-Cambia el canal.- Niall mira la televisión.
-No tengo el mando.- Miro mi teléfono.
-Está puesto un canal qie te gusta a tí.- Me mira.
-Yo no he encendido la televisión.- Miro a mi alrededor.
-Dame el mando.- Busca por mi alrededor.
-Que no tengo el mando.- Me levanto.
Niall mete la mano en el hueco del sofá y lo saca.
-¿Ves que lo tenías tú?.- Cambia el canal.
-Otra vez....Vale Niall.- Digo cabreada.
-Toma tu puto mando.- Me tira el mando.
-¿Perdona?.- Agarro el mando del suelo y se lo tiro.- Te relajas de una puta vez.
-A mi no me tires cosas.- Se levanta rápido.
-Has empezado tú.- Me guardo el teléfono en el bolsillo del pijama.
-Vuelve a tirarme algo y te hecho a la calle.- Agarra mi muñeca fuerte.
-Voy a irme yo mejor.- Intento soltar su agarre.- Niall suéltame.
-¿Te has enterado?.- Me clava los ojos.
-Me haces daño.- Pego en su mano.
Me suelta mientras echa todo el aire retenido de su nariz y se vuelve a sentar.
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-Mira lo que me hiciste anoche.- Le enseño el moratón de la muñeca.
-Vuelve a tocarme y te denuncio.- Abro la nevera.
-Ajam.- Lee su teléfono.
-¿Qué coño te pasa Niall?.- Saco un cuenco.- Tú no eres así.
-Las personas cambian.- Sigue sin levantar la vista del teléfono.
-Los vicios cambian, dirás.- Lo miro.
De un tirón, levanta su cabeza y me mira a los ojos.
-¿Qué clase de mierdas te estás metiendo?.- Echo la leche y luego levanto la mirada.
-Nada.- Vuelve al teléfono.
-Niall no me mientas.- Agarro los cereales.- He visto lo que tienes escondido.
-No es mío.- Escribe en su teléfono.
-¿Así quieres tu vida y tu fama?.- Suelto la caja de cereales fuerte en la mesa.- Si es así, dímelo y me voy ya.
Se queda sin contestas y solo puedo soltar un suspiro. Cierro los ojos intentando llenar mis pulmones de aire mientras pienso en todo esto.
-En menos de seis meses vamos a casarnos.- Lo miro.- ¿Por qué no vas a un médico?
-No necesito ningún médico.- Me mira.- Estoy bien. No como tú, que estás loca.
-El loco eres tú.- Lo señalo con el dedo.- Te estás volviendo agresivo y un cerdo. Me estás tratando como a una muñeca de trapo.
-Como te mereces.- Suelta el móvil.- Haces que me enfade siempre.- Pega un golpe en la isla.
-Vale.- Agarro el cuenco.- Ojalá te vaya bien en tu mundo tan feliz.- Entro en el salón.
-¡Más feliz que tú soy!.- Me grita.