Capítulo 14: Deseos desbordados

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La fría brisa con toques de invierno invadía aquella habitación en silencio. Solo un beso flojo y un par de caricias podían escucharse. Los ojos del rubio mayor permanecían cerrados intentando serenarse, la decisión era complicada desde el lado del raciocinio, pero su cuerpo definitivamente tenía claro que quería hacer. Aun así....Maldito raciocinio...llevó la delantera.

Lento y suave, alejó sus labios y su cuerpo de su acompañante, él cual le devolvió una mueca de sorpresa. Kenny sonrió ante esto y lo miró de una forma no conocida ni siquiera por su persona: Dulce. Entonces, articuló esas simples palabras.

— No Butters, no está bien. Eres un buen chico, no deberías involucrarte con alguien como yo, ni menos en este estado — hizo una pausa — no es conmigo con quién deberías estar aquí. Créeme que mejor que nadie comprendo la impulsividad y el deseo del momento, pero tú no eres para eso...— recordó por un segundo su pasado objetivo y sonrió mínimamente — No...no lo eres...— fue justo en ese instante cuando por fin se decidió a aceptarlo. Butters ya no le era indiferente, para nada. No se atrevería a decir que le gustaba, pero sí que le atraía y bastante, hasta el punto de desear conocerlo como Kenny, sin necesidad de usar una máscara...

Pero sabe que eso significaría renunciar a su "imagen", que si bien es cierto no es la mejor de todas, si tiene un peso importante dentro del ambiente en el cual se desenvuelve y él está acostumbrado a ella... además, arriesgarse solo por un "quizás", a sabiendas de que el otro ya gusta de alguien más y sin siquiera tener su propia certeza de que podría estar con otro hombre, era casi inaceptable, más aún si queda en juego su propia hombría...después de todo, el chico más mujeriego de South Park...se estaría volviendo gay. Suspiró con algo de desgano.

Sumido aún en sus pensamientos, comenzó a alejarse de Butters intentando quitarse de encima de él. Pero antes de siquiera poder moverse, las manos del contrario lo agarraron de sus brazos con la máxima fuerza que podían, intentando detener cualquier movimiento que él pretendiera hacer. Kenny se detuvo un segundo y observó al contrario. Los ojos de Butters esa noche brillaban más que nunca. Dentro de esa mirada celestina, podía distinguirse los toques de alcohol y deseo mezclados, los cuales imploraban atención. Kenny había podido resistirse hasta ese punto, pero lo que nunca esperó, fueron las siguientes palabras que salieron de la boca del menor.

— Estás en un error... — habló Butters — yo no soy un buen chico y te equivocas, yo también sirvo para esas cosas — lo miró fijamente — no me creas menos que el resto, yo estoy preparado y quiero...quiero hacer todo...— hizo una pausa — así que está bien, aunque sea por una noche, quédate...— finalizó con una sonrisa algo extraña.

Butters dentro de todo el alcohol que tenía en su cuerpo, sabía que es lo que quería. Era muy probable que su actuar fuera solo por impulso y que después solo le quedara una resaca cómo recuerdo, pero aun así quería lograr estar con él, quería dejar de contenerse y mostrarle al contrario lo mucho que provocaba en él, en todos los sentidos habidos y por haber. Quería que lo viera como una posible "dama", o en este caso, "barón" de compañía. Solo quería estar con él, no importaba nada más...cortesía del alcohol.

La cara de Kenny ante lo dicho por Butters era de suma sorpresa. Jamás pensó que el chico fuera tan atrevido. Si bien sabía que probablemente todo eso fuera inducido por el alcohol, no podía dejar de ignorar lo dicho, ya que pareciera que el chico realmente quisiera aquello. Sabía que el menor era inexperto y quizás sus palabras estaban siendo motivadas por la curiosidad y la adrenalina de probar algo nuevo. Se supone que el racional debía ser él, pero Dios, ¡Al diablo! ¿Quién era él para dárselas de buen samaritano? También era humano y quería lo mismo que el chico frente a él...Aunque.... ciertamente se limitaría...

Finalmente, se dejó arrastrar por esa invisible corriente de deseo presente en esa habitación y sin esperar un segundo más, se posicionó sobre un adormilado Butters que no puso resistencia alguna. Fijo su mirada en la del otro y pudo ver esos rasgos de lívido en sus ojos tan conocidos ya para él. Sonrió casi imperceptiblemente ante el pensamiento de ser él quien lo estaba provocando. 

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