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Jimin estaba rara, tal vez nunca habíamos llegado tan lejos, pero sabía que ella también quería, quizá no sexo, pero se sentía como si nos necesitáramos.

Sólo que me negó acercarme. Lo intenté de nuevo y cuando volvió a negar, me hice a un lado, pero sin querer mi rodilla rozó un lugar sensible y ella se quejó.

Pero no fue un quejido de que le haya gustado el roce. Fue de molestia, dolor.

– ¿Te sientes mal? – fue lo primero que se me ocurrió decir.

– Yo... Yoongi.

Esperé a que hablase, pero su cara estaba roja y sabía que algo estaba mal.

– Amor, ¿qué tienes? – bien, estaba entrando en pánico.

No quería hacerlo, pero si Jimin no me decía, buscaría yo mismo la posible molestia. Primero acaricie su estómago, buscando alguna señal de dolor en esa zona, pero no hubo nada, en cambio mientras más avanzaba, Jimin comenzó a llorar.

Había cinta que llegaba desde abajo hacia su abdomen. Intenté jalar incrédulo pero Jimin se quejó nuevamente. La cinta se desprendió fácilmente por el calor y el sudor.

Pero fue como si algo me hubiese quemado. Entendí de pronto.

Era un pene. Aventé a Jimin y me alejé en cuanto pudo. No podía ser cierto, ¡no! Jimin nunca me mentiría, ella no lo haría, ¡no!

Pero Jimin sólo seguía llorando.

Mi mente estaba en shock, mi cuerpo era poseído por sentimientos que no podía identificar. No sabía nada, más que había estado con un maricón, un jodido maricón.

Una ola de asco atravesó mi cuerpo, y pude ver a mi padre frente a mí. Y destruí lo poco que se encontraba a mi alcance.

Caminé a paso seguro hasta Jimin, tomé su cuello para tener a la vista su rostro y lo golpeé. 

No podía existir, era asqueroso, era asqueroso y me había mentido.

Cuando le iba a dar otro buen golpe, unos brazos me detuvieron, pero seguí luchando

De mi boca salía todo tipo de palabras, de amenazas, quería que el asco de persona que estaba ahí, que me había mentido, supiera cuanto lo aborrecía.

Pero las manos de los estúpidos no me dejaban, Namjoon... ¿por qué ellos no estaban sorprendidos?

¿Fui el único idiota?

Aventé a un lado a Namjoon y de paso a Taehyung. Todo pasó en un segundo, Jimin lucía tan miserable ahí, echo bolita, llorando, sus ojos se aferraban a la oscuridad.

Miré sus labios y toda la rabia salió por si sola, impactando mi puño contra su maldita boca.

"Te odio" susurré antes de dar un nuevo golpe, el que nunca llegó porque alguien me sostuvo y me golpeó.

Jimin me había mentido.

Jimin estuvo jugando conmigo.

¿Fui divertido?

Empujé a todos en mi camino mientras salía del estúpido lugar.

Odio. Nunca sería tristeza esto que me apretaba el corazón, era odio. 



Paracetamol 〔Yoonmin〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora