-Aquí tienes la cena.- Deja la bandeja en mis piernas.
-Gracias amor.-Miro la bandeja.- No tengo tanta hambre.
-Tienes que comer.- Se sienta en su silla de al lado de cama.
-¿Lo has hecho tú todo?.- Miro los dos platos.
-Sí.-Asiente.- Bueno la mayoría.
-Tendré que probarlo.- Agarro el tenedor y pincho una pasta.
-¿Cómo estás?.- Acaricia mi pelo.
-Algo mejor.- Toso.- ¿Te has tomado los medicamentos?
-Sí.- Asiente.
-¿Seguro?.- Lo miro seria.- Voy a contar cuantas pastillas faltan.
-Te lo prometo.- Cruza su dedo índice con el corazón.
-Así me gusta.- Asiento y dejo un beso en su frente.
-Te ayudo.- Me quita el tenedor y me corta el filete.
-No hace falta.- Intento quitarle el tenedor.
-Yo lo hago.- Sigue cortando el filete.
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-Niall tranquilízate.- Agarro sus manos y las pego contra la almohada, presionándolas para que no pueda moverlas.
Niall se mueve inquieto con mucha fuerza. Su cuerpo está en trance y este rebota en la cama con espamos de su cuerpo. Los ojos los tiene casi enteros en blanco y su respiración se escucha entrecortada, con un pito agudo en su pecho.
-¡Niall!.- Suelto sus manos y palmeo su cara para que reaccione.
Parece que vuelve en sí un poco, pero no del todo. Me bajo de encima suya y corro hasta la cocina. Abro todos los cajones, hasta encontrar el frasco amarillo de pastillas. Lo abro, saco una y se la meto en la boca.
-Venga traquilo.- Toco su frente caliente.
Me acerco al barreño de agua fría que Niall preparó para mí hace unos minutos y le pongo el paño frío en la frente.
-Ya pasó.- Acaricio su pecho, que ha respira algo más relajado.
Sigo con mis caricias, para que se calme y lo miro. Se relaja y vuelven sus latidos normales.
-Ni.- Acaricio su mejilla.- Mi amor.- Pellizco su cara suave.-¿Estás ya consciente?.- Lo miro.
-Sí.- Levanta su pulgar.
-¿Por qué me mientes?.- Digo enfadada.- Me dijiste que te tomaste las pastillas.
-Puedo dejar de tomarlas.- Me mira.
-No puedes dejar de tomarlas.- Niego.
-Estoy bien.- Se quita el paño de la frente.
-Ya veo que estás bien...-Digo con sarcasmo.
-No estoy loco.- Me mira.
-Tomar pastillas no es de loco Ni.- Niego.
-Estoy bajo algo que no soy yo.- Se sienta en la cama.
-Lo necesitas.- Suspiro.
-Estoy bien.- Vuelve a decir.
-No estás bien.-Niego.
-Sigo bien.- Dice entre dientes.
-Vale....-Miro mis manos.
Un silencio incómodo e intenso se queda entre nosotros. Noto como en mi pecho se va haciendo un nudo y va dándo punzadas en mi corazón, haciéndome sentir un escalofrío. Para romper el momento incómodo, agarro el paño, lo tiro al barreño y lo cargo. Entro en le baño y tiro el agua al WC. Coloco el barreño en la ducha boca abajo para que se seque y vuelvo a la habitación.
-Lo siento.- Me mira desde la cama.
-Da igual.- Me meto en la cama.- Si soy yo la que siempre te salva la vida.
-Princesa....-Suena arrepentido.- Discúlpame.- Me abraza.
-Hazlo por mí aunque sea.- Lo abrazo también.- Por favor.
-Perdón.- Besa mi mejilla.
-Paso miedo.- Suspiro.
-Me voy a volver a tomar la medicación.- Asiente y me da un beso.- ¿sí?
-Pero de vedad Niall.- Lo miro seria.
-Jurado.- Levanta su dedo meñique.