Capitulo 13: La cara del alcohol

2.3K 228 70
                                    

Durante el transcurso a la casa de Clyde, intercambiaron un par de palabras triviales. Era impresionante a veces con la facilidad con la que podían hablar estando solos, sin sentirse realmente incómodo con la compañía del otro. Estos momentos eran lo que Butters solía atesorar. Adoraba cuando Kenny hablaba con él de manera tan natural y serena olvidándose del resto de las personas. Pero aquella atmósfera estaba a punto de olvidarse, pues antes de que pudieran darse cuenta, se encontraban a escasos metros de la casa de los Donovan, desde donde aún se podía oír la incesante música de la fiesta que se llevaba dentro.

Butters, justo en este punto, comenzó a arrepentirse de haber aceptado escaparse. Acaba de notar un pequeño detalle que él paso por alto — producto tal vez de la ansiedad que le provocó el pensar en salir sin autorización — y ese había sido que el volver a la fiesta de Clyde junto a Kenny, solo podía acabar en una cosa...ambos terminarían completamente separados allí dentro. Ahora se daba cuenta de que ese panorama era el más obvio al aceptar ir nuevamente a la fiesta, puesto que ahí, no sólo se encontraban alguno de sus amigos, sino que estaba lleno de chicas que morían por estar junto a Kenny, ya sea para bailar, coquetear o simplemente charlar con él, situación que de a poco los haría irse alejando más y más dentro del recinto y ante lo cual, él realmente no tendría nada que hacer. Un panorama realmente desolador para alguien que sólo decidió escaparse para poder estar un poco más de tiempo junto a aquella persona especial. Su semblante no pudo evitar ensombrecerse un poco.

Kenny ignorante de todo aquello, le dirigió una mueca algo feliz por haber conseguido que Butters nuevamente pudiera asistir a la fiesta de Clyde, en donde horas antes, el chico parecía divertirse.

— Bien Leo, ya estamos aquí — comentó con una media sonrisa — ¿listo para sorprender a todos? — dijo con algo de gracia, imaginando la cara de los presentes al volverlo a ver llegar — vamos — lo volvió a animar. Pero al darse cuenta que Butters no lo seguía, detuvo su paso. El chico parecía algo triste o tal vez nervioso, pero permanecía quieto en su lugar sin atreverse a avanzar. Al parecer algo raro estaba pasando. Se acercó nuevamente a donde estaba el menor y apenas hubo llegado a su lado, el rubio comenzó a hablar.

— Lo siento Kenny, creo que no debí hacer esto — habló bajito — la verdad es que ahora que lo pienso, no debí volver a venir...— desvió un poco su mirada — no me siento cómodo al volver a ver las caras de los demás tan pronto, luego de haber montado semejante escena hace sólo unas horas delante de todos. La verdad no me hace sentir nada bien y preferiría regresar...

Ok, definitivamente cree que esa fue su mejor actuación. Ciertamente lo que le estaba diciendo a Kenny no estaba absorto de la realidad, pero definitivamente no era un detonante para que él no decidiera entrar. Si bien es cierto, que le resulta realmente incómodo ese panorama que le expuso al contrario, no fue nada que él no analizara con anticipación, pues, al momento que decidió acudir a la fiesta, supo que tendría que enfrentarse a algo así, pero no le importó demasiado, dispuesto a asumir las consecuencias, pero el tema por el cual ahora se estaba deteniendo, definitivamente acabaría con sus intenciones de estar con Kenny y claro estaba, de que era un motivo que no se lo podía dar a conocer al chico frente a él. Si, estaba siendo egoísta, lo sabía, pero solo por esta noche quería serlo.

Kenny por su lado, quedo sorprendido ante tales palabras. La verdad él no pensó en algo así cuando lo invitó a volver a la fiesta, puesto que no es un panorama tan común de imaginar. Pero viniendo de Butters, extrañamente le cobraba sentido, producto de la naturaleza vergonzosa que poseía el menor. Ahora se encontraba en una gran disyuntiva sobre qué hacer. ¿Debía simplemente acompañarlo hasta su casa y volver a la fiesta? Bueno, eso era completamente contradictorio a lo que él quería hacer, ya que por algo se había tomado la molestia de ir a buscarlo. Entonces ¿qué debería hacer? Se cuestionó si debía alentarlo a entrar. Tal vez un par de palabras de ánimos lo ayudarían a notar que en realidad no debía avergonzarse por algo que se había escapado de sus manos, después de todo, fue su padre quien irrumpió en la casa de Clyde. Pero conociendo a Butters y por el rostro que este mantenía, definitivamente no conseguiría mucho.

¿Solo curiosidad por ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora