Segunda parte {64}
-¿Pero a ti que mierda te pasa?.- Empujo su pecho.
-Es la mejor idea del mundo.- Se acerca a mí.
-¿No prometimos dejar la vida de delincuente aparte?.- Me cruzo de brazos.- Me prometiste que seguiríamos adelante como personas normales, aunque nos costara sudor y lágrimas.
-Voy a venir a casa con más de 20 millones de libras.- Coge mis manos.- Vamos a tener la vida resuelta.
-¡Niall!.- Suelto sus manos.- Es un puto atraco, ¡Al puto banco del país!
-No nos van a pillar.- Niega.
-¡Te crees que ahora eres de la casa de papel o algo!.- Grito.- Sácate los pajaritos de la cabeza de una maldita vez.
-Voy a ir por tí.- Pone su dedo en mi pecho.- Para tu operación, para que no sufras más.
-Yo estoy bien con las pastillas.- Quito su dedo de mi pecho.
-Te estás muriendo casi.- Me mira a los ojos.- Voy a robar ese dinero, te voy a pagar la operación y me lo vas a agradecer durante toda tu vida.
-Prefiero no operarme, que quedarme sin tí porque te metan en la cárcel.- Aparto la mirada.
-No van a meterme en ninguna cárcel.- Agarra mi barbilla y me obliga mirarlo.- Vamos a vivir mejor que la puta reina. Vas a ser una reina, voy a consentirte todo lo que quieras, te lo prometo.
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Me despierto de un salto y abro los ojos como platos. Los vuelvo a cerrar de nuevo al segundo e intento normalizar mi respiración. La idea de que Niall atraque un banco, me aterra. Su vida de delincuente acabó hace un par de años, cuando me prometimos que dejaríamos de ser unos rastreros y vivir como personas normales. Una vez, atracamos un restaurante, de cinco estrellas. Me siento culpable, porque quiere hacerlo para pagar mi operación por la fuerza. Hace un año, me detectaron pólipos en los ovarios, unos 8, que solo pueden sacarse mediante tratamientos. Temo cada vez que me va a bajar la menstruación y no conseguimos tener hijo, aunque nuestra situación económica no da para alimentar otra boca más. A lo que iba, está loco, por mí, lo se, pero voy a perderlo. La va a cagar y es cuando voy a morirme.
-¿Estás despierta?.- Niall besa mi frente.
-Sí.- Susurro y abro los ojos.
-Mmmm....-Me abraza.- Te quiero.
-Ni.- Lo abrazo también.
-Te escucho princesa.- Acaricia mi pelo.
-Voya ayudarte en el atraco.- Lo miro.
-No.- Niega.
-Sí.- Asiento.
-Te he dicho que no, y es que no.- Se tensa.
-Puedo hacerlo.- Lo miro a los ojos.
-Te quedas aquí.- Me mira a los ojos.
-Voy a ir.- Vuelvo a asentir.
-¡Que no joder!.- Se separa y me grita.- Si pasa algo, es a mí.
-Entonces aceptas que es peligroso.- Me siento en la cama.
-Cállate y duermete ya.- Me da la espalda.
-Voy a ir.- Vuelvo a decir y me tumbo dándole la espalda.
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-¿Niall?.- Me levanto de la cama de un salto casi.
Echo una vista rápida por el apartamento y no está. Su movil, su cartera y su tarjeta de identificación están sobre la mesa. Una nota está colgada en el frigorífico con un imán.
'Te amo, ten cuidado. Dos días voy a estar fuera. Cuando vuelva quiero que tengas la maleta hecha. Nos vamos del país. Vamos a vivir una vida de ensueño. Te amo mi vida. Si me pasa algo, no vengas a buscarme. He visto la pena de cárcel, son dos años. Espérame, voy a volver.'