15

400 43 3
                                    

Al siguiente día el tailandés despertó con los ojos hinchados y rojos. Se sentía horriblemente lastimado. Se levantó de su cama y se dio una ducha con agua completamente fría. No le importó que estuvieran en pleno abril donde el frío aún se siente.

Al salir del baño se quedó mirando por la ventana y notó que el cielo estaba oscuro, se sorprendió al notarlo. Al parecer había dormido todo el día y había despertado hasta las 7:46 pm.

Al terminar se vistió con lo que encontró a la mano cuando revisó su armario. Bajó las escaleras sin encontrarse ni a su madre ni a su padre. Fue hasta la cocina ya que moria de hambre porque anoche no había cenado. Además de que se había saltado su desayuno y su almuerzo. Encontró un papel que dejaron pegado en el refrigerador.

"Te dejé preparado tu comida tailandesa favorita mi precioso Bhu, disfrútala mucho hijo, te quiere mucho tu madre. Estaré ausente en casa como por dos semanas ya que tu padre y yo iremos a Tailandia a visitar a tus hermanos, cuídate mucho"

Bambam abrió de inmediato el refrigerador encontrándose con comida preparada en toppers de plástico y también guarniciones pero no encontró por ningún lado del refrigerador lo que supuestamente su madre le había dejado preparado. Así que abrió el microondas y allí encontró su tan preciado Pad Thai. Sonrió de oreja a oreja, su día estaba poniéndose un poco mejor. Lo calentó mientras subía a su habitación por su teléfono móvil, lo encendió y tenía más de 30 llamadas perdidas de su profesor chino y muchísimos mensajes de él también. Notó que tenía como 4 llamadas perdidas de su mejor amigo así que lo llamó al instante mientras bajaba las escaleras.

-Maldito bambam estaba muy preocupado por ti -admitió el menor al contestar la llamada.

-Yo estoy bien, ¿tu qué tal? -rió Bambam.

-No te oyes bien -su amigo lo conocía a la perfección.

-¿Por que no estaría bien? -preguntó Bambam mientras sacaba su comida del microondas y lo llevaba hacia la mesa.

-Iré a tu casa de inmediato, espérame -dice Yugyeom y después cuelga.

Bambam solo se alzó de hombros sin importancia y después comenzó a comer. Comer ese plato de comida le hacía recordar su infancia en Tailandia que hasta se sintió como en casa.

Empezaron a tocar la puerta de entrada haciendo que Bambam despertara de su trance.

Se levantó de la mesa y vio por la mirilla de quien se trataba y era su amigo. ¿Tanto así se había tardado en comer? O, ¿el estaba muy cerca?

Abrió la puerta y su amigo lo abrazó mientras le entregaba un ramo enorme de girasoles, sus flores favoritas.

—Oow que tierno de tu parte al traerme flores -dijo feliz Bambam mientras cerraba la puerta de entrada con seguro.

Yugyeom rió. —No te las traje yo, ósea si pero te las envía otra persona -lo mira pícaramente.

Estaba por irse a encerrar a su cuarto porque sabía quien se las había mandado. Las dejó caer al suelo al instante. —¿Quien diablos las envió? -preguntó.

—¡El profesor Wang! -dijo con emoción.

Y bambam las aplastó con su pie una por una para después levantar el ramo y dirigirse a la cocina para arrojarlas en el bote de basura.

Yugyeom veía todo eso con asombro. —¿Porque rayos hiciste eso? -preguntó el menor.

—No quiero hablar de eso -fue sincero mientras contenía sus lágrimas.

Yugyeom notó desde un principio que su amigo no se sentía bien, pero nunca pensó que fuera por culpa del profesor Wang. Se acercó a su amigo y lo rodeó con sus brazos. 

Minutos después Bambam le contó todo lo que había ocurrido entre ellos dos y hasta lo que ocurrió ayer por la noche.

—Se lo que mejorará tu ánimo -dijo con emoción el más alto.

Bambam lo volteó a ver pensando en ideas que su amigo pueda estar tramando. —¿Que? -preguntó recostando su espalda en el sillón de la sala.

—¡Salir de fiesta! Anda, vamos a divertirnos y a pasar un buen rato -le sugirió.

—No lo sé Yugyeom, lo que menos quiero es salir -admitió Bambam.

—Pff, bro, tienes que seguir con tu vida, finge que lo qué pasó entre Wang y tu no fue nada y que te vale que se hayan separado o lo que sea que haya pasado -le recomienda.

—Pero si me duele lo qué pasó -dijo cabizbajo.

—Si lo sé, pero lo que él no se espera es que salgas a divertirte como si nada hubiera pasado, así si empezaría a atraerse por ti, si te haces el indiferente bro -le cuenta.

—Ooh ya veo, creo que estoy entendiendo tu punto -responde el tailandés.

—¿Entonces nos vamos? -preguntó el coreano.

—Está bien, solo deja me arreglo un poco -dice el mayor de los dos.

—Ok -sonríe satisfecho el menor.

—¿Ya sabias que accedería? -preguntó bambam volteando a verlo antes de subir por las escaleras.

—Claro que no, solo vine a pasar tiempo de calidad hoy viernes con mi mejor amigo -miente el coreano, obviamente su plan desde un inicio era convencerlo de salir de fiesta.

—Ajá, y entonces, ¿porque vienes tan bien vestido? -le preguntó al notar su vestimenta MUY provocadora. Un Jean negro ajustado, una camisa blanca de botones y encima una chaqueta negra y unos tenis negros por completo.

—Esto no es provocativo -rió el menor.

Bambam se acercó y le tocó el pecho. —Puedo ver tu pecho, abróchate esos botones -le ordenó.

Yugyeom lo miró mal pero después lo hizo. Bambam subió por las escaleras y eso le dio tiempo a Yugyeom de volver a desabrochar esos botones.

Cuando Bambam por fin bajó eran más de las 8:00 pm, eran las 8:44 pm.

—¿Por que tardaste tanto? -preguntó sin fijarse en su atuendo. Hasta que sus ojos le prestaron atención. Abrió los ojos de par en par asombrado al ver así a su mejor amigo.

Tenía un Jean negro ajustado al igual que Yugyeom, una camisa negra con rayas blancas de botones y había dejado desabrochados 3 botones y su pecho se notaba al descubierto y unos zapatos negros.

—Y me dices a mi que estoy provocativo -bromeó el menor.

—Vámonos -dice el mayor agarrando las llaves del automóvil de su padre.

—¿Sabes conducir? -preguntó Yugyeom.

—No -rió el mayor rascándose la nuca nerviosamente.

—Yo lo haré, recibí mi licencia de estudiante hace 2 semanas -dice mientras le quitaba las llaves de las manos a Bambam.

Llegaron sanos y salvos a lo que parecía por fuera como un simple bar, pero al entrar quedaron sorprendidos a más no poder y Bambam golpeó de un golpe con su mano el brazo de su mejor amigo.

—Enserio eres un idiota.

𝘼𝙥𝙥𝙡𝙚 𝙒𝙖𝙩𝙘𝙝; 𝙅𝙖𝙘𝙠𝙗𝙖𝙢.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora