-Llevas cuatro días metido en la cama Niall.- Lo muevo.
-Déjame.- Me pega en el brazo.
-Niall tío.- Sigo.- Venga arriba.
-¡Déjame de una puta vez!.- Me grita.
-¡Niall!.- Le grito yo.- Ya te vale joder.
-¡Ya ___!.- Me grita aún más fuerte.- Vete de una maldita vez y déjame solo.
-No voy a irme.- Me niego.
-Que pesada eres.- Me da la espalda.
-Soy tu novia.- Lo muevo.- ¿Qué coño quieres que haga?
-Que me dejes.- Bufa.- Pero ya. No me toques.
-¿Sabés qué?.- Quito mis manos de encima suya.- Ahí te quedas.
-Pues mejor.- Se tapa.
-Luego no vengas llorando.- Agarro mi mochila.
-No tranquila. No lloro por gente como tú.- Que idiota es.
-Ya vendrás.- Cierro la puerta de su habitación y bajo.
-Iba a subir... pero no quería meterme en nada.- Maura aparece de la cocina.
-No, no.- Niego.- Lo siento Maura. Ya sabes.... Lo de siempre.
-Ya sé...-Suspira.- Ahora está algo mal. Cuando se le pase, seguro que vuelve contigo.
-Espero...-La miro.- Bueno, me voy. Mañana vendré, ¿sí?
-Es tu casa hija.- Me sonríe amablemente.- Tienes un valor para venir todos los días...
-Es porque quiero a Niall.- Suspiro.- Espero que se le pase esta crisis ya.
-Y yo.- Me mira.- Gracias bonitax
-De nada.- Le sonrío.
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-Niall vamos a tomar un helado.- Lo muevo.
-No quiero helado.- Se tapa la cabeza.
-Venga porfa.- Le quito la manta.- Yo te invito.
-No quiero.- Se vuelve a tapar.
-Nialler.- Lo muevo.- Porfa. Please. Por mí.
-Vete ya.- Bufa.
-Pleeeaaaaseeeeeeeeeeeeeee.- Insisto.
-¡Que no ___!.- Se sale de la manta y me grita.
-Vale.- Digo solo eso.
-¡Quiero que te vayas!.- Señala la puerta.
-No voy a irme.- Me siento en el puf de la habitación.
-¡Sí!.- Sigue con su dedo apuntando a la puerta.
-Sh.- Me acurruco.- Duérmete ya y cállate la boca. Ahora quiero dormir yo.
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-Ouch.- Digo al chocarme contra algo.
Abro los ojos y me encuentro una pared enfrete mía. Me muevo y me topo con un cuerpo. Miro atrás y es Niall dormido. Me siento en la cama y verifico que estoy en su cama. Intento recordar como llegué, pero no se como, la verdad. Miro la hora, las 4:31 am. Solo llevo dormida una hora. Me vuelvo a tumbar y me tapo hasta el cuello.
-Ni.- Lo abrazo.- ¿Estás despierto?.- Lo miro.
Sus ronquidos me contestan que no y suspiro. Lo abrazo después de casi una semana sin poder tocarlo y beso su mejilla.