02

679 56 9
                                    

Entré a los vestidores del gimnasio de mala gana. Ese maestro no había accedido a regresarme mi teléfono móvil y eso me había hecho enfurecer.
Fui hacia mi casillero, agarré el uniforme de deportes y después comencé a cambiarme.
Mientras me estaba cambiando entró Yugyeom y me hizo una mirada pícara, la que siempre hace en broma cuando nos vemos. Reí mentalmente. Aunque eso no me hacía dejar de odiar a Wang.

—Parece que tu primer día no empezó muy bien -empezó a reir mientras se quitaba el uniforme.

—Todo gracias al profesor Wang -respondí frunciendo el seño.

—Mientras tu estás votando humo por su culpa, todos y todas están votando baba -bromeo él.

—Eso no da gracia -respondí poniendo mis ojos en blanco.

—A mi si me causo risa -empezó a reírse a carcajadas.

—Ya cierra la boca -me acerqué a el y lo golpeé en el hombro.

—Auch, no creas que no duele -me miró mal mientras se sobaba la zona que yo le había golpeado.

—Entonces no digas cosas de mal gusto -le sonreí burlonamente.

Salimos de los vestidores para dirigirnos rápidamente al gimnasio. Al llegar nos detuvimos en la bola de compañeros que estaban esperando por indicaciones del coach.

—De acuerdo chicos, creo que ya todos se encuentran aquí así que empezaré con las indicaciones de hoy -aplaudió tres veces para llamar nuestra atención. —Bien, mi nombre es Min Yoon Gi, yo seré su profesor de educación física, deportes o como quieran llamarle. -habló el cruzado de brazos mientras caminaba frente a todos.

La mayoría estaba atento a sus indicaciones, otros simplemente pensaban en otra cosa y yo Kumpimook Bhuwakul estaba pensando en la forma en la que haría que el profesor Wang me devolviera mi teléfono móvil. 

—Bhuwakul, ¿estás prestando atención? -sentí como el profesor Min estaba frente a mi. Desperté de mi corto sueño.

—Si profesor -mentí.

—¿Cuáles fueron mis indicaciones? -preguntó el cruzado de brazos. Mientras visualice como todos estaban empezando a correr en círculos por toda la orilla de la cancha de baloncesto. 

—En realidad no lo escuché, disculpe -reverencie avergonzado.

—Mis indicaciones fueron que dieran 5 vueltas completas a la cancha y después harían dos equipos para jugar quemados -responde el.

—De acuerdo profesor, disculpe por no haberlo escuchado -volví a inclinar mi cabeza para demostrar mi verdadero arrepentimiento.

—Pero como tu no prestaste atención a tales indicaciones darás diez vueltas completas a la cancha y quedarás excluido de la actividad de hoy -terminó para después dirigirse al medio de la cancha e hizo sonar su silbato seguido de eso.

A ver a ver rápido muchachos no se detengan, sigan corriendo.

Escuché al profesor, realmente me encontraba frustrado, realmente este no era mi día. Comencé a correr al alrededor de la cancha para así poder terminar rápido e irme de ese maldito infierno que era hoy para mi.

Minutos después al terminar, yo me encontraba completamente exhausto, me arrodillé en el suelo después de haber terminado y traté de calmar mi respiración que se encontraba muy agitada por el tiempo de ejercicio que había hecho. Cuando ya me encontraba estabilizado decidí levantarme de allí y me dirigí hacía los vestidores, no tenía nada más que hacer allí dentro en el gimnasio.

Me dirigí a las regaderas que se encontraban dentro de los vestidores, me saqué el uniforme de deportes que llevaba puesto y me metí dentro de las duchas segundos después. Al terminar de ducharme, me cambié con el uniforme formal de siempre: un pantalón gris de vestir, una camisa blanca de botones, un suéter negro, un saco azul marino y una corbata roja con diseño. Cuando terminé de cambiarme salí corriendo hacia mi salón sin esperar obviamente que hubiera alguien allí, pero para mi mala suerte allí si había alguien.

