Capítulo 15: En el olvido esta la desesperación

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El sonido de sus zapatillas chocando con la fría nieve de esa noche, provocaban un sonido sordo perfectamente audible debido al silencio presente en sus alrededores. Aún por su mente rondaba cada suceso acontecido en esa habitación; esa piel, esos ojos, ese cuerpo, ese calor... que, con cada paso empleado para alejarse, recordaba con más intensidad.

Ya iba rumbo a su casa, pero su mente esa noche no se había ido con él, sino que se había quedado hundida en esas mullidas almohadas de aquella cama. A estas alturas, la sensación provocada por el alcohol había desaparecido casi por completo de su cuerpo y el frío clima comenzaba a afectarle crudamente. Aun así, seguía caminando a paso lento, tomándose su tiempo, sin poder controlar las mil sensaciones que le invadían. Se sentía extraño, tal vez algo apesadumbrado. La idea del olvido no dejaba de dar vueltas en su cabeza y culpabilidad por haber hecho algo mal. Tal vez si se había comportado como un abusador al aprovechar un momento de guardia baja, pero si recordaba, sabía que no había sido la primera vez que lo hacía; hubo instancias en que para estar con una chica, las envolvía en palabrerío y esperaba hasta que caían en su juego, pero ciertamente ninguna nunca había estado bebida, por lo que la situación se volvía ligeramente más grave.

«Mierda, soy un asco... Pero... De verdad quería tocarlo». Cerró sus ojos con algo de fuerza intentando disipar sus propios fantasmas. No quería pensar ni menos aceptar, que esas ganas de tener al chico, superaban cualquier otra que haya experimentado antes, hasta tal punto, que ya no sabía hasta qué grado podía llamar a eso sólo "curiosidad".

— Pero miren al "don nadie" que me acabo de encontrar...— escuchó una voz a su costado, la cual lo exaltó de sobremanera al no esperar cruzarse con alguien a esas horas. Rápidamente salió de su trance y abrió sus ojos, buscando con ellos al dueño de esa voz, los cuales sólo lograron toparse con el corpulento cuerpo de Eric Cartman, quien lo miraba con una ceja alzada y brazos cruzados desde la puerta de su casa, al parecer estaba algo sorprendido de verlo allí.

Kenny rápidamente relajó sus facciones y le devolvió una sonrisa — no podía ser otro que el gordo del salón...— respondió con burla.

Eric ignoró el comentario y se dispuso a interrogarlo — ¿y tú idiota? ¿Qué te pasó que de repente desapareciste de la fiesta de Clyde?

— ¿Qué? ¿Acaso me extrañaste? Eso es nuevo — siguió burlándose el rubio.

— Que gracioso pobretón — respondió el castaño — sabes que soy el más feliz cuando los pobres y judíos no están cerca de mí, pero las mujerzuelas que estaban allí, no dejaban de molestar con lo mismo — rodó los ojos — "que donde esta Kenny", "que quien lo ha visto" — imitó voces femeninas — me tenían hasta el demonio con los comentarios.

Kenny río ante esto. — pues lo siento amigo, tenía cosas que hacer — se encogió de hombros con aires importantes — no es mi culpa que me adoren tanto.

— Si claro maldito playboy, seguro te fuiste a encamar con una de ellas...

Kenny guardo silencio unos segundos y sonrió, pues Cartman no estaba del todo equivocado, solo que aquella persona a la que se refería, era alguien que él jamás se podría imaginar.

— Bueno, sabes como soy amigo — habló con alardeo — es difícil resistirse a los encantos de alguien, en especial a los míos.

— Jah, si como no — comentó con desdén el de ojos cafés — honestamente no sé qué te ven, eres un pobre diablo...

— Pero que hace bien las tareas — respondió con una sonrisa burlesca Kenny. Ante el comentario, Eric rodo los ojos.

— Dices eso y apuesto a que te fuiste con una bastante fea... — sonrió burlesco.

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