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Jimin sabía que Yoongi lo estaba observando, pues el pálido no era muy disimulado. Le daba gracia ver la cabellera del chico asomado entre los árboles o su mal escondite unas mesas más lejos.

De alguna forma, le hacía sentir bien aquello. Por otra parte, lo odiaba porque si tenía que ir al baño, Yoongi se lo pondría difícil. Gracias a cualquier Dios que exista, al parecer Yoongi es responsable en sus clases, ya que nunca lo vio entre estas.

Quería correr, darle un besito en la mejilla y poder platicar por horas, pero no quería mentirle, y mucho menos quería sufrir. Tal vez guardar silencio e ignorar era lo mejor.

Todo iba genial con Taehyung y Jaewon a su lado. Hace unos días habían salido a pasear juntos y es una combinación perfecta. Siempre era bueno tener a alguien que mantuviera el orden y evitar que Taehyung y Jimin terminasen haciendo el ridículo.

Al que no había visto, y estaba loco por verlo de nuevo, es al abogado Park. Sólo recibió un mensaje en donde le deseaba un hermoso fin de semana, y ya.

Jimin se tiró sobre su cama y se perdió en el techo, ¿cómo es que su vida ha cambiado? Recuerda lo que pasó y no puede creerlo. No sabe de dónde sacó tantas fuerzas para proceder contra su propio padre ni para defender su verdadero ser, ¿por qué no podía aceptarse frente a Yoongi?

Le encantaba su actual vida, vivir con sus tíos era grandioso. Se sentía aceptado y querido. Su tía cocinaba excelente y su tío era un gran bromista. Le tratan como un hijo propio y él siente que son sus padres.

- Eres tonto, Jimin, tonto -golpea su cabecita con su mano hecha puño- ¿por qué no le dices la verdad y ya?

Y algo muy adentro de su ser le respondió que no quería, porque no quería sufrir el mismo rechazo que sufrió con su padre. Sería volver el tiempo atrás.

- ¡Pero ni siquiera le conozco!

Un grito agudo luego, Jimin se encontraba rodando de lado a lado de la cama con frustración.

El timbre de la casa le hizo pegar un brinquito, seguramente el viejito que vende empanadas de piña.

Sacudió todas sus preocupaciones y le lanzó una mirada traviesa al paquete frente a él, lleno de lencería.

¡Por fin podría empezar de nuevo con su colección!

Se vistió con delicadeza, incluso se distrajo acariciando sus piernas. Vestía una falda tableada color rojo, arriba optó por un crop top de manga larga en color negro. Abrió su cajita de aretes con cuidado y sacó unos largos con una barrita color dorado que terminaba en un corazón rojo de cristal. Puso labial carmín sobre sus labios y sin vergüenza alguna, se puso de espaldas al espejo y se agachó para disfrutar de la vista que daba su braga de encaje negro.

- ¡Jimin, baja cariño!

Supuso que la cena estaba lista, y como su tío no llegaba todavía si no hasta dentro de unas horas, tuvo la confianza de bajar sin cambiarse.

-Tienes una visita, cariño.

Anuncia su tía con una sonrisa enorme sin darse cuenta que Jimin había cambiado de manera rápido a un tono pálido.

¿Qué hacía él aquí?


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Perdón si hay errores o si parece rellenito. u u 

Paracetamol 〔Yoonmin〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora