Jeremy.
Carter y yo terminamos hablando de su trabajo el resto de la cena. Cuando dije que quería conocerle mejor, no era ésta mi idea. Sin embargo pretendí estar atento y reír de sus bromas el resto de la noche, aunque no entendiera mucho al respecto.
Terminamos la cena con un postre ligero, ambos concentrados en una anécdota suya en el set, donde relataba acerca de una película en la que fue codirector hace no mucho tiempo, nada muy interesante.
Al rededor de las doce de la noche volvimos a mi apartamento, le propuse tomar algo antes de que volviera a su hogar. Él accedió y subimos. Tomó asiento en el sofá mientras yo inspeccionaba la cocina en búsqueda de algo que ofrecerle, sin mucha más alternativa que un par de cervezas.
─Espero que le guste la cerveza, es todo lo que tengo en la nevera a estas alturas del mes.
─Entonces eso significa que no estoy haciendo bien mi trabajo, ¿No crees?─ reí ante su comentario─. Estoy bien con la cerveza.
─Genial.
Le alcancé un vaso, sentándome a su lado, yo tenía otro en mano.
─Debería comprarte una reserva de vino, así tendrás algo para cuando tengas invitados.
─No suelo traer vistas, casi no conozco a nadie en la ciudad, más que un amigo que conocí por Internet, él es un tanto extraño, por cierto.
─Sí, hay gente muy rara en el mundo, sólo queda encontrarla. Aunque pueden ser molestos, a veces son buena compañía.
Sonreí pensando en Oliver, él sí que era raro, y se mostraba a la defensiva, pero estoy casi seguro de que sería muy amigable de no tener esos pequeños defectos.
─ ¿Sabes Jeremy? Me recuerdas mucho a un pequeño niño que conocí en mi infancia─ comentó antes de darle un sorbo a la bebida─. Era un pequeño adorable, tiene sentido que haya sido mi primer amor.
─ ¿En qué me parezco?─ Aproveché a curiosear, quería saber como me veía Carter, y conocer un poco la historia de su infancia─. Me refiero, ¿Cómo era él?
─Muy complaciente, con sus padres, con sus amigos y nuestros vecinos─ Tenía una sonrisa en el rostro al hablar─. No éramos amigos, él era el chico bueno, y yo molestaba a todos los niños del barrio con un par de amigos, era una especie de... ¿Villano? Quizás así me veía él.
─Es difícil imaginarlo a usted siendo esa clase de niño.
─Sí, probablemente me hayas creído el pequeño intelectual del salón, pero fue todo lo contrario. Yo era un desastre y mis padres no sabían qué hacer conmigo.
─Debe tener alguna justificación su comportamiento.
─Capricho, supongo─ Se encogió de hombros─. Me la pasaba presumiéndole a todos que tenía dinero y ellos no, cuando esa época la situación económica del país no era la mejor. Muchos de sus padres estaban sin trabajo, siempre pienso en el pequeño bastardo que solía ser.
─Pero maduró, y eso es lo importante, ¿Verdad?─ No sabía que diablos decirle, Y sí, era un pequeño bastardo─. La gente cambia.
─Es verdad, volví a ver a ese muchacho hace un tiempo, él es todo un hombre ahora, nada de lo que recuerdo.
─ ¿Pudo hablar con él?
─Muy poco, iba con su mujer y sus hijos. Es dentista, se fue de la ciudad, vino a ver a sus padres, siguen viviendo en el mismo barrio de nuestra infancia.
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Entrenando al Baby Boy.
Novela JuvenilMientras Jeremy comienza a explorar el mundo de los Sugar Babys, Oliver, un Baby Boy veterano es abandonado por su Sugar Daddy. Ambos deberán adaptarse a un mundo completamente diferente, donde el mimado aprenderá a conformarse y el conformista apre...