v e i n t i n u e v e

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Me había extrañado no haberme despertado con el sonido de las alarmas de mi móvil, sino por los gritos de HyeJin y de papá

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Me había extrañado no haberme despertado con el sonido de las alarmas de mi móvil, sino por los gritos de HyeJin y de papá.

— ¡Song HyeRi, en diez minutos tendrías que estar saliendo para ir a clase! — escuché la grave voz de mi padre desde el pasillo.

— Vas a llegar muy, muy tarde — aporreó la puerta HyeJin.

En cuanto me percaté de la hora, me levanté de un golpe, dejándole claro a papá y a HyeJin que ya estaba despierta de una vez. Recogí mi móvil del suelo, el cual se había quedado sin batería porque ayer por la noche no lo cargué, "luego le echo la culpa a NamJoon" pensé soltando un suspiro.

Si bien era cierto que era una persona que tardaba en prepararse por las mañanas porque le gustaba ir a su ritmo, también era el tipo de persona que cuando tenía prisa era increíble cómo hacía todo de rápido. Por eso solo salí diez minutos más tarde de lo normal, que se compensarían si corría hacia el instituto en vez de andar como tranquilamente todas las mañanas. Pero me equivocaba, no había calculado bien, las clases habían empezado cuando llegué.

— Perdón,  profesora Seo, y buenos días — acompañé mi disculpa con una leve reverencia y me apresuré por llegar a mi sitio asignado.

Por suerte la mujer joven con la que tenía clase los viernes a las ocho de la mañana era simpática, y no le importó demasiado mis dos minutos de retraso, quién sí parecía molesta era EunJi, y yo ya no entendía absolutamente nada.


— ¿Está enfadada de verdad? — le pregunté a JiHyun dirigiéndonos a la tienda de convivencia que se encontraba en la planta baja del edifico cuando era nuestro descanso.

— No, déjalo... — le restó importancia cuando llegamos a la tienda — entiende que antes las dos sacabais las mismas notas y tenía a alguien en su misma situación — agarró tres bebidas y unos snacks, y se digirió a la caja para pagar todo.

— Lo puedo entender, lo que no me parece justo es que se enfade conmigo — le comenté cuando habíamos salido y nos volvíamos a dirigir a las aulas.

— A lo mejor piensa que si ella tuviese a alguien como NamJoon también mejoraría notablemente, porque sabes que no puede permitirse una academia, en tu caso si puedes, pero no quieres — me explicó de camino — solo deja que se le pase, no está tan molesta.

JiHyun le dejó una bebida a EunJi en su mesa, y me ofreció a mí otra. Agradecía lo buen amigo que era y cómo podía ponerse en la situación de EunJi y en la mía a la vez, la empatía del chico desbordaba su personalidad.

Cuando todas las clases del aburrido viernes terminaron y caminábamos de camino a casa, este día sin EunJi, porque se había quedado estudiando en la biblioteca, me apeteció hacer algo. Quería quedar con mi amigo Converse pero me había dejado el móvil en mi habitación y no tenía absolutamente nada de batería.

— JiHyunnie — le llamé de broma — ¿tienes algo que hacer hoy, habías quedado? — le pregunté, esperando que su respuesta fuese negativa.

— No, hoy no he quedado con HaNeul porque iba a estudiar con sus amigas, ella tampoco ha pasado todos los exámenes — me explicó.

— ¿Hacemos algo hoy? HyeJin no va a estar en casa y mis padres siempre vuelven tarde por trabajo — le propuse, pero sonaba raro.

— ¿Nosotros solos-

— ¡Qué va! — me reí ante su gesto de timidez — déjame tu teléfono un momento, por favor — deslizó su móvil del bolsillo de su abrigo y me lo entregó obedientemente.

Entré en sus contactos y busqué el nombre de NamJoon, y en cuanto lo encontré, llamé.

— Dime, JiHyun — escuché la voz de mi amigo Converse al poco tiempo.

— ¡Qué hay, hyung! — imité una voz grave, pero sin éxito ninguno, porque lo único recibí son risas de parte de ambos chicos que me escuchaban.

— ¿La chica cerezos te acaba de robar el móvil, JiHyunnie? — siguió mi juego.

— Exacto, hyung — continué fingiendo, he de decir que de manera pésima — ¿qué tal una tarde tomando algo en la casa de Song HyeRi? — sugerí al fin.

— Ahí nos vemos, HyeHye — acabó con la llamada.

— ¿Y bien, ladrona de identidad? — me miró sonriente JiHyun.

— Que ahora nos vemos en mi casa — le respondí aún más sonriente y feliz.



──────────


El timbre sonó cuando yo estaba sola en casa esperando, no tenía ni idea de quién había llegado antes, si JiHyun o el Chico Converse, pero el ganador fue el segundo.

— Hola — me saludó en cuando le abrí la puerta.

— Hola, mis padres no están y HyeJin tampoco, así que no te preocupes — le aclaré dejándole pasar.

— ¿Y JiHyun? — preguntó por la notable ausencia del chico.

— Ha ido a su casa a dejar su mochila y a traer bebida y comida — sonreí, porque agradecía que se hubiese ofrecido voluntario.

— Pues perfecto, — se acomodó en el sofá, observando la televisión, la cual estaba encendida porque me aburría mientras esperaba a los dos chicos — ¿ha pasado hoy algo con EunJi? — pareció acordarse de mi leve problema.

— ¡Qué va! — solté resoplando a la vez que me sentaba al lado de él, mirando el anuncio que aparecía en la pantalla — JiHyun me ha dicho que sólo está un poco molesta, que simplemente deje que se le pase.

— No tenía motivos para enfadarse, no te preocupes — me dijo mientras miraba los anuncios, y yo observaba su perfil — ¿sabes que anoche te quedaste dormida en medio de la llamada? — me preguntó dejando de mirar el televisor y pillándome cuando le miraba.

— Claro que lo sé, es que me entró sueño cuando empezaste a hablar de tratos — bromeé.

— Pero iba en serio — me miró más formal después de reírse.

— Ya, ya. Yo también cuando te dije que aceptaba — sonreí — voy a tener que llamarte cuando no pueda dormir para que me entre sueño — seguí con mis bromas.

— Yo aceptaría las llamadas. Ya sabes, cuando quieras — devolvió su mirada a la pantalla. Siempre que decía cosas mínimamente cursis ni siquiera me miraba y me parecía algo tierno y gracioso a la vez.

De no ser por cada anuncio que salía en la televisión, en mi casa reinaría un silencio sepulcral, a parte de una notable incomodidad. NamJoon había venido otras veces a casa, pero solían estar mis padres y HyeJin, y no era tan raro. Pero esta vez estábamos ahí sentados, el no dejaba de fijar su mirada en la televisión y yo miraba su perfil mientras que por mi cabeza me replanteaba si a partir de ahora podría llamarle cuando no pudiese dormir.

-ˏˋ ⁿᵃᵐʲᵒᵒⁿ | 𝗯𝗹𝗼𝘀𝘀𝗼𝗺𝘀 𝗼𝗳 𝗳𝗮𝘁𝗲 ࿐ྂDonde viven las historias. Descúbrelo ahora