Capítulo 25: Sentimientos rotos

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Butters quedó paralizado por completo al escuchar aquella confesión y ver en todo su esplendor aquel rostro que jamás imaginó ver detrás de esa capucha. Su corazón se congeló y por un segundo sintió un mareo como si fuera a desmayarse. Pero aquello no sucedió, sino que, su alma en plena conciencia, abandonó su cuerpo, sólo para observar la situación desde afuera.

¿Qué tan ridículo y poco probable era que aquello estuviera pasando? Probablemente era lo más absurdo que su cabeza podía llegar a imaginar, porque aquello no podía ser más que su mente jugándole una mala pasada ¿verdad?

Pero desgraciadamente las sabanas de su cama y el contacto que aún mantenía con el cuerpo del otro, se sentían demasiado real, incluso se creía capaz de tocar a la persona frente a él ¿acaso podría hacerlo?

Levantó uno de sus temblorosos brazos para intentar alcanzar ese rostro que parecía tan lejano y que, en sus sueños, jamás llegaba a tocar, pero al darse cuenta que efectivamente llegó a palpar su piel, retiró bruscamente su mano como si hubiera tocado fuego y con real miedo se alejó del chico a la otra esquina de la cama a rastras. Su respiración se agitó de sobre manera y sintió como quejidos querían escapar de su boca. Rápidamente la tapó con sus dos manos sin poder alejar la mirada de quien tenía en frente y sus ojos no pudieron soportar la angustia de su ser, por lo que la liberaron a través de las lágrimas, quienes de inmediato comenzaron a caer por sus mejillas.

Todo aquello sucedió en cámara lenta desde la perspectiva de quien ahora, era Kenny. Su corazón se agitó violento al razonar lo que había hecho y al comenzar a sospechar lo que ahora se avecinaba por la reacción de Butters. Éste le miraba como un espectro, como un verdadero monstruo que había usurpado la identidad de Mysterion y las lágrimas en su rostro, le informaba de sus emociones descontroladas.

¿Qué debería hacer ahora? Como deseaba acercársele y acurrucarlo en su pecho para calmarlo, pero sentía que, si hacía tan sólo un movimiento, Butters saldría arrancando. El pecho se le contrajo y se descubrió temblando. Sus ojos no se apartaban de la figura ante él y sus cejas curvadas en preocupación, enmarcaban un rostro lleno de incertidumbre y angustia, emoción que sin duda era compartida.

Butters tapó sus ojos y en un acto de intentar recobrar la cordura, comenzó a balbucear para sí mismo.

— Esto tiene que ser una pesadilla, estoy soñando — comenzó a temblar — Dios, despiértame ya, esto es irreal ¡irreal! — se repetía — por favor no me hagas esto ¡No esto! ¡No con ellos! ¡No! — sus manos se arrastraron por su rostro hasta llegar a su frente y permanecieron allí — ¡No, por favor!

El shock evidente en el cual se encontraba Leo, desesperó a Kenny, quien aún sin quererlo, terminó por acercársele abruptamente para tomar sus manos, buscando así calmarlo y obligándolo a mirarle. Sus ojos se encontraron por una fracción de segundo, momento que "el nuevo Mysterion" aprovechó para hablarle.

— Leo — le llamó, con los nervios a mil, sintiendo como los temblores del chico le contagiaban — tu... No estas soñando — afirmó — ven, tócame — despacio acercó una de las manos de Butters y la depositó en su rostro, cerrando sus ojos por unos segundos ante el contacto — soy yo, soy real — comentó clavando esa mirada azulina sensual tan propia de él — ¿lo ves?

Y Butters en verdad no era capaz de ver nada. Sus ojos apreciaban a quien tenía frente a él, pero su cabeza se negaba a creer en esa visión. Era ilógico, el que el aliento de Kenny ahora estuviera chocando contra la palma de su mano, no tenía sentido.

¿Pero cómo seguir creyéndolo una simple ilusión si todo su cuerpo está respondiendo ante él? Ante el ser que tanto ha añorado y que desde antaño le produjo toda clase de emociones; ante aquel chico que ha amado desde tiempos inmemorables... Kenny McCormick.

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