d o c e

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Era sábado por la mañana y sentía que después de haber desperdiciado la tarde de mi hermano ayer intentando estudiar todavía seguía sin ser suficiente, y algo dentro de mí me sugería pedirle ayuda a mi amigo Converse, pero no iba a hacerlo.

Al menos no directamente.

Porque aquel caluroso sábado a una hora temprana ya estaba de camino a Yeouido en autobús. Cargando de nuevo la dichosa mochila y sintiendo que iba a acabar con dolor de espalda por el resto de mi vida. No sé si me esperaba que NamJoon estuviese allí, o sí solo iba al parque para asegurarme, pero ahí estaba, con sus cascos de música releyendo algunos folios.

— Mi amigo Converse — le dije a modo de saludo cuando me sentaba a su lado.

— Te estás volviendo muy cercana, chica cerezos — me miró de arriba abajo, quitándose sus auriculares de los oídos.

— ¿Quiere usted que me disculpe y me vuelva completamente lejana, Kim NamJoon? — dejé de mirarle y saqué mi libro y mis subrayadores.

— ¿Qué haces aquí tan temprano? — me preguntó curioso, no le estaba mirando, pero sentía sus ojos clavados en mí.

— Venir a estudiar, necesito hacer tiempo — volví a mirarle — ¿me puede decir la razón por la que está aquí, señor NamJoon? — seguí burlándome.

— No tenía inspiración — volvió su atención a sus folios, los cuales miré de lejos. Parecían versos y aquello me intrigó bastante.

— ¿Escribes poesía? — volví a llamar su atención, pero no parecía molestarle.

— ¿Crees que esto son poesías? — se rió, observando todos aquellos papeles.

— ¿Entonces escribes cuentos o qué demonios haces? — le solté seria observando cómo se reía.

— Son canciones, HyeRi — me explicó con más tranquilidad, a diferencia de mi corazón por haber escuchado mi nombre en vez de un "chica cerezos".

— ¿De verdad? — le dije impresionada — lo que escribes son canciones... — me llamó la atención, y empecé a hacerme ideas.

— Son raps, tampoco te emociones — guardó de repente sus hojas en una mochila que tenía a su lado, sin dejar que las visualizase más tiempo.

— ¿Rapeas? — me reí, solo porque me pareció original, e impredecible.

— ¿De qué te ríes? — me dijo con un leve puchero, que probablemente no hubiese pensado en hacer.

— Es que me hace gracia — seguí riéndome — es un hobby original.

— Yo por lo menos no soy una loca de los cerezos — se burló — tu hobby también es original.

— Tiene usted la razón, Kim NamJoon — le guiñé un ojo volviendo a centrarme en mis apuntes.

No sé en qué momento empezó a ayudarme con cosas que no entendía, ni en qué momento me sentía como si hablase con alguien completamente cercano a mí, pero me gustaba esa sensación. Tampoco sé en qué momento mis tripas decidieron rugir como señal de que había salido de casa sin desayunar, dejándome completamente avergonzada.

— ¿No has desayunado? — me miró  seriamente, cambiando el tema de conversación que teníamos sobre física.

— Se me ha olvidado por completo — dije sin poder sostener su mirada por la vergüenza.

— Vamos — se levantó rápidamente recogiendo su mochila enseguida.

— ¿Adónde? — le pregunté completamente desubicada.

— A desayunar — se dio la vuelta mientras yo recogía mis cosas — pero ten claro que no es por ti. Es que quiero café — se sinceró.

-ˏˋ ⁿᵃᵐʲᵒᵒⁿ | 𝗯𝗹𝗼𝘀𝘀𝗼𝗺𝘀 𝗼𝗳 𝗳𝗮𝘁𝗲 ࿐ྂDonde viven las historias. Descúbrelo ahora