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Meses después, ese día sería la graduación de los chicos. Bambam se levantó con mucho entusiasmo, se duchó y después bajó a preparar el mismo el desayuno. Cuando su madre despertó se quedó sorprendida al ver el desayuno recién preparado en la mesa.

—¿Que es todo esto? -preguntó con curiosidad la mujer acercándose a su hijo que se encontraba de espaldas en la estufa con audífonos puestos. Mientras tarareaba la canción y volteaba el huevo del sartén. Tocó su hombro y el menor pegó un brinco al instante del susto. Volteó a ver a su madre, se quitó los audífonos y le dedicó una enorme sonrisa para después abrazarla con fuerza.

—Es hoy mamá-dijo felizmente el menor después de apartarse de ella. La mujer sonrió levemente, le alegraba ver a su pequeño tan emocionado por el simple hecho de que ese sería su día de graduación. También le causaba orgullo y mucha emoción en su corazón de tan solo pensar que su hijo finalizaría una etapa muy importante de su vida para comenzar otra.

—Me alegra que estes feliz cariño -le acaricio la mejilla con suavidad. —¿Desayunamos juntos? -preguntó alejándose de él para ir a tomar asiento. El tailandés asintió repetitivamente, terminó de preparar su desayunó y se sentó frente a su madre.

Comieron en silencio, le causaba intriga saber lo que su madre opinaría de lo primero que cocinaba en su vida sin incendiar la cocina. —¿Que te parece mamá? -preguntó después de limpiarse los labios con una servilleta.

—Te quedó muy rico, ¿cuando aprendiste a cocinar? -la madre de Bambam sabía más que nada que su hijo nunca había sido bueno en lo que respecta a lo culinario. Por eso le sorprendía.

—De hecho es de las primeras cosas que aprendí a cocinar -rió avergonzado. —Estuve tratando de hacerlo varias veces en casa de Jackson hyung, él estuvo explicándome un poco y pude aprender por fin -rió después de recordar los gestos graciosos que ponía su novio cuando probaba lo que él había cocinado, o sabían a quemado, a desabrido o simplemente sabían asquerosos. Lo decía siempre con su mirada, pero con palabras no se atrevía a decirlo porque no quería hacer sentir mal al menor.

Bambam se sintió feliz al saber que todo su esfuerzo por aprender dio resultados con la confirmación de su madre de que el platillo estaba bueno.

...

El mayor amaneció con un tremendo dolor de cabeza, ya que hace días atrás había recordado el día en que Zhoumi falleció, aunque no le afectó tanto como antes, también fue doloroso para el. Cuando estaba junto a Bambam no lo demostraba para no preocuparlo, pero era más que obvio que su primer amor seguiría lastimándolo de vez en cuando con los hermosos momentos que vivieron.

Se levantó de la cama a paso lento para dirigirse al baño a tomar una ducha, bajó las escaleras vestido solo con un pants mientras secaba sus cabellos con la toalla.

Se preparó lo primero que encontró en la alacena, un cereal sin más. Se sentó en la mesa y comenzó a comerlo. Al terminar se levantó para dirigirse a la sala y tirarse en el inmenso sillón frente a la televisión. Se quedó mirando el techo por varios minutos, pensando en cosas triviales hasta que regresó a sus sentidos cuando escuchó su móvil sonar en su bolsillo del pants. Lo tomó al instante y respondió al ver de quien se trataba.

—¡Jackson hyung! -habló con emoción el menor. El mayor sonrió bobamente solo al escuchar la voz de su novio.

—¿Que tal Bam? -continuaba con la misma tonta sonrisa aún sabiendo que el menor no lo estaba viendo.

—¿Recuerdas que ayer te mencioné que si amanecía con ganas le prepararía el desayuno a mamá?

—Si lo recuerdo.

𝘼𝙥𝙥𝙡𝙚 𝙒𝙖𝙩𝙘𝙝; 𝙅𝙖𝙘𝙠𝙗𝙖𝙢.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora