Capítulo 4: Sensaciones extrañas

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Beep-beep-beep-beep beep-beep-beep!

Se escuchó repetidamente por toda aquella habitación que solo hace segundos permanecía en completo silencio. Era el despertador que no dejaba de hacer ese sonido infernal que empapaba sus oídos. Se giró en la cama hasta alcanzar el bendito objeto y callarlo, luego se acomodó de espaldas. Abrió los ojos pesadamente clavando su vista en el techo, ya era hora de levantarse y ni la más mínima gana tenía...bueno como siempre.

Suspiró resignado y se acomodó en la cama de tal forma de quedar semi sentado, fue ahí que se dio cuenta de la incomodidad entre sus piernas. Llevo la vista lentamente hacia su entrepierna y se encontró con un bulto que sobresalía bajo la ropa.

Lentamente levantó las sabanas y se encontró con aquella notoria erección, estaba entre sorprendido y confundido, ¿Qué cosa podría habérsela causado? Él realmente no recordaba nada en particular, de hecho por la noche cuando llegó ni siquiera miró una revista porno como para culparla de su estado.

« A noche...» recordó lo que había vivido con aquel rubio, aquel beso, aquellas caricias, aquel rostro sonrojado. Fue en ese instante en que una imagen atravesó su cabeza dejándolo boquiabierto. Tuvo la visión de Butters sobre él mientras subía y bajaba sensualmente, su pelo estaba pegado en su frente por el sudor y sus mejillas sonrojadas, soltando suaves gemidos. Trago duro. ¿Había tenido un sueño húmedo con Butters? Impresionante. No pensó que a ese nivel había llegado a marcarle la noche anterior.

« Mierda...» Pensó ¿Él teniendo un sueño húmedo que involucrara a otro chico? Si se lo hubieran planteado la semana pasada probablemente se hubiera reído del mal chiste que era, además no era una simple atracción por un chico, sino que ese chico tenía nombre y apellido...Leopold Stotch.

Se revolvió el pelo tratando de sacarse esas ideas, tal vez todo se debía a que llevaba casi 4 días sin tener relaciones y eso lo hacía tener aquellos pensamientos, y como Butters fue al último que besó y que le provocó, fue el que vino a su mente. Sí, eso tenía lógica.

Lo importante aquí era tomar una decisión, y esa era tener sexo hoy, sea como sea. Es por ello que se puso a analizar sus opciones; La verdad tenía un montón de chicas por lo que eso no sería un problema realmente. Sonrió ante ese último pensamiento, no debía cerrarse tanto por el tema de Butters, después de todo era una simple curiosidad sexual que tenía por él y no tenía relación con lo que él hiciera en su vida diaria y no había por qué involucrarlo en cada uno de sus pensamientos...¿no?

 Miró la hora, ya estaba atrasado por 15 minutos, por lo que debería arreglarse en menos tiempo. Suspiro con fastidio y volvió a mirar su entrepierna, debía hacer algo con eso, pero definitivamente no quería prestarle atención, de hecho hace tiempo no lo hacía porque no tenía la necesidad de hacerlo y hacerlo ahora por soñar con aquel chico le rompería su orgullo, así que decidió dejarle el trabajo al agua fría de la ducha.

En un par de minutos se encontraba listo para irse, pasó por la habitación de su hermana menor para despedirse, pero la menor ya se había marchado, después de todo él ya iba tarde a la escuela. Cerró la puerta de su casa y se encaminó rumbo a su destino.

❧ꕥ☙

Miró su reloj, había llegado 20 minutos tarde. Dejó escapar un suspiro y golpeo la puerta del salón. Desde dentro pudo escuchar un « adelante » con un tono no muy agradable. Lentamente abrió la puerta y sintió como todas las miradas se posaban sobre él. Entró ignorando a todos, pero no pudo evitar mirar al fondo del salón, donde se topó con aquellos ojos color celeste que le miraban. Sin ser consiente del todo le regaló una sonrisa y Butters se sonrojó algo sorprendido y desvió la mirada, con una imperceptible curvatura en sus labios. Kenny le sostuvo la mirada disimuladamente hasta que finalmente tomó asiento en su respectivo lugar junto a Stan y la clase continúo de manera normal.

¿Solo curiosidad por ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora