Oliver.
─A ti no tengo que probarte nada.
─Tampoco te pedí que lo hicieras─ Me reí, girando a la izquierda para adentrarme en el pasillo, donde al final desembocaba el baño─. Era yo el que iba a probarte por qué no vale la pena que te apresures tanto en volver a casa.
Emprendí mi camino, sin mirar atrás, sólo agudizando el oído para percibir con más claridad el sonido de los pasos de Nicholas detrás de mí. Quería resolver nuestro asunto pendiente incluso más que yo, lo supe al llegar al final del pasillo, donde abrió la puerta, empujándome la espalda sin mucha delicadeza para hacerme entrar.
Cerró la puerta tras de sí, deslizando el pasador. Se cruzó de brazos a la espera de que yo hiciera algo.
─Pruébamelo.
─ ¿Qué te motiva tanto para volver allá?─ Le acaricié el hombro, bajando la mano por su brazo para tantear los músculos─. Ese es tal Jale te interesa, vi como le miraste...
─Su nombre es James y yo no le miré de ningún modo. Deja de imaginar cosas.
─Pero no puedo─ Me quejé, llegando a su mano para entrelazar sus dedos con los míos, dejó de cruzar los brazos─. Últimamente antes de dormir sólo puedo pensar en ti─ Avancé de modo que mi cadera estaba a pocos centímetros de la suya, me veía atento─. En tus manos, en tu pecho, en ésto...─ Con mi mano libre acaricié su entrepierna sobre el pantalón de jean, comenzaba a endurecerse─. He estado intentando sacarte de mi cabeza, Nicholas. Te juro que lo he intentado.
─Sí, claro─ masculló sarcásticamente, agarrándome la mano que le acariciaba─. Tú sólo quieres joderme la vida.
Solté un quejidito, no estaba mintiendo. Nicholas me ponía muchísimo, y disfrutaba mucho jugar con su cabeza, pero si mi juguete se iba detrás del feto subdesarrollado ese, no tendría nada con qué pasar el rato en este estúpido servicio comunitario.
─No miento─ Le sujeté por el cuello─. Quiero ser follado por ti, en serio. Cada vez que te veo, quiero darte una mamada─ comencé a besarle la garganta, acariciándole el abdomen, hablando entre beso y beso─. Anoche... Me corrí muchas veces imaginando que te montaba.
─ ¿Eso quieres?─ Su fuerte agarre en mis glúteos me hizo esconder la cabeza en su pecho, el corazón comenzaba a acelerar sus palpitaciones─. ¿O todavía estamos jugando a quién deja al otro caliente?
─No me crees─ asumí, sintiendo sus dedos enterrados en mi carne─. Pero no soy yo el que tiene problemas en aceptar su sexualidad, si te decides por lo que quieres, ya sabes donde vivo.
─Yo ya sé lo que quiero─ Soltó mi culo, agarrándome por los hombros y acorralándome contra la pared, mi espalda golpeó con fuerza contra el muro─. Y lo quiero ahora.
Temblé ante su tono autoritario deseando que lo usara más a menudo. Me sujetó por la mandíbula, yo esperaba un beso, pero lo único que obtuve fue su respiración pesada sobre mi boca. Abrí mis labios para provocarle, al instante en que se acercó, me arrodillé, mi rostro quedó frente a su entrepierna. Alcé el rostro para admirar su expresión, aunque se mostraba inquieto, apurado, también había deseo en ella, desesperación. Le sujeté la cadera, acariciándole la entrepierna otra vez, no me cansaría de hacerlo, tantear las dimensiones de su cuerpo era una morbosa diversión para mí, y mi parte favorita fue aquella. Restregué mi mejilla como un gato sobre su erección, aún cubierta por la ropa, pude sentir la presión que ejerció al arquear el cuerpo, en una clara señal de que estaba perdiendo la paciencia.
Tenía que hacer tiempo para evitar que se encontrara con el tal Jace, pero la tentación podía conmigo, ese día ninguno de los dos podía seguir jugando.
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Entrenando al Baby Boy.
Novela JuvenilMientras Jeremy comienza a explorar el mundo de los Sugar Babys, Oliver, un Baby Boy veterano es abandonado por su Sugar Daddy. Ambos deberán adaptarse a un mundo completamente diferente, donde el mimado aprenderá a conformarse y el conformista apre...