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- No, Yoongi. No creo que la chica te haya citado aquí.

- Estaba casi dormido, Hoseok. Te juro que dijo eso.

Ambos miraron la ropa sucia de los chicos del equipo de fútbol americano.

- Y esto es una calcetería según tú porque...

- Jodete.

Ambos chicos salieron del gimnasio.

- ¡Cafetería! 

- Sí, por favor. No dormí nada. 

- ¡No, estúpido! Quizá ella quiso decir cafetería.

Yoongi se quedó mirando a la nada antes de correr. Pero cada facultad tiene su cafetería, cómo mierda iba a saber en cuál.

Entonces recordó un poco de las cosas que habían hablado la noche anterior y que no le gustaba tener mucha gente alrededor.

*.+°

- Y le gusta dormir. Creo que lo ve como un deporte o algo así -Jimin alza los hombros y toma un poco de su batido antes de seguir hablado-. ¡Tiene una mascota! Pude escuchar sus ladridos anoche.

Taehyung y Jaewon bebían su segundo batido. Jimin no había dejado de hablar en toda la mañana.

-Tal vez fue un pervertido que se masturbó escuchando tu dulce voz.

-Taehyung, eso sinceramente es asqueroso -Jimin lo señaló con el vaso a medias de su batido de avena-. Dijo que encontró mi móvil en el césped, entonces quizá...

-Entonces quizá debas fijarte por donde caminas.

Respondieron detrás de él, haciendo que se congelara en su lugar.

*+.✴

- ¡Ya van!

La tía de Jimin corre hacia la puerta mientras seca sus manos en el pantalón. Abre la puerta luego de ver por la ventana al abogado Park.

- Pase, por favor. Jimin no está. 

-Muchas, gracias y lo sé. Vine a verla.

La señora señala el sofá y deja que el chico se ponga cómodo.

-¿Gusta agua? Algo, no sé.

Tan sexy...

- Estoy bien, gracias. Vine porque Jimin me preocupó un poco el día de ayer.

La dulce señora le quita importancia con un gesto de mano.

- Ya sabe como son ahora los chicos y sus aparatos. Creo que encontró al chico y hoy se verían para que Jimin recuperara su cosa.

El abogado Park ríe un poco por el odio notoria hacia la tecnología de los años recientes.

- Bien, si era sólo lo del móvil, entonces puedo irme en paz.

Luego de una corta despedida, el abogado subió a su auto. Avanzaba tranquilo por las calles, la radio estaba encendida, pero con el volumen abajo, siempre se quedaba así. Un semáforo lo detiene y su vista se topa con una tienda de accesorios para chica. Sonríe por la buena idea y se dirige hacia allá.

Por la hora, el lugar no tiene mucha gente y puede recorrer todo a su conveniencia. No sabe nada de estas cosas. Quiere algo sencillo y especial para su pequeño cliente. El maquillaje no le gusta, y las pulseras no van con Jimin.

Sigue caminando, se planta frente a los broches para el cabello.

- Perfecto.

- ¿Gusta una canastita para sus compras?

Una chica le extiende una de las mencionadas, a lo que él niega.

- ¿Puedes ayudarme a elegir un broche? Es para alguien bonito, con cabello corto.

- Cabello corto... -la chica observa la pared llena de broches, ve uno pequeño, con un girasol-. Este es adecuado.

El abogado lo mira un poco dudoso. La chica lo nota y busca otro, esta vez un prendedor con tres flores. Los colores son claros y es perfecto para el cabello pequeño de Jimin.

- Este. Es perfecto.

Pone la bolsita en el asiento de copiloto, la escuela de Jimin queda cerca y quizá podrían desayunar juntos. Sonríe viendo la bolsita a su lado. Justo cuando iba a mandar un texto al amigo de Jimin para que le avise a este, entra una llamada del despacho. Ni siquiera se molesta en responder.

Sigue de largo hacia su oficina. Otro día será.

Paracetamol 〔Yoonmin〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora