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2010년 4월 27일

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2010 4 27

De camino a clase, de nuevo, ya me volvía a sentir abrumada. Me sentía tan encarcelada ahí dentro que por eso desarrollé el hábito de salir enseguida, de leer un montón de libros que no tuviesen que ver con álgebra o ciencias o cualquier cosa tuviese que ver con las clases. Pero tenía que admitir que al menos, ahí dentro, me salvaban los cascos de música, los cuales aparté de mis oídos al ver a EunJi.

— ¡Song Hyeri! — gritó alargando las vocales mientras sonreía y saludaba con sus brazos — ¿en qué vas pensando para llevar esa cara? — me dio unos toques en el hombro cuando teníamos una distancia más próxima.

— En que todavía es martes — solté desanimada, encaminándome hacia nuestra clase.

— Cierto — me dijo cambiando su expresión alegre a una desanimada, pareja a la mía.

EunJi era una chica alegre, simpática y bonita. Tal vez no tenía una inteligencia superior pero tampoco era tan torpe. Y la chica estaba a mi lado desde hace año y medio, sorprendiéndome cada día más.
Me sentaba mal que estuviese conmigo siendo tan alegre, porque yo acababa desanimándola a ella.
Aunque algunos días sucedía al revés y era lo único que me animaba un poco.

— EunJi — la llamé antes de entrar a clase — no te desanimes por mi culpa — le sonreí, entrando a clase y sentándome en mismo sitio de siempre, tal y como una monótona rutina.


──────────

El sonido que indicaba que las clases habían terminado era mi favorito, significaba satisfacción para todos los alumnos, profesores y personas dentro de esa cárcel disfrazada.

Visualicé a JiHyun preocupado cuando iba a irme por la puerta, retrocedí mis pasos y me quedé a la altura de su mesa. Escribía en el papel, tachaba frases y acababa por arrugarlo.

Sentí un pequeño déjà vu que me incomodó, pero me negué a volver a pensar en el chico del parque.

No otra vez.

— JiHyun, ¿estás bien? — le llamé, fallando en el intento de captar su atención — Park JiHyun — toqué su hombro, finalmente captándola.

— Ah, HyeRi — intentó sonreír — solo escribía, perdona — me miraba, su cara había cambiado por completo, ahora expresaba una severa serenidad.

— Perdona por molestarte, es que no sabía si estabas bien — sonreí para intentar tranquilizarle.

JiHyun era de los amigos más cercanos que tenía, junto a EunJi. Él también era simpático, era un chico inteligente y además atractivo, podría tener una vida adolescente envidiada por cualquiera. A penas estudiaba y tenía buenas notas, sus padres tenían dinero, era atractivo y salía con chicas.

— No pasa nada, intentaba escribir algo para HaNeul — rascó su cabeza, como indicación de que estaba nervioso por ver a su novia, lo que me pareció adorable.

— Qué romántico se nos vuelve JiHyun a veces — soltó EunJi, que estaba cerca, agarrando los papeles en los que había escrito el chico.

— ¿Escribe bien? — me acerqué a mi amiga para leer sus frases — ¡Woah, Park JiHyun! — reí al leer sus intentos de versos.

— Oye, esta me gusta — subrayó EunJi con un rotulador rojo — ¿Por qué has tirado esta? — subrayó de nuevo otro verso.

— Menudo desastre tienes montado — recogí hojas que también había por el suelo, haciendo el amago de leerlo antes de que me las quitase.

— Os vais a reír de mí el resto de vuestras vidas — sonó preocupado, pero con un tono bromista.

— HaNeul también, amigo — le gastó la broma EunJi, devolviéndole las hojas que había estado leyendo y marcando.

— Lo hacemos con cariño, no están tan mal — intenté decirle para que no se arrepintiese de escribir — tú dáselo, el detalle es bonito.


──────────

— Oye, EunJi — llamé la atención de la chica con la que estaba volviendo a casa después de un largo día en el instituto — Tú crees que... ¿las Converse rojas son bonitas? — dije, mirando a un chico que iba caminando delante nuestro, cuyas zapatillas eran las mismas que las del chico del parque del que no podía dejar de acordarme.

— Sí, bueno, son originales, ¿no? — la pillé de imprevisto con la pregunta — no se las había visto a nadie a pesar de saber que existían — rió — ¿por qué? ¿Estás pensando en comprarte unas?

— EunJi, como si no me conocieses — reí por su pregunta — no me las pienso comprar, no me gustan nada.

— ¿Entonces por qué preguntas así de tímida? — rió, y supuse que era debido a mi respuesta.

— Es que ayer vi a alguien en el parque con esas zapatillas y me llamó la atención — aquel chico no salía de mi cabeza, cuando ni siquiera me había fijado en su cara, y aún así seguía merodeando por ahí, y lo odiaba. ¿Por qué no me olvidaba de una vez?

— ¿Sigues yendo a Yeouido? — me miró algo conmovida, cambiando su tono de voz por completo, era aquel que me regañaba igual que mi madre — sabes que no deberías.

— Sigo yendo, sí — caminaba mirando el suelo, agarrando los tirantes de mi mochila — ¿Qué quieres qué haga? ¿Pasarme las semanas dentro de esas jaulas llamadas clases y luego encerrarme en mi habitación? ¿Leer siempre libros que tienen que ver con la física? — resoplé — entended mi frustración.

— Eres de las personas más únicas que he conocido, Song Hyeri — me dedicó una sonrisa cálida, dejándome totalmente paralizada.

-ˏˋ ⁿᵃᵐʲᵒᵒⁿ | 𝗯𝗹𝗼𝘀𝘀𝗼𝗺𝘀 𝗼𝗳 𝗳𝗮𝘁𝗲 ࿐ྂDonde viven las historias. Descúbrelo ahora