—No creo que es correcto entrar de esa forma a tu salón de clases -escuché la voz de el profesor Wang mientras me detuve para agacharme un poco mientras colocaba mi mano en mis rodillas para tratar de respirar mejor. Alcé la mirada y allí frente a mi estaba el profesor.

—Di-disculpe profesor, no sabía que habría alguien aquí -admití respirando ajitadamente, aún no descansaba bien como para retomar mi aire por completo.

—¿No se supone que deberías estar en clase de educación física? -pregunta el regresando al escritorio para tomar asiento.

—Se supone, pero el profesor Min me castigó -traté de sonar algo devastado por el simple hecho de que era mi primer día y ya todo me estaba saliendo estupendamente mal.

—¿Se podría saber cuál es la razón por la cuál este lo castigó en su primer día? -pregunta el viendo como yo comenzaba a caminar hacia mi asiento.

—No preste atención a sus indicaciones, no porque no quisiera, simplemente me distraje y me puse a pensar en otras cosas -fruncí el entrecejo.

—Oh ya entiendo -responde el.

Me senté en mi lugar común, recosté mi cabeza en el pupitre y cerré los ojos por un momento. Los volví a abrir unos minutos después ya que sentía la mirada penetrante de alguien. Alcé la cabeza del pupitre rápidamente y vi al profesor Wang observándome desde su escritorio. Quería preguntarle si había algún problema o si pasaba algo, pero simplemente decidí quedarme callado y seguirlo viendo, nuestras miradas estaban peleando para ver quien ganaba y no bajaba la mirada antes, se sentía un poco incómodo, pero la verdad no se porque no me detuve en ese momento. Debí haberlo hecho, tal vez eso hubiera cambiado un poco el futuro que me esperaba.

La campana que daba a entender que la clase había terminado sonó y eso hizo que dejáramos de vernos al instante, escuché como el tosió un poco, como para mejorar el ambiente; mientras tanto yo seguía en mis pensamientos, esperando a que el salón se llenará de varias personas para así no tener que estar sólo con ese profesor que me causaba incomodidad al máximo.
El salón se fue llenando poco a poco y me alegré al ver entrar a Yugyeom, mientras ese mencionado se colocaba junto a mí. La clase comenzó y no había ninguna chica la cuál no estuviera prestando atención, todas y alguno estaban embobados con el profesor, podía escuchar algunos comentarios sexistas de chicos gays del salón y de chicas urgidas por un novio.

Esta bien piernon, eso si se ve delicioso. Quisiera que me diera contra su escritorio. Si tiene esas nalgotas, que no tendrá enfrente. Yo le doy. Yo dejo que me por detrás. -escuchaba por alrededor de mi, de mis compañeros y compañeras que estaban cerca, ya no aguantaba más escuchar tantos comentarios asquerosos hacia él, no porque me importara sino porque simplemente no me gustaba oír comentarios tan sexistas hacia un profesor, me estaban dando náuseas.

Y no porque los comentarios no fueran reales, porque si eran real, cada uno de esos comentarios eran simplemente ciertos. Simplemente ya me había hartado de escuchar todo eso.

Levanté la mano esperando a que el profesor Wang se diera cuenta de esto, pasaron algunos minutos después cuando terminó de escribir las actividades de hoy en el pizarrón que volteó y me hizo caso.

-¿Que ocurre Kumpimook? -preguntó el cerrando el marcador y dejándolo en su escritorio.

-¿Me da permiso de ir al baño profesor Wang? -traté de sonar tranquilo, pero en realidad no lo estaba, lo único que quería en ese momento era salir corriendo de allí. Sentía que me estaba asfixiando.

-Si -respondió sin más para después dirigirse a su asiento.

Puedo jurar que salí casi corriendo del salón, y literal si me estaba asfixiando, el aire me faltaba. Salí corriendo a la azotea del techo de la escuela (mi lugar favorito de allí), me dejé caer al suelo cuando llegué allí y no podía más, mi respiración no estaba bien, saqué de el bolsillo de mi saco mi inhalador y le di varias caladas para volver a la normalidad lo más pronto posible.

𝘼𝙥𝙥𝙡𝙚 𝙒𝙖𝙩𝙘𝙝; 𝙅𝙖𝙘𝙠𝙗𝙖𝙢.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora