahora Yoongi tomaba una siesta. No evitó estirar su mano para entrelazarla con la del dormilón, su pulgar acariciaba la suave piel contraria.

Sus ojos se llenaron de lágrimas.

– Yoonnie... ¿tú... tú me perdonaras? – el agarre por parte de Jimin se hizo más fuerte – tengo mucho miedo, Yoongi....

Jimin se inclinó sobre la camilla y se quedó dormido abrumado por todo lo que pasaba en su cabeza.

Yoongi.

Llevaba unos veinte minutos admirando a Jimin dormir. Tan delicada...

Mi pulso se acelera y de nuevo aparece esa sonrisa "natural" que tanto provocaba Jimin, incluso si sólo pensaba en ella. Mi cuerpo se siente caliente por dentro, mi corazón parece querer salir sólo para poder sentir la piel de Jimin. Suspiro, había caído completamente por Jimin.

Acaricio el cabello de mi chica, acomodo los broches de cerezas, con mucho cuidado, y sigo admirando, enamorándome con cada segundo que pasa.

Mi vida siempre había sido vacía, llena de mentiras. Había perdido el tacto con la gente hace mucho y ahora estaba ahí, enamorado de esta bella chica.

A veces todo se sentía tan irreal, y me aterraba que sólo fuese un sueño que al despertar se esfumara. Tenía miedo de perder la felicidad, justo cuando empezaba a conocerla, entenderla, ser feliz.

Cada momento con Jimin es grandioso y siempre termino conociendo cosas de mí mismo que no sabía. Jimin es eso que me ayudó a no terminar siendo una mierda de persona, quizá trailero y con varios hijos por el país.

Mierda, incluso había dejado de fumar, no es que realmente tuviese un vicio con ello, sólo para no oler desagradable para ella.

Para mi hermosa chica.

Paracetamol 〔Yoonmin〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora