A ti, Chico Converse, o Kim NamJoon:
¿Quién imagino alguna vez que realmente te convertirías en la persona más brillante, en esa que siempre quisiste ser?
Y cuando pensaba que no volvería a verte, no, no lo hice.
Pero tus canciones, ya escritas y...
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2010년 11월 30일
Quedaba un mes de aquel dos mil diez, y lo seguía intentando asimilar. Habían ocurrido muchas cosas que nunca pensé que pasarían. Después del verano me dediqué a estudiar mucho más, supongo que tuve mi pequeña inspiración, y aquella inspiración llevaba converse rojas. En general, me había convertido en alguien más seria, estuve leyendo aún más de lo que principalmente planeé.
En todo este tiempo NamJoon me había ayudado, actualmente EunJi y JiHyun sabían que quedaba muy a menudo con él y que era por eso que sacaba notas más altas de lo normal. Simplemente me seguía llevando muy bien con el chico converse y nuestra amistad se volvió mucho más cercana por fin. Ya no me apenaba tener que molestarle con un mensaje, visitarle inesperadamente, o que venga a casa a estar con HyeJin o conmigo. Esa parte de mi vida actual me gustaba mucho, a decir verdad. Nos había acercado el mismo tipo de excusa que nos unió por primera vez, estudiar:
"— ¿Cuando tienes tus exámenes? — me preguntó, una vez nos habíamos sentado en Yeouido con un café cada uno, escenario que ya era típico.
— En una semana y media — le respondí, sin apenas mostrarme nerviosa, por mucho que lo estuviese — ¿me ayudas? — le sonreí con un puchero, pensando que, tal vez de esa forma, podría conseguir lo que quería.
— ¿No te ayudo ya lo suficiente? — apartó su mirada, y la dirigió al café. Sabía que sólo jugaba conmigo y que en su mirada seria había pillería, y lo adoraba.
— ¡Venga ya, Chico Converse! — le golpeé el brazo que no sostenía el café, provocándole una risa — lo decía por si querías que repasásemos por la mañana.
— ¿Aguantarte por la mañana también? ¿Estás loca? — fingió alterarse, pero seguía riéndose, aunque escondiendo su sonrisa y sus hoyuelos en la bufanda que llevaba consigo últimamente. Adoraba aquella bufanda gris pero no me gustaba que la usase para esconder su sonrisa.
— Oh, venga, NamJoonie — golpeé aún más su brazo.
— ¿Me estás llamando NamJoonie cuando eres dos años menor que yo? — me miró más serio, pero sólo podía ver sus ojos, pues seguía escondiendo media cara.
— Sí, ¿te molesta? — pregunté, completamente con ironía, porque tenía intención de seguir molestándole con el mote aunque me dijese que no le gustaba, porque en el fondo, sabía que no podría odiar aquel nombre.
— Increíble, HyeHye — comenzó a reírse, me parecía adorable, pero sólo me limité a seguir golpeando el brazo — ¡bueno, bueno! Ya me dirás hora y sitio."
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Por suerte el resto de diciembre no teníamos ni un solo examen, y a la tercera semana nos daban las vacaciones de invierno, aunque solo durasen hasta mitades de enero. La última semana de exámenes me había salido realmente bien, suponía que gracias a NamJoon, pero por desgracia EunJi no había tenido esa suerte.
— No me puedo creer que vaya a tener que rehacer estos exámenes en tres semanas — se estiró sobre la mesa mi pobre amiga, pareciendo desolada, JiHyun y yo acudimos con prisa.
— Podemos ayudarte si quieres, EunJi — toqué su hombro, mientras miraba a JiHyun cómo queriendo decir : "qué se supone que tengo que decirle".
— Ya, Song HyeRi, no todos tenemos a un genio ayudándonos cada vez que tenemos exámenes — respondió sin mirarme, tenía un tono de voz similar al que tenía cuando se enfadaba y no lo entendía.
— EunJ- — le nombró JiHyun, pero siendo interrumpido.
— ¿No es la verdad, Park JiHyun? — levantó su cabeza de la mesa — no creas que tenemos esa suerte — me miró, agarró sus cosas y se largó por la puerta del aula, yo seguía intentando proceder la razón de aquella rabieta cuando vi cómo cruzaba la puerta.
— Voy a hablar con ella — me dijo apresuradamente JiHyun, cargando su mochila — ¡Nos vemos, Song HyeRi! Y lo siento — salió corriendo detrás de EunJi.
Intenté ponerme en la situación de Cha EunJi antes de molestarme con ella por su ridícula reacción, y caí en que la chica no tenía unos padres que la pudiesen ayudar, porque tenían vidas muy ocupadas. Su situación económica tampoco era para poder permitirse grandes academias. Su amigo tenía una novia con la que pasaba las tardes, y su otra amiga pasaba las tardes rodeada de cerezos. No podía enfadarme con ella, ciertamente.
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Seguía dándole vueltas al estúpido comportamiento, ¿me habría portado mal como amiga con EunJi? , ya no tenía claro si era mi culpa o no, y JiHyun no me había mandado ningún mensaje en toda la tarde, así que estaba inquieta. Ni siquiera podía dormir ni descansar, daba vueltas en mi cama esa noche de invierno incesantemente. Al final opté por agarrar el móvil, entrar en los chats y esperar a ver si JiHyun se acordaba de escribir algo que me dejase claro que mi única amiga no se había enfadado de nuevo conmigo.
Al principio pensé que había funcionado, que JiHyun se había acordado en cuanto escuché un sonido de un mensaje, justo cuando había conseguido tener un poco de sueño.
