Capítulo 32.

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Jeremy, a concept.

Jeremy, a concept

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Carter.

Observé a lo lejos a Jeremy caminar en nuestra dirección, un tanto pensativo. Parecía forzar la postura para verse más seguro de sí mismo, pero claramente podía identificar que le habían intimidado los otros Babys. No me sorprendería saberlo, ése era el ámbito común que ellos vivían.

—Daddy...— Me llamó, haciendo cesar las carcajadas de mis amigos—. ¿Puedo hablar contigo?

Le miré de modo un tanto desaprobador, obligándole a bajar la vista. Con un suspiro me puse de pie, mientras mis colegas me alentaban a que le tuviera paciencia. Tomé su espalda baja, conduciéndole dentro de la casa, me senté, instándole a que lo hiciera también. Mi sorpresa llegó cuando en vez de hacerlo a mi lado, se acomodó sobre mis piernas, abrazándome el cuello.

— ¿Qué sucede, pequeño?— Le acaricié el cabello—. ¿Estás bien?

—Daddy, ellos son... Extraños, no son nada parecido a lo que aparentan en la mesa— Se quejó, recargando su barbilla en mi hombro, siendo abrazado por mí—. ¿Terminaré siendo así?

—Espero por tu bien que no, yo no soy como mis colegas. No toleraré que me ocultes algo, ¿De acuerdo?

Asintió, obedientemente, besándome la mejilla de repente. No pude procesar el momento en que se levantó y se fue, quién sabe a dónde. Al contrario de lo que esperaba, no tomó rumbo hacia la galería nuevamente, sino que se escabulló en el pasillo hacia algún lugar de la casa.

Esperé un poco antes de decidirme a encontrarlo. No demoré mucho, aquella casa la conocía tan bien como la palma de mi mano. Estaba en el jardín de interior, sentado en aquél banco que suelo usar para relajarme y leer los guiones de las películas que dirigiré.

No se percató de mi presencia, estaba de espaldas. Sostenía el teléfono junto a su oreja, evidentemente impaciente, movía el pie con nerviosismo.

—Contesta... Contesta maldición— repetía en voz baja. Debido al silencio del entorno, podía escucharle bien—. ¿Hola, Oliver?

¿Ésto era una puta broma?

—Jeremy, ahora realmente no es buen momento— Hubiera reconocido aquella voz en cualquier lado, absolutamente de él—. ¿Podrías llamarme mañana?

—Es que... Necesito un consejo. Estoy con Daddy, tenemos una cena con sus amigos, pero no me siento cómodo con el resto de los Babys.

— ¿Te están molestando? Vaya imbéciles, recuerdo haber pasado por una situación similar— Pude saber que estaba fumando al otro lado de la línea debido a su exhalación—. Óyeme bien, no puedes dejar que esos prostitutos con falta de amor propio te hundan. Tú no eres igual a ellos, Jeremy, tú si tienes metas y planes para el futuro. Ellos quieren vivir del dinero de los demás hasta que su aspecto ya no sea tan atractivo.

Entrenando al Baby Boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora