Segunda parte {7}
Niall lanza piedras a las botellas de cristales vacías haciéndolas estallar en mil pedazos. Las tira con fuerza y algunas rebotan en la pared de la casa, rompiendo algunas cosas del jardín, como Gnomos de decoración de la pobre señora Maura.
-Podrías relajarte.- Digo desde detrás suya.
Baja su mano y mira atrás. Me mira sorprendido y luego mira a Megan, la cuidadora de la casa, y de Niall, aunque tenga 22 años ya. Ella entiende el mensaje y se esfuma.
-Me llamó ella.- Señalo al salón donde ya no hay nadie.
-Estoy bien.- Sigue tirando piedras.
-¿Cómo has conseguido tántas botellas de cristal?.- Me pongo a su lado.
-Mi padrastro es un borracho.- Parte la última botella.
-¿Puedes controlar tu ira?.- Bajo su mano.
-Déjame.- Tira una piedra a la nada.
-Niall.- Digo enfadada.- Venga, ya pasó.
-Pareces mi madre cuando intentaba calmarme en pleno berrinche.- Se quita los botines.
-Es que aún eres un niño pequeño.- Ruedo los ojos.- ¿Por qué no solucionas las cosas con tu amigo y ya está?
-Ese ya no es nada mío.- Se quita los calcetines y se sienta en el borde de la piscina.
-Te quiere un mucho.- Me arodillo a su altura y abrazo su espalda.
-Ya no me quiere ninguno de mis amigos.- Suspira.
Su cuerpo está tenso. Apoyo mi cabeza en su hombro y cierro los ojos. Mis manos pasan delante de su cuerpo y las apoyo en su pecho. Poco a poco, noto como el calor de mi cuerpo hace que se vaya relajando, y la tensión desaparezca.
-Sabes que no soy muy bueno en aceptar mis errores.- Pone sus manos encima de las mías.
-Lo sé.- Beso su mejilla.
-Dime que te quedas.- Lo dice casi en súplica.
-Me quedo.- Lo abrazo más fuerte.
Luego de tener una larga charla hasta las 3 de la mañana y tirar a Niall a la piscina, para que después me lo devolviera, nos fuimos a la cama. Niall me propuso una ducha y yo acepté obviamente, pero no por verlo desnudo... Era solo por no oler a cloro de piscina y no dejar mi pelo maltratado.
-No tenía esto previsto.- Pongo mi mano para que Niall me eche el gel corporal.
-Las cosas imprevistas son las mejores.- Me echa en la mano.
-Sí.- Asiento.- Pero podría haberme quitado algunos pelos de las piernas y demás.
-No eres la única.- Se encoge de hombros.- Eso no es relevante, no me parece nada asqueroso, ni tampoco veo que una chica no se 'cuide'.- Hace comillas en sus dedos.- Por no depilarse.
-Lo primero decente que escucho de tu boca.- Me sorprendo.
-Hey, yo soy muy decente.- Me envuelve en sus brazos.
Luego de la ducha más larga de mi vida, consigo algo de ropa de Niall y meterme en su cama gigante al fin.
-¿Sábes que son las 6:30 de la mañana?.- Mira el reloj de su teléfono.
-¿Qué dices?.- Digo sorprendida.
-Lo que oyes.- Se tira a la cama.
-A las 8 tengo que irme.- Bufo.
-Tú no vas a ningún lado.- Se mete en las sábanas y me abraza.
-Te voy a ser sincera.- Meto mi dedo en el pelo de su pecho y lo rizo.
-Te escucho.- Besa mi frente.
-Pensaba que vendría, hablaríamos y follaríamos al fin.- Sigo rizando su pecho.
-Si quieres lo hacemos.-Propone.
-No me has dejado terminar.- Levanto la cabeza y miro su cara.
-Perdón.- Se disculpa.
-Pero me lo he pasado muy bien.- Sonrío.
-No hace falta follar para pasárselo bien con alguien que te gusta.- Me abraza fuerte.
-¿Te gusto?.- Me sorprende.
-Te lo he dicho mil y una vez.- Aumenta la fuerza de su abrazo hasta espachurrarme.
-Creía que era solo para buscarme la lengua y que te insultara.- Cierro los ojos.
-Nah.- Muerde mi mejilla.- Me encantas de verdad.
-Quién diría que Niall Horan podía ser tan romántico.- Toco su labio con mi dedo índice.
-Solo tú, porque ninguna chica me ha conocido así.- Se encoge de hombros.- Con las otras chicas sí que solo follaba. Puedes estar orgullosa.
-Lo estoy.- Le doy un beso.
-Ahora sí podemos follar.- Sonríe encima de mis labios.
-Ahora te quedas con las ganas.- Le sonrío yo también.