Jeremy.
─ ¿A qué se refería Amanda con exponerme?
Las bolsas con mis camisas, chaquetas, pantalones, corbatas y demás estaban en el asiento trasero.
─Los paparazzi─ comentó con naturalidad─. Me gustas, eres la clase de chico que mis colegas envidiarán. Ninguna de sus muchachas es como tú.
─ ¿Es una especie de premiación por mi comportamiento?
─Aun mejor, es tu reconocimiento.
─Carter, para ser sincero no me entusiasma que todo el mundo sepa que soy homosexual y mantengo una relación por conveniencia con usted.
─Irás como mi acompañante, no te montes una película, ese es mi trabajo. Tendrás el privilegio que otros no tuvieron, estarás en una alfombra conmigo, pero que no se te suba a la cabeza.
─Está bien, Daddy─ repliqué, conteniendo las ganas de negarme. Nuestro contacto había sido explícitamente verbal, y aunque lo habíamos repasado un par de veces, no había mencionado nada sobre salidas de ese tipo─. ¿A dónde vamos ahora?
─A almorzar─ contestó sin dejar de mirar al frente─. Ya son las dos y media.
Miré el reloj en el moderno tablero, sorprendido de que fuera cierto. Había pasado mucho tiempo en aquella Boutique, y pensé que fueron apenas veinte minutos. Realmente el aroma dentro del local era increíble, la música suave y los colores sobrios. Era la clase de lugar que fantaseaba con visitar para comprarle cosas a mi esposa cuando era niño, sin haber descubierto que era gay. Ahora la vida me había jugado una mala pasada, siendo yo la "esposa".
En mi cabeza había planeado replicar, quejarme con Carter acerca de que ese tipo de cosas debía consultarlas conmigo antes de decidir por su cuenta. La debilidad me ganó, estar ambos solos en el auto me había cohibido. Él tenía demasiada autoridad y se me dificultaba cuestionarle, quizás estaba acostumbrado a que la gente siguiera sus órdenes porque trabajaban para él, de algún modo, yo también lo hacía.
─ ¿Cuándo es la gala?
─En dos semanas.
─ ¿Usaré alguno antes de...?
─No. Quiero que sean exclusivamente para eventos y ocasiones como éstas.
Eso significaba que no sería la única ocasión...
Bajamos del auto en un restaurante en el centro de la ciudad. Estaba caluroso, pero agradable, no podía quejarme demasiado. El atuendo que había elegido no me mortificaba con la temperatura. Ingresamos al lugar, ordenando nuestro almuerzo, por recomendación suya, yo pedí lasagna. Él, algún ostentoso y minúsculo plato.
Había notado que le encantaba que aceptara sus sugerencias, entonces se me hacía difícil declinarlas.
─ ¿Debo comportarme de algún modo en particular durante la gala?
─Sé como eres conmigo, si intentas fingir las cámaras te devorarán vivo.
─Supongo que sacarán algún artículo sobre usted, si nos ven juntos.
─Es lo más probable─ contestó antes de beber un poco de vino─. Y quiero advertirte que no estés toda la noche detrás mío, involúcrate con la gente.
─Será difícil, no conozco a nadie.
─Organizaré una cena esta noche para que conozcas a mis colegas y a sus acompañantes.
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Entrenando al Baby Boy.
Novela JuvenilMientras Jeremy comienza a explorar el mundo de los Sugar Babys, Oliver, un Baby Boy veterano es abandonado por su Sugar Daddy. Ambos deberán adaptarse a un mundo completamente diferente, donde el mimado aprenderá a conformarse y el conformista apre...