Capítulo 20: Lo que el corazón anheló. Style

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El suspiro que escapó de los labios, le hizo por fin alzarse y echar el último vistazo hacia el lugar por donde se había ido Butters. Seguirlo definitivamente sería una tontería, dudaba que quisiera seguir hablando con él.

Y esa misma idea, era la que, en la mente de Kyle, se transformaba en pregunta, junto a muchas otras. ¿Qué razones podrían haber para reaccionar de una forma cómo esa? Y no sólo se refería a Kenny, sino también al otro chico, quien salió demasiado afectado de toda esa conversación sin un real sentido. ¿Qué era lo que Kenny planeaba decir de cualquier modo? Esto era una locura y su estado de estupefacción se mantuvo, hasta que oyó los pasos del rubio dirigiéndose hacia la salida. Ahora sí tendría que pedir buenas explicaciones de todo lo sucedido.

Inmediatamente vio aparecer la silueta del ojiazul, el pelirrojo con una clara muestra de enojo, se posicionó frente a él impidiendo su paso. Kenny al no esperar aquello, dio un pequeño espasmo al verle allí, pero lejos de parecer sorprendido, se mostró relajado.

Por un segundo, pensó en disculparse, con la idea de que el chico estaba molesto por haberle estado buscando con sus cosas por toda la escuela, pero cualquier palabra murió en su garganta cuando escuchó la pregunta de Kyle.

— Me vas a explicar que fue todo eso que ocurrió ahí adentro con Butters — exclamó con voz seria el de ojos verdes — y más te vale ser claro con tu respuesta, porque según todo lo que vi y escuché, casi me estoy imaginando un panorama que me es imposible de creer — apretó por un segundo sus ojos y luego volvió a abrirlos — así que, por el bien de nuestra amistad, me explicarás que es lo que te traes con él y cuáles son tus intenciones, porque comienzo a creer que tú no has sido franco conmigo y yo, al contrario de ti, fui muy abierto en hablar de a quien iban dirigidos mis sentimientos...

Kenny ahora sí se había quedado enmudecido. En los ojos de Kyle, más que enojo, se podía ver reproche, probablemente por lo que acababa de decirle. Si era sincero, lo que menos deseaba en estos momentos era dar explicaciones, pero quizás, solo una frase corta pudiera dejar a su amigo más tranquilo.

— Yo... realmente lamento no haber sido sincero contigo — bajó unos segundos la mirada — pero en el fondo sé que comprendes los motivos que tuve — sonrío mientras volvía a verle a los ojos. Kyle lucía preocupado — Sé que quizás sientes que te debo una explicación decente, pero también sé que eres demasiado inteligente como para necesitar más palabras para entender todo...

El rostro de Kyle se fue transformando de a poco, hasta volverse completamente serio. Kenny sólo se atrevió a dirigirle otra disculpa con una sonrisa avergonzada y luego, mientras tomaba sus cosas, le agradeció el haberse ocupado de ellas. Aprovechó el mutismo de Kyle para despedirse y prontamente se alejó de él, camino hacia la salida de la escuela, con una sensación amarga por todo lo ocurrido y por lo expuesto que de repente de sintió con todo eso.

El pelirrojo no hizo movimiento alguno y solo lo observó irse. No necesitaba nada más para comprender todo ese asunto.

Quien le gustaba a Kenny era Leopold Stotch, un hombre. No comprendía los por qué ni el cómo ocurrió, pero, sin razón aparente, sentía que aquello le afectaba más de lo que debería. Quizás era esa burda sensación de lástima que les conectaba, lástima por amar a la persona errónea y saber lo que se aproximaba.

No conocía como Butters pudiera sentirse al enterarse de que otro chico gustara de él, y aquella huida le dejaba dudas, más que respuestas, pero si de algo estaba seguro, es que quien ama a la persona equivocada, está destinado a sufrir.

«Y Kenny no será la excepción...» pensó.

Emprendió su camino a casa, seguido solo por el silencio de esos pasillos ya desolados por los estudiantes. Sentía el corazón pesado, a sabiendas de que todo esto le traía el recuerdo su propia realidad. Él sufría por otro chico y lo peor es que no veía salida alguna para lograr librarse de eso.

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