Capítulo 18.

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Jeremy.

─Creo que Carter está muerto.

─ ¿Tu SugarDaddy?─ preguntó apagando el cigarrillo en el cenicero─. Ah sí, bueno, ¿Lo disfrutaste mientras duró?

─ ¡Oliver, voy en serio!

─Relájate. Quizás se ha ido de viaje.

─ ¿Sin dar señales de vida? ¿Qué hago con mi colegiatura? ¿Me la meto por el trasero?

─A lo mejor eso le excita y vuelve.

─No le hallo lo divertido ¿Acaso todo es una broma para ti, Oliver?

─Si me hace reír...

Permanecimos en silencio mientras yo me resguaraba mis ganas de cruzar la mesa de un salto y abofetearle, ésta vez no fuimos por un café. Yo me pedí un vaso de cerveza, mientras que Oliver había optado por un jarro que era el doble del tamaño del mío. Apenas llevaba menos de la mitad bebido cuando él alzó la mano para que le trajeran otro jarro. Y habíamos llegado hace diez minutos...

─ ¿Fue estúpido lo que hicimos en mi departamento?─ pregunté mirando el pequeño potecito de madera lleno de maní─. ¿O el hecho de que me seguía insinuando directamente?

─ ¿Le pediste que te follara y huyó como un cobarde?─ inquirió, sabía que se refería al incidente con el chico que le dejó caliente la otra vez.

─Bueno, no... Sólo... Ambos sabíamos que debíamos parar allí y ninguno de los dos se opuso─ Me llevé el vaso de nuevo a la boca antes de hablar─. Aparte, él jugó conmigo cuando quise comprarme lo que te conté.

Alzó la cabeza, cruzado de brazos antes de hablar.

─ ¡Oh! ¿Te refieres al vibrador mediano para meterte por el culo?─ Su pregunta la formuló  en un tono de voz mucho más alto del que estábamos hablando anteriormente─. ¿Llegó profundo?... ¿Qué te pasa, por qué te tapas la cara? ¿Te sientes mal?

─Lo haces a propósito.

─A huevo que sí.

─No lo hagas más.

─ ¿Por qué?─ Nuevamente alzó la voz─. ¿Que tiene de malo que te guste meterte cosas por el culito?

─ ¡Aún no lo he metido!─ exclamé histerico. No podía saber si la gente volteaba a vernos ya que los asientos eran semicirculares, con el respaldo más alto que nuestras cabezas y de tapizado verde, lo que generaba un ambiente más íntimo─. Aún no lo he hecho.

─He de admitir que no me sorprende─ Eso me ofendió─. No luces como un chico valiente. Más bien te me haces lleno de inseguridades y tabúes, me parece lógico que no te quieras meter cosas por el culo, ¿Te gusta lo tradicional, cierto?

─Tengo algunos fetiches, es normal. La mayoría de la gente los tiene.

─Sí, eso crees ahora, pequeño e inocente saltamontes─ rió, llevaba la mitad del segundo jarro─. Siempre me ha gustado la cerveza artesanal, pero joder, no hay nada como el vodka.

─ ¿Ya estás borracho?

─A medias─ contestó apoyando la cabeza en el respaldar─. ¿Me vas a pagar las clases de baile?

─ ¿Las que todavía no me das?─ arquee una ceja a la espera de una respuesta─. ¿Cuándo estás libre?

─Todo el tiempo, excepto a las mañanas, que hago servicio comunitario. Podemos ir a mi departamento para que te enseñe.

Entrenando al Baby Boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora