Capítulo 21: ¿Qué hacer?

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El latido de su corazón, no podía estar más en sincronía con la rapidez con la que sus piernas corrían en dirección a su casa. El viento se había encargado de secar el rastro de aquellas lágrimas que le hicieron parecer un completo idiota esa tarde en el gimnasio. ¿Por qué tuvo que quedarse a despertar a Kenny? ¿Por qué jamás le hacía caso a su intuición? Sabía que cada vez que se encontraba a su lado, su mundo se volvía de cabeza y el corazón no paraba de echarle en cara que esos sentimientos seguían allí...intactos. No comprendía el actuar de ese chico y a este paso, quizás nunca lo logre hacer. ¿Por qué espera que él tome la decisión de olvidarlo y sale con esas frases que no hacen otra cosa que estrujarle el corazón? ¿Que era una de las personas más importantes en su vida desde esa salida? Porque tenía que decirlo ahora, justo cuando tiene todas las intenciones de cambiar las cosas. De alguna u otra manera, sentía que no era la primera vez que aquello ocurría, él varias veces antes se planteó el abandonar sus sentimientos hacia él, pues es consciente que lo único que le ha traído todos estos años es dolor, pero siempre acaba volviendo a sucumbir ante ellos, ante esos gestos tan encantadores entregados de forma arbitraria que le hacían regresar hacia él como un bumerán. No es capaz de comprender como su malherido corazón puede volver a latir como un verdadero idiota ante tan sólo una simple frase de parte del rubio...una irresponsable frase que no ha hecho otra cosa que hacerle sentir que retrocede otra vez y le atormenta con todas las ideas que su cabeza empieza a maquinar ¿Cuándo pensó que Kenny le diría que es importante en su vida? Siendo completamente honesto...nunca. Hubo instancias donde pudo haber fantaseado con algo así, pero tal como lo dice la palabra, sólo eran ideas irrealistas, que no pasaban de ser sólo un sueño. Pero la situación ahora se presentaba diferente, pues el realmente lo había dicho, y muy a su pesar sabía que sus pensamientos le traicionarían y de nuevo empezaría ese juego dentro de su cabeza. «porque yo, no quiero sólo ser una persona importante...» pensó.

Entró rápidamente a su casa apenas llegó y fue directo a su habitación, evitando por completo toparse con sus padres. Cerró la puerta tras de sí y se tiró de inmediato sobre su cama, recriminándose el ser tan idiota para confundirse otra vez. Él realmente ni siquiera debería pensar en lo sucedido después de saber que Kenny está enamorado por primera vez de alguien...alguien que incluso le hizo rechazar el evidente coqueteo de esta mañana. Debería ignorar incluso el "ascenso" que Kenny le manifestaba que ahora tenía en su vida y en general debería ignorar todo lo que involucraba a ese chico, incluso se presencia, como lo intentó esta mañana. Pero, es difícil pedirle a tu corazón que no se acelere cuando a quien has querido por tanto tiempo, insiste en hablar contigo, te dice que eres importante y además se te acerca tanto como para sentir su respiración... Aquello, es capaz de volver vulnerable a cualquiera.

Sintió su cuerpo temblar al recordar como los ojos profundos del otro rubio le miraban fijamente mientras intentaba hablarle. Él realmente no fue capaz de tolerar tal cercanía y aquellas palabras cargadas de desgracia para él, por ello, sólo le interrumpió y huyó como un cobarde. Ahora se cuestionaba que es lo que pretendía decirle, pero aquella duda no era mayor a su miedo por seguir escuchándole, porque la probabilidad de que sus palabras sólo le generaran más angustia, era demasiado alta.

«Yo quizás, subestimé lo difícil que es odiar a alguien» pensó.

«Sólo me importa que estés bien amigo y que no ignores tus sentimientos porque eso te contaminará por dentro»

La frase que Tweek le había dicho el día de hoy, resonó fuertemente en su mente y nuevamente sintió sus ojos aguarse. Al parecer su amigo era más sabio de lo que parecía, ya que justo ahora comenzaba a sentirse "envenenado" por aquellos sentimientos que intentaba con fuerza reprimir. Se sentía horrible, era como si intentara engañarse a sí mismo. ¿De verdad no podía ser más fuerte? ¿En serio era incapaz de dejar de amarlo? ¡Pero su vida no tenía que ser una condena! ¡Por Dios!

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