Mis mejillas rojas delatan lo avergonzada que estoy en este mismo momento. El metro de costura que tengo en mis manos tiemblan junto a estas, pero intento controlarlo.
-No te muevas.- Le digo a Niall que está sentado en un taburete.
Me acerco despacio a la espalda de Niall y la mido, tocándola. Apunto sus medidas en la libreta y dejo el bolígrafo encima.
-Vendras a verme, ¿no?.- Niall me mira cuando me pongo enfrete suya.
-¿Qué día es el partido?.- Intento no mirarlo a los ojos.
-El sábado.- Rasca su brazo.
-Tengo el examen ya.- Mido su hombro.
-¿Enserio?.- Bufa.- Es la final de rugby.
-No puedo Niall.- Ahora sí lo miro negando.
-¿Ni un ratito?.- Hace puchero con su boca.
-Si termino el examen y puedo, voy a verte.- Me voy de su lado para volver a apuntar las medidas.
-Te espero allí.- Dice seguro.
-Ya veremos.- Paso el metro por su cintura.- Que delgado estás.
-Nah.- Niega.- Tengo mi barriguita cervecera.- Palmea su barriga.
-Anda ya.- Niego.
-Siuuuu.- Se ríe.
-Yo sí que tengo mi barriga.- Ruedo los ojos.
-A mí me gusta.- Pellizca mi rollito.
-¡Niall!.- Le doy en la mano.
-Ajajajajjajajajajajajajajaj.- Se ríe fuerte.
-Ya tienes tus medidas.- Le doy la libreta.
-Gracias amor.- Me tira un beso en el aire.
-Seguro que tu madre te hace el mejor traje de graduación.- Sonrío.
-Seguro que sí.- Asiente sonriendo.
-¿Vas a llevarme al baile?.- Lo miro nerviosa.
-Obviamente.- Besa mi mejilla
-¿Quieres llevarme al baile aunque solo llevemos 8 meses?.- Digo insegura.
-Claro que sí.- Me da un beso.- ¿Qué más te hace falta para saber que te amo?
-No se.- Me encojo de hombros.- Sabes como soy con mis inseguridades.
-Lo se.- Asiente.- Eso te lo quito yo a tí.
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La profesora me clava la mirada fijamente y casi me agujerea los ojos.
-Un minuto.- Me dice.
Contesto rápido mi pregunta en blanco y me levanto cuando suena la campana. Casi asfixiada, entrego el examen y recojo todas mis cosas.
-Espero que hayas estudiado joven.- Me amenaza.
-Sí.- Es lo único que contesto.
Miro la hora y son las 9 pm. El partido de rugby empezó hace una hora y no se si aún siguen jugando. Me aliger lo más que puedo en salir del edificio y en recoger mi scooter. En 15 minutos llego al campo y aparco la scooter en cualquier lugar con tal de ver a Niall. Subo las gradas corriendo e intento divisarlo. Ya todos saltan de alegría y se tiran unos encima de otros. Niall está en medio del campo sin camiseta y con ¿un sujetador deportivo?. Este hombre cada día me sorprende más. Me ve y me señala. Lo señalo también y me sonríe.
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-Auch.- Se queja.
-Ya está.- Saco la aguja de su cuádrice.
-Mierda.- Vuelve a quejarse.
-Ya, ya.- Beso su mejilla.
Me levanto y tiro la aguja, junto al bote de calmante a la basura. Me siento al lado de Niall en la cama y lo miro.
-Estoy hecho una mierda.- Apoya su espalda en la pared junto a la cama.
-Eso es la vejez ya eh.- Palmeo su pecho desnudo.
-Hey.- Me fulmina con la mirada.
-Aaaaishh.- Me río y cojo su mejilla.
-Puedes dejar de insultarme si quiere...- Se hace el ofendido.
-Venga ya anciano.- Golpe su pecho suave.
-Si no me doliera la rodilla te daría una paliza.- Cruza los brazos en su pecho.
-Mucho decir y poco hacer.- Toco su nariz molestándolo.
-¡___!.- Me da en la mano.
-Te quiero tonto.- Digo riéndome.
Se acerca a mi cara y yo me acerco a la suya esperando un besito, pero en cambio, lame toda mi mejilla.
-¡Cerdo!.- Grito.
-AJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ.- Casi se asfixia con su risa.
Me río de su risa entrecortada y su mano en el pecho a causa de la falta de aire.
-Gracias por sacarme de la mierda.- Agarro su mano.
-¿Te he sacado de la mierda?.- Me mira.
-Me has sacado de la mierda mierda.- Beso su mano.
-Ven.- Abre sus brazos.
Lo abrazo con cuidado, como si fuera un jarrón de cristal super fino, que con el mismo aire se quiebra.
-Gracias por hacerme feliz de nuevo.- Cierro los ojos.
-Te quiero princesa.- Besa mi frente.- Tú si que me has sacado de la mierda a mí.- Acaricia mi pelo.- Gracias por hacerme ver las cosas de otra manera y ser una nueva persona.
