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Una bola de papel de servilleta es lanzada contra mi cara y me hace cerrar los ojos en el impacto. Busco a la persona culpable de este suceso, pero veo a todo el mundo normal. Miro a la mesa de Niall Horan y todos se están partiendo de la risa. Cojo la bola de papel, me levanto y ando hasta ellos.
-¿Es esto vuestro?.- Digo mostrando la bola entre mis dedos.
-Es suyo.- Deo Devine señala a Niall.
-Que mentiroso eres.- Niega.
-Te la puedes meter en el culo.- Le sonrío con los labios forzados.
-Wohhh.- Se escucha en unisión.
-Me ataca a mí.- Se hace el sorprendido.
-No molestéis mas.- Dejo la bola en el la jarra vacía de Niall y me voy.
Hablar y hablar es lo que hacemos las chicas y yo hasta las 3 a.m, donde me da el mono de fumarme un cigarrillo. Dejo mis cosas dentro, excepto el movil y el mechero, y cuando salgo, me siento en un escalón.
-Bueno Bueno.- Hablan detrás de mí.
Miro atrás y es el castaño Horan.
-Niall no me persigas.- Me quejo.- Ya te vale.
-Me persigues tú.- Se sienta a mi lado.
Miro mis pies mientras me fumo mi cigarro sientiendo como Niall me mira. Puedo notar el calor de su mirada en mis labios.
-Ocho años después vienes a buscame.- Lo miro.
-Ahora tengo dos dedos de frente.- Me mira.
-Ahora que ya eres un viejo.- Me río.
-Eh.-Se hace el ofendido.- Solo tengo 32.
-Y yo 25.- Le guiño el ojo.
-Ya llegarás a tener mi edad y no pensarás lo mismo.- Me advierte.
-Alomejor me muero antes.- Apago la colilla en el suelo.
-Si sigues fumando sí.- Se pone a ejercerme de padre o algo.
-¿Eres mi padre?.- Arqueo una ceja.
-Te conozco desde que estabas en la barriga de tu madre.- Se acerca a mí.
-Pues yo nunca te ví.- Lo miro seria.
-Estuve.- Asiente.
-Y yo.- Me rasco la mejilla, quiero llorar.- Y me gustaste.
-Lo sé, me alejé.- Suspira.
-Ahora te quiero lejos yo.- Me levanto y tiro la colilla a la papelera.